jueves, 17 de agosto de 2000

El Vuelo del PULQUI

Comentario de historia aeronáutica nacional

   Este mes de agosto (año 2000), se cumplen 53 años de aquel esplendoroso vuelo del avión I.Ae. 27 ¨Pulqui 1¨ al mando del entonces Primer Teniente de la Aeronáutica militar Osvaldo Weis, el cual decoló y aterrizó en medio de emocionados aplausos en el campo de pruebas de aviación de “La Mezquita”, aledaño a la ciudad de Córdoba, el que luego fue usado por la Fábrica de Aviones para muchos vuelos de ensayos. Pulqui, en idioma guaraní significa ¨flecha¨, y esta flecha fue lanzada al aire el día 9 de agosto de 1947 con éxito asombroso para la industria aeronáutica de nuestro país, en donde otros países del mundo observaron con codicia este logro argentino, a la vez que valoraron la enorme capacidad tecnológica demostrada en ese entonces por nuestra Fábrica de Aviones.

   Con esta conquista, Argentina se convertía en una de las primeras naciones del mundo con capacidad de desarrollar para esos años semejante y revolucionaria tecnología,  poniéndose a la altura de países como Alemania, Inglaterra, Francia y los Estados Unidos. El Pulqui luego de sus exitosos y magistrales ensayos siguió volando por varios años hasta su desprogramación. Se trataba de un avión caza  interceptor a reacción, lo que se denominaba comúnmente como “avión a chorro”,  dado que el movimiento de estas aeronaves, a diferencia de los aviones a hélice, se lograba por la reacción del aire producido mediante el funcionamiento de un turborreactor y desarrollaba una velocidad de 740 km/h. Este logro se convirtió en un hito, en un punto de referencia para el futuro desarrollo aeroespacial de la nación que por aquellos tiempos llegó a ser de gran pujanza.

   Seguramente el Pulqui no llegó solo, llegó a través de muchos años de sacrificio y esfuerzo en la actividad de investigación  y construcción aeronáutica. No era fácil para una nación hacer volar un avión de estas características en aquellos tiempos. Pero lo importante de este concepto es no analizar el vuelo por el avión en sí. Es necesario considerar la capacidad industrial basada en la enorme labor de investigación y desarrollo que se había logrado por entonces que iba a convertirse en generadora y multiplicadora de otras actividades industriales que con el tiempo se fueron proyectando a la industria automotriz, de motocicletas y  tractores, que terminan convirtiendo a Córdoba en la provincia más industrializada de los argentinos.

   Es que exactamente así fue concebida la Fábrica Militar de Aviones, donde si bien el desarrollo esencial fue la fabricación aeronáutica para aplicaciones militares, civiles y comerciales, no escapó entre sus grandes objetivos contribuir en desarrollar la industria metalmecánica del país,  que indudablemente se logró en gran medida,  más allá de que posteriormente no se consolidaran esos logros,  ni hayamos alcanzado los argentinos las glorias que realmente nos hubiésemos merecido en ese aspecto, dado que fuimos pioneros en emprendimientos de gran magnitud y trascendencia y demostramos una gran capacidad para alcanzar   tecnologías de primer nivel en aquellas épocas.

    Pensemos solamente que entre las décadas del 40 al 60 la Fábrica de Aviones fue como el núcleo tutor y rector de un grupo de fábricas que consolidaron un polo industrial aún nunca superado en el país y uno de los más importantes de Sudamérica, donde trabajan alrededor de 10000 personas entre técnicos, operarios, administrativos e ingenieros, y que por sus distintos talleres de producción no solamente pasaron aviones, sino que salieron motores de aviación, instrumentos, herramientas de precisión, automóviles, tractores, motocicletas, paracaídas, ómnibus para transporte de personal. Se desarrolló además la industria coheteril y la industria náutica deportiva. 

   El  laboratorio que poseía todo este complejo industrial era de alta capacidad y especialización y su gran experiencia técnica científica que venía acumulando desde el año 1928, lo destacaba como de gran prestigio en el país y en el mundo. Sobre esta cuna de lucha nació el proyecto Pulqui, casi en silencio, con el entusiasmo de muchos y la indiferencia de tantos. Es que los muchos que estaban entusiasmados tenían la gran ilusión porque creían que Argentina era capaz. En cambio los ¨tantos¨ casi eran agoreros de una derrota y aún no lo manifestaban porque no se animaban, aunque  la querían percibir, no veían con buen agrado que nuestro país desplegara su potencial relacionado a la capacidad industrial.
   
   Un hombre, un protagonista de gran prestigio para la nación y especialmente para la provincia de Córdoba,  donde el destino quiso que tuviese el mismo apellido que nuestro Padre de la Patria, por ese entonces Director del Instituto Aerotécnico  de la Fábrica de Aviones, el Comodoro Ingeniero Aeronáutico don Juan Ignacio San Martín, lideró y comenzó a desarrollar el proyecto Pulqui a partir del año 1946, trabajó junto a un grupo muy reducido de hombres entre técnicos e ingenieros, quienes con gran empeño y dedicación absoluta, sin respetar horas nocturnas ni días festivos, fueron materializando y conquistando ese ambicioso proyecto que también iba de la mano del ingeniero francés contratado por la Fábrica de Aviones  Emil Dewoitine.

   El Pulqui fue un desarrollo adicional y totalmente nacional que realizó la Fábrica, en donde en aquel entonces la actividad principal se concentraba en el inicio de la serie de 100 aviones bombarderos Calquín y la continuidad de la serie de 200 aviones DL entrenadores, y por ser justamente un desarrollo adicional, tropezó con distintas dificultades. Una de las mayores fue la escasez de materias primas, consecuencia de la segunda guerra mundial, lo cual iba condicionando distinta tareas en el montaje.
   
   El Comodoro San Martín tenía alma de ingenioso, era de esas personas que le ponían motor a la actividad,  que contagian entusiasmo. Su ejemplo de trabajo y su capacidad técnica de investigador dejaban un sello de garantía sobre los objetivos que se trazaba en base a la misión asignada y tenía la condición de ir superando dificultades que parecían insuperables.

    Este proyecto simbolizó la capacidad de nuestro país, lo adelantado que estábamos, la nobleza del operario, del técnico, del ingeniero y del obrero argentino, sintetiza una Argentina de otros tiempos, que seguramente en lo estrictamente industrial hoy añoramos, más aún  si tenemos en cuenta que el desarrollo del Pulqui1 sirvió de base para desarrollar luego con un equipo de técnicos alemanes el proyecto Pulqui 2, en donde se construyeron 5 prototipos y en el momento de lanzarse la serie de los mismos fue suspendido por razones de política nacional.

   El Pulqui 1, considerado como la gloria de nuestra industria aeronáutica, fue totalmente restaurado en el Área de Material Rió Cuarto en 1997 para luego quedar a disposición del Museo Aeronáutico en donde descansa manteniendo sobre sus planos miles de recuerdos de una industria nacional pujante.

Walter Bonetto
Publicado en "Diario Puntal" de Río Cuarto, 17 agosto de 2000


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1 comentario:

  1. Muy buen artículo Walter, sigo algunas de sus publicaciones por que me agrada su pasión por recordar la grandeza que tuvo la industria nacional. Un abrazo. Julio Ricardo Buratti

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