sábado, 21 de diciembre de 2013

¿Nos Vamos de Vacaciones?

    Fin de año y a días del comienzo del 2014. Los argentinos reflexionan y sacan conclusiones, muchos dejan sus programas de actividades pensando en el nuevo año y hacen un balance de lo ocurrido; las vacaciones están arriba. Miles de familias piensan viajar al mar o a la sierra, otros al extranjero, a países limítrofes, inclusive muchos a Europa, México y Estados Unidos. Hay posibilidades para todos los gustos y está bien que esto ocurra; pero otros miles de argentinos solamente podrán hacer una escapada el fin de semana  al rio más próximo,  y otros miles ¡nada!  Así son las posibilidades. 

   No es fácil programar vacaciones para el caso de las personas con menores ingresos,  aunque  sean austeras.  Si se piensa  en el alto costo de vida, esto  aniquiló el sueño de centenares de obreros y empleados cuyo sueldo  apena alcanza para solventar  la canasta básica, entonces: ¿Cómo pensar en vacaciones  si aún  no  se pudieron cambiar las cubiertas del automóvil  y el seguro esta vencido?   La fiesta de egreso del hijo costó una exageración y el viaje de fin de curso comprometió todo el presupuesto de la familia… No es fácil regular los gastos ni pagar la tarjeta a fin de mes, hay prioridades que no se pueden evitar,   y para peor  los aumentos de los servicios, impuestos, salud y educación,  aplastan absolutamente los ingresos. Asusta ir a la verdulería, el supermercado, la farmacia o tomar un  taxi, ni que decir salir a comer afuera. 

   Así es como una gran franja de la sociedad está en peligrosa decadencia económica,  por lo tanto no vive como antes,  para la familia humilde cuesta una fortuna salir a tomar un café y son muchas las familias que se privan de cosas menores de las  que antes disfrutaban, ahora en proporción a lo que gana tanta gente,  cuesta pagar hasta el boleto del colectivo urbano. Al contrario de las estadísticas y al contrario de lo que dice el gobierno nacional,  los aumentos se escapan de control  y esto causa de los grandes reclamos que seguramente  aparecerán en los próximas semanas,  como también fue la causa de los saqueos a los comercios  más allá de la delincuencia y del bandolerismo.   
   En gran medida esto es la desesperanza de millones de argentinos, la economía familiar siempre está en déficit, al límite. El aumento del costo de vida asusta,  inclusive en el valor de los artículos de primera necesidad que sufrieron aumentos desproporcionados lo que origina  que millones de ciudadanos terminan  el año preocupado. El 2013 nos dejó muchos episodios lamentables en el orden nacional y cerramos el año con cortes de energía en varios lugares del país;  escándalos de corrupción que salpican al gobierno; reclamos muy fuertes de las fuerzas de seguridad  de distintas provincias que ponen en tela de juicio la organización nacional  y que comprometen la paz social; el aumento de la drogadicción  y también se suman acciones del gobierno como perseverar en sostener a funcionarios muy cuestionados y seguir designando a algunos  de ellos en importantes cargos. Todo esto forma un paquete de errores que pone de mal humor a gran parte de los argentinos porque se nota claramente que las medidas desde el gobierno no se toman  con equidad ni justicia.

   Debemos tener la esperanza de que el 2014 pueda ser un año distinto, se mejoren estas acciones,  en donde los gobernantes se bajen de la soberbia y trabajen con prudencia y sentido común para que sus procederes  lleguen a todos los ciudadanos, inclusive a quienes no votaron a estas autoridades nacionales. Nuestra presidente,  aunque aparece en algunas oportunidades, en los últimos días se la ha notado ausente y distante, es posible que tenga que comprometerse más  con su pueblo, que entienda que desde la tribuna presidencial  no se debe  hacer política partidista, sino que gobernar para el bien común y unir a los argentinos. Pero cuando se esconden actos de corrupción; cuando se destituyen fiscales que investigan situaciones sospechadas de ilícitas; cuando se insiste en nombrar a funcionarios acusados de hechos peligrosos en su pasado, no se está gobernado para el bien común.  Si se lograra corregir  estas acciones, mucha gente cambiaría su manera de pensar  y hasta de actuar, el país tendría esperanza  y el año se podría comenzar con mayor optimismo.   

Walter Bonetto
21 de diciembre de 2013
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sábado, 14 de diciembre de 2013

Decadente y preocupante decisión

   La suspensión del fiscal Dr. José María Campagnoli quien venía investigando hechos de corrupción en Argentina sobre la ruta y  lavado de dinero provoca una sensación tremenda de frustración  en dónde claramente se nota que la corrupción avanza en nuestro país y poco se hace para frenarla. 

Da que  pensar que el mismo gobierno es cómplice o por lo menos muy permisivo, porque inconcebiblemente demuestra que  no toma acciones contundentes para investigarla. Parece que combatir a la corrupción no está en su agenda y esto es una situación muy irresponsable y peligrosa;   hace sentir que los ciudadanos estamos desprotegidos  y la república se presenta cada vez más incierta, endeble y vulnerable, en donde gran parte de sus instituciones fueron penetradas por la corrupción. 

   Así es como hasta el mismo Vicepresidente de la Nación está involucrado en varias causas judiciales acusado con severidad de actos ilícitos. Si nosotros observamos  todos estos tenebrosos episodios, claramente deja mucho que pensar  el accionar de las autoridades y se llega a la conclusión que  poco sirvieron los 30 años de democracia en donde no se observa un crecimiento verdadero en la organización, ni la salud de la nación, lo que es verdaderamente una lástima 

   Poco se puede esperar de la llamada “década  ganada”,  donde no es otra cosa que  un slogan político y  una mentira más; dado que la constante inflación que el gobierno niega, como si los ciudadanos fuésemos tontos e ignorantes,  ha provocado situaciones de conflictos sociales  que amenazan con la paz de los argentinos.  Cada día la pobreza crece junto con el gasto público descontrolado,  la droga y la corrupción. Hoy en el país la educación es decadente; las posibilidades de trabajo son inciertas;  existen  más de 600.000 jóvenes “NI,NI” que ni estudian ni trabajan  y este es un fenómeno de alto riesgo, además se observa a la gente que realmente trabaja en emprendimiento productivos es constantemente más castigada con mayor presión tributaria y de impuestos en general, para así solventar el clientelismo político que sustenta el estado nacional y gobiernos provinciales. 

   El gobierno de la nación, provincias y municipios, en general, en lugar de mostrar medidas de austeridad y reducir gastos, son los primeros en aumentar impuestos generando así la escalada de precios y aumentando excesivamente los gastos del estado  con una deuda publica astronómica.  Todo esto trae aparejado un futuro incierto, nuestra república está desorganizada y tomó la ruta equivocada en donde no  es premiado el trabajo ni la honestidad, por lo tanto estamos condenando a las nuevas generaciones porque se está sembrando la desesperanza y se observan conductas muy reprochables y fuera de lugar. Hoy en día a la república le va “brillantemente bien” desde el micrófono de los políticos oficialistas pero en la realidad de la vida de un ciudadano de cada día no es así. 

    Creo que no es justo estar festejando los 30 años de democracia cuando hay argentinos que se están matando y muchas provincias convulsionadas; parece que no hay sentido común ni equidad en el pensamiento de muchos funcionarios quienes con un apasionamiento desmedido, sacado de lugar, están llevando al país por la senda equivocada. El gobierno debe reaccionar y hacer las cosas para el bien común de los ciudadanos, la corrupción debe ser combatida, los funcionarios altamente sospechados de actos ilícitos deben ser separados de su cargo; los fiscales que trabajan como el caso del Doctor  Campagnoli  para esclarecer situaciones complejas deben ser apoyados constantemente; se debe respetar la división de poderes de la nación;   la inflación debe ser asumida y se debe luchar para acotarla y la mentira debe ser desterrada del gabinete nacional. Nuestros gobernantes tienen la capacidad de tomar estas medidas  para consolidar una nación más creíble y seria, sin divisiones, sin mentiras, sin corrupción,  con trabajo y educación para alcanzar  el bien común que precisa cada ciudadano.  ¿Tendrá la voluntad de hacerlo?  

 Walter Bonetto
14 de diciembre de 2013
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miércoles, 4 de diciembre de 2013

Caos en Córdoba. Situación muy complicada

  Lo ocurrido en la ciudad de Córdoba es altamente preocupante y es preocupante  porque puede extenderse  en otras partes del país como ya ocurrió en otras  provincias en meses anteriores,  por lo tanto es algo que no es nuevo para los argentinos pero está latente y amenaza a la paz social. Seguramente que existieron  desinteligencias desde el mismo gobierno provincial,  pero lo más preocupante es  que hay gente que sin hambre está presta, atenta y entusiasmada  para delinquir, para cometer actos de bandolerismo, para robar,  sin medir consecuencias de ningún tipo.

    Así se genera el caos social que siempre conduce al camino de la muerte a muchas personas. Los reclamos de la policía fue el marco externo que en gran medida generó el conflicto,  pero la naturaleza fundamental de este conflicto pasa por otra directriz, tiene otra esencia,  y se mostró como altamente planificado por los delincuentes; esperemos que los gobernantes “despierten”. Quizás al gobernador  le  faltó valentía y criterio  para asumir con más entereza  su mediocre gestión vinculada al manejo de seguridad en la provincia. Nadie dice que no ha hecho nada, pero realmente lo que hizo no alcanzó.  Ante la tremenda situación consumada tendría que haber dejado  de dar discursos  y agradecimientos  en  frente de un pueblo dolido, irritado y asustado, y manifestar su verdadera culpa.  Sus palabras realmente  no produjeron   una sensación de  austeridad  ante el drama vivido.

   Por otro lado funcionarios del gobierno nacional que declararon sobre el tema dan lástima y también irritan  ante las inmediatas declaraciones  como queriendo decir a la sociedad “que ellos no tienen nada que ver”, “la culpa fue del gobernador”. O sea concretamente: una vergüenza.  Los funcionarios dan vergüenza por su falta de madurez, su falta de responsabilidad  y enseguida  manifestarse “inocentes”. Realmente en este bochornoso episodio el  gobierno nacional no está  ausente,  son tan responsables  de estos aconteceres como el gobierno provincial. 
   Lo que ocurre que el gobernador de Córdoba conocía el problema y lo subestimo y da la sensación que cuando el gobierno nacional supo del problema  “lo festejó”,  porque en lugar de enviar inmediatamente la Gendarmería para que protegiera  a los ciudadanos, no lo hizo a su debido tiempo para pasar facturas políticas,  se puso a jugar con la guerra de la ciudad  sin importarle la vida de tanta gente ¿Cómo  ahora van a salir a decir que ellos no tienen nada que ver? Sí que tienen que ver, y mucho, porque detrás de esto hay en Argentina un problema social grave, muy grave que lo supieron consolidar en esta “década ganada”. Y mientras no controlen la inflación, mientras no se baje los niveles de corrupción, mientras la droga siga avanzando,  mientras la inseguridad siga estallando, mientras el gasto público  del estado nacional, provincial y municipal no baje; mientras los gobiernos sigan gastando más de lo que el país gana,  este problema se seguirá agravando  y el gobierno nacional es responsable. Totalmente responsable.

   Por otro lado el gobernador de Córdoba con su actitud ahogó su futura existencia política. Esto fue  aunque con otras características un segundo Cordobazo, en donde los afectados como siempre son los ciudadanos honestos y de trabajo. Los bandoleros seguirán suelto, los corruptos estarán libres y los malos políticos  en los distintos niveles del estado harán sus peleas con la verborragia de costumbre para confundir a la sociedad y no hacerse cargo de sus miserias y vergüenzas que están protagonizando.  Quiera el destino de este país que los funcionarios y los políticos despierten y pongan de manifiesto su GRANDEZA y DESPRENDIMIENTO –lo que no siempre ocurre-  para construir una sociedad a la altura de lo que la nación merece. Que no viajen tanto, que no gasten tanto y que se dediquen a gobernar para que esto no suceda. Precisamos los argentinos que “los patriotas se den a la cita” y no abandonen al país.

Walter Bonetto
4 de diciembre de 2013
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domingo, 1 de diciembre de 2013

Sobre la mujer en la historia… ¿Por qué tanto descuido?

     Siempre el hombre comete errores, la historia también…uno a veces no entiende, pero al final llegamos a la conclusión: y si la historia la escribe el hombre. De los errores más preocupantes que uno observa en la misma: es la falta de héroes  en el bronce de sus placas y en las páginas de los libros de hombres y mujeres que fueron protagonistas de episodios que forjaron el devenir de  esta patria ¡Y no figuran!,   realmente eso duele hasta los huesos. Lugares físicos  que fueron verdaderos hitos   como pueblos, parajes, residencias, arroyos, caminos, sectores en donde se libraron batallas, carecen de referencias y quedaron en el eterno olvido por el descuido del hombre, igual a una gran cantidad de mujeres que describieron trayectorias heroicas y están ausentes como eternas desconocidas.

   Dentro de “esta historia nuestra”, en ciertos  casos  mal contada y ausente de muchos episodios regionales muy interesantes en la lucha por el progreso  hacia el camino de la nación, nos encontramos con la ausencia bien marcada de “la mujer en esa historia”. Al contrario, salvo raras excepciones fue siempre como ignorada. ¿Pero qué paso? Si la mujer estuvo presente, siempre al lado del hombre, con su amor de prienda, de esposa, de compañera, de hija, de hermana, de china… la mujer estuvo siempre con un valor inigualable. En los siglos pasado siempre sufrió los dolores de la pampa, las calamidades del desierto, el cautiverio con los indios, el dolor y “la vergüenza” del regreso de los toldos, la condena de la “sociedad” por los prejuicios que le cargaban por haber tenido un hijo indio al  que igual  ella  amaba con todo su corazón ; el tormento de vivir en situaciones límites y desesperadas sin que nadie la ayudara, el sentirse abusada no solamente por su captor, sino que además por la vida; el haber perdido  hijos  por la leva o por la invasión, tantos atropellos y calamidades que soportó con extraordinario estoicismo. ¡Ay Mujer  cuánto valor has tenido!  Tu empresa fue tan grande y tu camino tan largo, pero parece que el mundo no se dio cuenta que venías andando…

   Así es como podemos manifestar que en todas las épocas el protagonismo de la mujer fue decisivo para consolidar los pasos de la aventura del hombre, pero en gran medida por prejuicios inaceptables  las referencias históricas las trataron de evitar, se olvidaron de reconocerles sus méritos y valores. En las guerras del desierto la mujer estuvo presente cabalgando con las tropas. También  fue la misma mujer que acompaño a los soldados en las guerra de la independencia; en cada rancho en medio de la pampa salvaje la mujer estaba presente esperando a su gaucho, criando a sus hijos y cuidando a sus ovejas, desafiando a “fuego lento” las inmensas soledades y peligros; eran las mismas mujeres que disfrazadas de hombres tomaban fusil y lanza para pelear en contra del indio ante el ataque a su población. Así lo decía Domingo Faustino Sarmiento: "Las mujeres, lejos de ser un embarazo en las campañas, eran, por el contrario, el auxilio más poderoso para el mantenimiento, la disciplina y el servicio (...) Su inteligencia, su sufrimiento y su adhesión sirvieron para mantener fiel al soldado que, pudiendo desertar, no lo hacía porque tenía en el campamento todo lo que amaba."

    Si bien esto fue así, debemos reconocer que  en nuestra historia ocurrieron muchos  actos de omisión sobre este tema. A veces la historia queda subestimada y  así es  que encontramos que son muchos los soldados rasos que protagonizaron episodios importantes y decisivos en guerras y combates pero sus nombres no salieron a luz por su baja jerarquía, siempre aparecía el “Comandante o Coronel”, muy pocas veces el sargento, el cabo, y ni que decir el soldado. Estos, en todo caso, se acotaba a una leve referencia. Su hazaña  debía ser muy grande y sobresaliente para que se la reconociera. Muchas veces la historia fue discriminada  en base al episodio y sus protagonistas y si el protagonismo era de la mujer quedaba en un cono de sombra sin trascendencia ni importancia. Esto también se nota en las historias regionales en donde hechos importantes no tomaron la luz que se merecían y se terminan desconociéndose o dejándose a la distancia episodios señeros de nuestra trayectoria y raíces.

   En el caso de la mujer a través de la historia de la humanidad  se observa claramente que fueron consideradas en niveles inferiores con relación al hombre,  solamente podían obtener algún aprendizaje doméstico y debía mantenerse subordinada al padre o marido, por lo tanto su labor no era relevante y por más que hubiese trabajado o luchado, para la historia su participación fue algo secundario e irrelevante.

   Qué situación más injusta y perversa, hoy la mujer con su lucha y tesón  ganó y sigue ganando un lugar en la sociedad y seguramente que será parte de toda la historia sin indiferencias ni ocultamientos; lo triste, lo preocupante, es su protagonismo en el pasado, que fue intencionalmente escondido y en aquel protagonismo de la mujer se encuentra la consolidación de nuestra patria. Miles de mujeres valerosas ayudaron a forjarla y murieron en la empresa  sin que haya quedado ninguna referencia de sus luchas y valores.

Walter Bonetto
1 de diciembre de 2013
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viernes, 22 de noviembre de 2013

30 Años de Democracia

    No es poco el camino recorrido por los argentinos  en estas últimas décadas, lo que ocurre que si miramos  la realidad de nuestra historia en gran medida el pasado nos condena. Han sido tantos los avatares políticos sucedidos después de la caída del presidente Irigoyen en el año 1930, que nuestro camino se llenó de dificultades para consolidar la democracia. Hoy en día la república aún en gran medida no está consolidada,  pero es posible que el camino sea el correcto  y por lo tanto esto es alentador.

    La hecatombe final de los golpes de estado se sucede en 1976 con la caída del tercer gobierno peronista, el país estaba en una situación difícil en lo político y en lo social, la economía no funcionaba bien,  pero era una nación con una deuda externa muy reducida, la que no superaba los siete mil millones de dólares, mientras que el gobierno de las Fuerzas Armadas, aplaudido por muchos, -que después dijeron desconocerlo-  entregó el país con una astronómica deuda de más de cuarenta tres mil millones de dólares; con millares de desaparecidos;  con la perdida de la guerra  por Malvinas; con casi siete mil kilómetros de vías férreas levantadas y por ende pueblos  y estaciones ferroviarias que desaparecieron;  con las Industrias Mecánicas del Estado (IME) clausuradas  y destruidas. Verdadera vergüenza nacional de un “proceso” que decía ser el salvador de la patria y rescatar los valores nacionales.  No se entiende por qué tanta desinteligencia  ¿Adónde está el grueso de la deuda de aquellos años en  que no se realizaron grandes obras de infraestructura vial, ni de otro tipo y empeñaron a la nación?  Seguramente muchos se hicieron millonarios y no por trabajar.

    Posterior al fracasado  proceso de “reorganización nacional”, se inicia de la mano del Dr. Ricardo Alfonsín y con la república destruida, el tránsito por la democracia, en donde es posible hacer un balance con una mirada imparcial para ver aristas no muy tenidas en cuenta por muchas autoridades.

   Así es como en estos 30 años la república creció en su poblacion,  pasó  de 27 millones a 42 millones de habitantes. Al día de hoy hay 15 millones más de argentinos que habitan este suelo  y demandan necesidades, de educación, trabajo y salud.  Si comparamos esta proporción de crecimiento con otras áreas de la nación observaremos que los resultados no son satisfactorios porque es muy poco lo que se avanzó hacia el verdadero progreso del pueblo. Uno de los aspectos más preocupante es la fragmentación de la sociedad.  Aun el país  muestra divisiones  inconcebibles para estas épocas  y mientras existan las mismas el camino del progreso estará lejos de consolidarse.

    La fragmentación se observó enormemente en los partidos políticos tradicionales como el peronismo y el radicalismo  y se dio este fenómeno  en todo el largo y ancho de la república  y en todos los estamentos del estado. Se perdió en estos años en gran medida  el verdadero y sano sentido  del patriotismo y se incrementaron las ambiciones desmedidas de los intereses personales de políticos y  funcionarios del estado. Aumentó la corrupción y sigue aumentando a la fecha; se está incorporando la droga en la sociedad y la misma llegó hasta en las escuelas y sus alrededores; aumentó la inseguridad y la delincuencia; y en la práctica, bajó y sigue bajando el nivel educativo en el país.  La señal preocupante en este último aspecto citado,  es la cantidad de jóvenes que teniendo educación gratuita no toman los libros. Así podemos decir que hoy en Argentina hay más de quinientos mil jóvenes “NI,NI” que no estudian ni trabajan . Esto no viene de manera espontánea, algo está fallando ya desde hace muchos años.

   Mucha gente en estas décadas pasó a ser de pobre a millonario, situación que merece el mayor de los reconocimientos cuando se logra por trabajo y sacrificio, pero en la mayoría de los casos, todo lo contrario, lo hicieron de mala fe  con la función pública. Otros pasaron de ser pequeños empresarios a tener su empresa en quiebra por la falta de rentabilidad de las mismas. Miles de pequeños y medianos productores agropecuarios perdieron sus tierras y la colonia agropecuaria se fue perdiendo, abandonándose las chacras tradicionales sin que esto le importe al gobierno; verdadera decadencia  que asusta hasta el más optimista.  En el caso del campo que es el motor de la economía argentina, la excesiva carga de impuesto, por ganancias, retenciones, ingresos brutos y alto pago de insumos en dólares ha marcado un estado injusto que raya con la usura para recaudar dinero y entregarlo a los avivados  destinatarios de un favoritismo político innecesario.

     Aparecieron especialmente en los últimos años  en gran escala los subsidios, en donde se prestan a todo tipo de anormalidad y aumento del “clientelismo político”,  donde en muchos casos  los vagos y corruptos se alinean con gran agilidad para cobrar sin trabajar, mientras que el pueblo honesto y trabajador cada día cincha más el lomo con mayores cargas de impuestos y con una inflación que no cesa  degradando su salario.

   No fueron fáciles estas décadas, la democracia no puede ser solo un nombre, debe ser una realidad. La democracia debe ser plural, justa y equilibrada. Debe ser  educadora de una república honesta y que de posibilidades de salud, trabajo y dignidad a la gente. No sirve que todo lo deba dar el  estado. La nación para crecer precisa del sacrificio de sus ciudadanos  y que todos trabajen, y por supuesto el trabajo debe ser premiado porque  en general el populismo es injusto.

   No da la impresión de que el trabajo realmente sea premiado. Pasaron estas décadas y Argentina aún mantiene mucha pobreza, demasiado, siempre más, mucho más de la que menciona el gobierno de turno; también mucho más desocupación de la que mencionan las autoridades y se debe considerar que los “planes” no son gente ocupada, es gente “sostenida con precariedad”  parece que el gobierno juega con esta gente para convertirlos en sus clientes políticos al lugar de convertirlos en “ciudadanos”. Argentina debe mirar un horizonte de mayor grandeza  y los gobernantes en general deben demostrar austeridad y obrar con mayor seriedad. No puede el gobierno hablar de década ganada cuando afloran problemas cruciales para el porvenir de la nación.

    Existen demasiado diferencias entre los argentinos y las grandes diferencias en muchos casos la marcan las autoridades con total injusticia y falta de criterio. Existen demasiados funcionarios acusados de corrupción  y poco se hace para aclarar y despejar estos nubarrones de sospecha. El gobierno en esta época estuvo  muy preocupado en intervenir la justicia y los medios de comunicación, criticando el monopolio pero a la vez esta construyendo  el propio, y no se dedica a planificar una Argentina más seria, honesta y trabajadora con menos pobreza y más seguridad.

   Seguramente que el gobierno ha hechos cosas, no se puede negar,  pero lo que no entiende que lo que hizo no alcanza, que podría haber hecho mucho más porque tuvo enormes recursos disponibles pero  todavía hay centenares, miles de niños con hambre en provincias pobres y en el mismo gran Buenos Aires. Hay muchos hospitales sin medicamentos, jóvenes que caen en la delincuencia y la droga; hay mucha falta de trabajo y trabajo precario,  esta  realidad no se baja con estadísticas acomodadas. Es una realidad de Argentina que marca claramente que le falta mucho progreso a este país y mientras falte, no es correcto de hablar de época ganada  como corolario de los 30 años de democracia.

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22 de noviembre de 2013
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jueves, 7 de noviembre de 2013

Cumplimos 227 años. Raíces de nuestra historia local.


    Cumplir 227 años no es poco, más de dos siglos,  y si tomamos el descubrimiento del río  por Lorenzo Suarez de Figueroa son  440 años que debemos contar, y en ese periodo entre el descubrimiento y la fundación  del “pueblo de La Concepción”, hay nada más ni nada menos que 213 años para ser tenidos en cuenta por nuestra historia,  porque en general queda la sensación que en muchos casos son olvidados. Por lo tanto hubo historia con anterioridad de Sobremonte  quien recién en 1786 fundara este Pueblo.

   Seguramente que  ahí están nuestras raíces profundas  y señeras que marcaron nuestro destino prometedor y difícil para consolidar una población en un lugar de la pampa. La pampa comenzó lentamente a poblarse, a tomar forma,   en la medida qué los aborígenes se asombraban al ver aparecer a los españoles llenos de atuendos y armaduras. Aquella exploraciones reales se sucederían y los indios no serían más los dueños absolutos  de estos lares´, “tendrían que aprender a compartir” pero además tendrían que aprender someterse  a las encomiendas que los europeos le imponían y su antigua libertad estaría amenazada.
    Ellos no entendían  la cruz que portaban los primeros misioneros, tampoco conocían la espada de los conquistadores, solamente  sintieron el rigor del metal desgarrando brutalmente sus cuerpos.  Ahí comenzó el dominio y la guerra, la que ya  había acontecido sin piedad en tierras de otros países al norte donde las matanzas de pueblos aborígenes fueron crueles y vergonzosas.

    Muy pronto de haber llegado los primeros españoles,  y según el historiador Aníbal Montes cita en su obra “Historia Antigua de Río Cuarto”: que  Pedro Luis de Cabrera, familiar  del fundador de Córdoba, concentra en el Soco Soco  algunos pobladores de su encomienda  buscando obtener de ese lugar mano de obra esclava usando la bondad de aquellos indios que no eran belicosos y vivían en un asentamiento pequeño al lado del río, cerca de donde se asienta nuestra actual ciudad.

   Cuatro años después,  el Gobernador Gonzalo de Abreu, enemigo de los Cabrera,  quien detuvo e hizo ejecutar  a Jerónimo Luis   por desobedecer al Rey, al mando de una expedición de 60 hombres   aparecía por el río Cuarto  buscando “el oro de los cesares” pasó con su caravana  hacia San Luis, en este lugar se encuentra  con el río Quinto, al que cruzó y continuó la marcha pero al final nada de los cesares encontró.

    Cuando regresa hacia el río Cuarto, encuentra también el asentamiento del Soco Soco,  por lo tanto nadie estaba solo en estas tierras. Además de indios nómades también había una pequeña población sedentaria en estos lugares, población que con los años  fue destruida y dispersada por los españoles.

    Así fue como el indio se encuentra con la sorpresa y la desconfianza de aquel conquistador soberbio, abusador, y altanero, que lo miraba con desprecio; solamente lo complacía en algo: poderlos  hacer trabajar a su servicio cumpliendo  encomiendas;  pero en general consideraban que estos salvajes eran seres sin alma.

    Fueron pasando los años y la tierra fue encomendada en grandes latifundios;  propietarios españoles de familias hidalgas se apropiaron de ella, y que mejor que tener indios para que le sirvieran. Por lo tanto debían apuntar que “la evangelización” fuera de la utilidad  de los estancieros, para que contribuyera en “lograr indios mansos,  dóciles y muy trabajadores”  para la producción de los campos, en la crianza de animales y tantas cosas más que la situación demandaba.

   Las tribus qué venían del sur a mirar lo que pasaba sobre la frontera  se comenzaron a incomodar y fue el capitán del Rey don Tristán de Tejada que libra el primer combate en 1584 en estas tierras, socorriendo así  a los primeros pobladores, quienes ya no podían dominar a los indios porque se le habían insubordinado por el abuso y los malos tratos. Ahí fue donde los españoles  además de mostrarle la espada, el dominio del caballo, también le hicieron demostraciones del poderoso arcabuz, lo que provocó un desconcierto ante los aborígenes que aún no tenían el dominio del caballo mientras que los españoles estaban montados.

    Esto permitió una serie de rencillas que incomodaron a todas las tribus de la pampa y recién en dos años se logra la pacificación y se pudieron ir formando los primeros asientos de pobladores españoles al lado del río Cuarto siendo así que en el año 1600 ya pasaban tropas de carretas rumbo a Chile y  se instalaban provisoriamente los distintos parajes. También nos cita el historiador Aníbal Montes en su obra, que varios viajes de carreta se armaban en 1604 con indios del Soco Soco hacia Buenos Aires, seguramente que estos pobres no iban por viaje de placer, al contrario, eran destinados a ser esclavos.  

    Por el año 1622 los Cabrera seguían realizando expediciones para encontrar el oro de la Trapalanda hacia el sur, mientras que sobre estas tierras ensanchaban su latifundio con nuevas mercedes  y unos años antes del 1700 el gobernador de Córdoba creaba la Reducción del Espinillo para evangelizar a los indios pampas donde ahora está la localidad de Reducción y en 1780 se creaban fortines en la frontera,  uno de ellos el de La Concepción.

   Todos estos aconteceres desembocaron en el 11 de noviembre de 1786 donde el Marqués de Sobremonte con gran esperanza  funda este pueblo reuniendo a 31 familias al lado de un fortín las que cobrando vida y con miles de sacrificios nos legaron la historia de nuestra querida ciudad de Río Cuarto que cumple sus 227 gloriosos años.


Walter Bonetto
7 de noviembre de 2013
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jueves, 31 de octubre de 2013

Sanatorios Privados en Río Cuarto (segunda parte)

                               
      Luego de haber narrado en la primer parte de este trabajo la instalación de los primeros  sanatorios privados riocuartense,  llegando con este análisis  hasta el año 1914,  con datos que fueron extraídos en su mayoría,  del libro del Dr. Américo Frigerio (“Sanatorios Riocuartenses” año 1999), continuamos narrando ahora, que en aquel año el Dr. Víctor Rodríguez,  quien  además de ser médico clínico era farmacéutico,  instala  su consultorio en el Boulevard Roca al 339 y el 4 de septiembre de 1917 logra  instalar un sanatorio en la planta alta  de la propiedad ubicada  en el mismo boulevard y la esquina noreste con la calle  San Lorenzo,   funcionando por más de diez  años en este lugar el “Sanatorio Rodríguez”. Su fundador  junto con un importante equipo médico realizaban Guardia y Clínica Médica,  Cirugía, Ginecología y Partos.

    Este sanatorio ganó un importante prestigio, no solamente en la ciudad,  también en la región.  Trabajó con una importante  cantidad de pacientes que concurrían al mismo. Debemos considerar que Río Cuarto  por aquel tiempo era una urbe populosa y en constante crecimiento  que ya contaba con treinta mil habitantes,  también atendía  a  muchos pacientes que venían de las localidades vecinas y de zonas rurales, favorecidos  los mismos por la comodidad de encontrarse  en las  proximidades de la estación del ferrocarril. El Sanatorio Rodríguez  tuvo una época muy interesante y de buen reconocimiento  en la medicina de la ciudad,  además era un instituto que brindaba la posibilidad de internaciones de manera constante.


     Fueron varios los emprendimientos privados  que pasaron por la historia de nuestra ciudad vinculados a la medicina. En el mes de febrero de 1924 en pleno centro de la ciudad, calle Bolivar al 165,  fue instalado un nuevo sanatorio, que adecuado a las especialidades de la época realizaba Clínica  general,  Rayos X, Cirugía, Ginecología, Partos, Garganta, Nariz y Oído y también hacia internaciones.

    Los médicos responsables de este instituto eran locales;  fueron los doctores Néstor Mercado Elizalde, Luis A. Pezzutti  y Gumersindo Alonso (h). A partir del año 1928 entra como socio de este sanatorio un prestigioso cirujano también local, el Dr. Cayetano Vitale, médico recibido en la universidad de Milán, pero al final de ese mismo año la sociedad se disolvió por problemas económicos y Río Cuarto quedó sin sanatorios privados, solamente con consultorios, siendo el único lugar posible de internar un paciente, el Hospital  de Caridad, que fuera de las  camas que disponía el mismo, en los terrenos aledaños a este,  habían realizado un internado con algunas habitaciones de dos camas cada una y alquilaban las mismas a médicos particulares  en donde los pacientes lograban en el lugar media pensión, lo que suplía en algo la internación de pacientes ante  las múltiples necesidades que existían.

    Por esos tiempos la ciudad de Río Cuarto vivía en materia de atención sanitaria una situación difícil relacionada a la carencia de instituciones clínicas. En definitiva lo que había logrado en años anteriores, ahora se había perdido. La medicina no resultaba rentable, muchos profesionales  que habían tenido la inquietud  de emprendimientos sanitarios  acorde a las necesidades de la población   no habían tenido éxitos con aquellos emprendimientos. Por otro lado como ya lo hemos mencionado en comentarios anteriores el estado era reacio  en asumir el problema de la salud de la población,  por lo tanto la calidad de viva de  los habitantes se limitaba y en muchos casos las consecuencias eran lamentables.
       En el mes de noviembre de 1934 el  Dr. Félix Imposti, junto a su señora esposa, Rosa Drago, y a su hermano Alejandro, médico recibido en la Universidad de Buenos Aires, abren en la  ciudad un sanatorio Obstétrico  denominado “Sanatorio Imposti” el que atendía e internaba de manera limitada solamente a mujeres.
        A partir del año 1938  los hermanos Bruno, quienes eran cuatro médicos,   instalan en la ciudad un importante sanatorio desempeñando  cada uno de ellos su profesión conforme a sus especialidades y comienzan a trabajar en un edificio adaptado como sanatorio en la calle Constitución al mil.   Hacían en este lugar  Clínica Médica, Cirugía y Pediatría  donde  luego funcionaron como “Clínica Bruno”,  en la misma calle  pero al 500  con instalaciones propias hasta 1960. El emprendimiento de los hermanos Bruno   marcó toda una época de constancia y dedicación a esta noble actividad, a partir de ese año y  al haberse retirado el Dr. Salvador Bruno,  ingresaron al mismo un grupo de médicos y trabajaron como el “Sanatorio Constitución” por varios años hasta su disolución final.

  Es indudable que en nuestra historia la instalación de sanatorios privados marcó toda una época, en donde muchos profesionales con vocación de servicio y vocación empresarial, fueron dando lo mejor de sí para lograr instituciones sanitarias  acorde a lo la población requería. Nunca fue fácil consolidar el objetivo, hasta que al final aparecen instituciones privadas de otra envergadura que fueron consolidando la actividad médica y que se proyectan por muchas décadas  las cuales perduran aún  en nuestros días  y que en los próximos comentarios nos ocuparemos.


Walter Bonetto
31 de octubre de 2013
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Fuentes consultadas: “Sanatorios Riocuartenses” Dr.  Américo J. Frigerio. Abril 1999.
                                       “Las Fechas del Imperio”  Walter Bonetto  -Ideas Graficas año 2006-

martes, 29 de octubre de 2013

No está muerto quien pelea

                                 
        Las recientes  elecciones legislativas  si bien fueron   adversas en gran medida  para el oficialismo,  no tuvieron resultados lapidarios que marquen  una derrota comprometedora a nivel nacional, porque tal como dicen ellos, aún “siguen siendo la fuerza más votada en todo el país” y mantienen intacto su dominio sobre el poder legislativo en ambas cámaras del Congreso y esto no es poca cosa, porque si se organizan, les da posibilidades de un resurgimiento interesante. Por lo tanto  el kirchnerismo, -aunque lo disimulan constantemente- está  muy herido por la abrumadora pérdida de votos y por haberle sido arrebatada la provincia de Buenos Aires,  pero  aún  es absoluto dueño del poder ejecutivo y legislativo, herramientas fundamentales para gobernar los próximos dos años que le restan, y que si las usan correctamente les servirán para proyectarse hacia futuras contiendas electorales y recuperarse de esta derrota.


   El problema radica en las potenciales amenazas que tendrá que soportar en este periodo, en donde además de gobernar en tiempos tormentosos que se le avecinan,  tendrá que hacer muy buena letra para convencer a electores en vista de  las elecciones presidenciales del 2015, en donde el corredor político que le espera  será muy estrecho y restringido. 
    Analizado desde un ángulo distinto se puede considerar que  la gran derrota del gobierno actual  fue perder y seguir perdiendo la provincia de Buenos Aires por casi 12 puntos; en capital Federal, 13 puntos, y ser derrotado en otros distritos importantes como Córdoba, Mendoza, Santa Cruz, entre otros. En definitiva fue una mala elección y esto a los oficialistas les cuesta asumirlo; al contrario, se muestran como “ganadores” ignorando la derrota; ignorando también  que perdieron 20 puntos en comparación con las elecciones presidenciales del 2011,  lo que es un peligroso  “cuesta abajo en mi rodada”. Ahora bien, el “gran triunfo” es mantenerse intacto en las cámaras, lo que le da suficiente autonomía y  oxígeno para promulgar leyes, que es un factor de fortaleza indiscutible. 
   Así es como podemos concluir, que aunque los enemigos políticos  asechan,  el oficialismo aún está en condiciones de batallar y  lograr buenos resultados de gestión en estos dos años  que le quedan. Tienen las herramientas para hacerlo: la ley de presupuesto y la prorroga en materia económica,  serán factores fundamentales que ayudaran  a la gobernabilidad  y también se debe considerar que   más allá de la derrota electoral no queda tan desmantelado políticamente.
    Lo que condicionará  el futuro próximo inmediato  y que es una determinante para el gobierno será el factor económico.  El problema fundamental es que si no administra bien, no tendrá los medios financieros,  en donde en la actualidad se observa:  que  además de un incremento significativo del gasto público, la caída de reservas en el Banco Central son preocupantes y  esto son aristas peligrosas que condicionan su mandato.
    También  el factor inflacionario se muestra fuera de control de la actual gestión y se convierte en  un fantasma que lleva al país a un abismo muy peligroso en donde el gobierno da la impresión de no querer reaccionar negando en gran medida la misma. Sumado a esto, la crisis energética no se queda atrás y también se presenta como una amenaza en donde la espada del kischnerismo tendrá que estar presta para librar la gran batalla.    
    Las pérdidas de votos del  actual gobierno obedecen en gran medida a la falta de credibilidad de su gestión dada por la constante inexactitud de los datos del Índex, el decir que se come con seis pesos, el negar la inflación, el avance de la corrupción, de las drogas y la inseguridad. Todo estos son factores que se tornan demoledores  en el momento de votar y hacen que el ciudadano cambie la boleta en el cuarto oscuro.
   Tampoco la gente está conforme con la militancia partidaria apasionada y en gran medida prepotente que este gobierno decidió sostener,  la cual en ocasiones pretende inmiscuirse en escuelas,  en empresas y  en catástrofes. Corregir estos métodos de manejar la política es lo que millones de votantes esperan, lo mismo que incluir el manejo de cúpulas de las fuerzas armadas en partidismo político ¿Serán capaces de asumir este desafío? Aunque es difícil, esperemos que sí. En poco tiempo lo sabremos.   



Walter Bonetto  
29 de octubre de 2013
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martes, 1 de octubre de 2013

Una pobreza que da angustia.

    Son muchas  las rutas que se  pueden recorrer por el país para darnos  cuenta de las bellezas  de esta grandiosa tierra argentina; pero también por algunas de esas rutas  recorremos zonas desérticas y pueblos  que expresan tanta pobreza  que realmente sorprende  y  preocupa, porque queda la clara expresión de  una república en gran medida insensible ante tanta precariedad de vida,  la cual es más producto de la desorganización que la falta de medios  para mejorar  las poblaciones que viven en indigencia y nos encontramos  que el estado  nada hace para revertir esta situación. 

   En muchas poblaciones pobres del norte y noroeste argentino la indigencia crece sin una causa que justifique ese avance  dado que son cuantiosos  los recursos que el país tiene para controlarlo, cosa que no se logra. Quizás el problema fundamental  es motivado por falta de organización y de planeamiento sobre esta situación y especialmente falta de objetivos trascendentes  para  avanzar sobre  el tema.
  Viendo el panorama  en pueblos  muy pobres se podrá encontrar claramente  que en muchos de ellos  lo que sobra es tierra  y lo que falta son recursos  no tan difíciles de lograr para mejorar la calidad de vida sus marginados  habitantes,  el problema crucial es: ¿Por qué no se logra? 


    Solamente para mencionar un ejemplo de los tantos que podríamos citar, transitado la Ruta nacional 141  a unos 100 km antes de llegar a San Juan  el viajero se encuentra con la localidad de Bermejo  en la cual está enclavada la iglesia, o  santuario  de San Expedito, muy visitado por miles de promesantes y turistas, donde uno encuentra que fuera de la construcción de la humilde y bien mantenida capilla,  todo lo demás está construido  en tierra pisada, barro, ramas y cañas. A sus alrededores no se ve vegetación  y se está pegado al campo desierto. En ese lugar viven unas cuatrocientas personas  en que la esperanza de vida para ellos no prospera  y el futuro se torna en gran medida incierto, porque como tantos en esas mismas condiciones, se convierten en los eternos olvidados.  Este panorama  está enmarcado  por la acción inexistente  de los gobiernos provinciales y nacionales que no se conmueven por mejorar a esos lugares  habitados por centenares de  personas que tienen el derecho de tener un pasar  digno y con esperanzas,  ¿pero cómo lo logran?

  Seguramente que si el estado nacional  y provincial,  planificaran adecuadamente  mejorar estos puntos del país  la nación sería más prospera. En estos casos  el estado debería  “educar, entusiasmar, organizar, Incentivar  y apoyar” a esos pobladores  en la cultura del trabajo creativo, para lograr un cambio de vida basado en el progreso y un habitad con mejores condiciones.

 Fundamental y posible sería  realizar en esos lugares  perforaciones para la extracción de agua con buen caudal  y así lograr el  riego  para pequeñas extensiones en aras de  hacerlas productivas para plantación de  frutales que vengan en esa región  a igual que legumbres  y hortalizas. Llevar cemento portland  para  dejar el barro en las construcciones; llevar chapas metálicas y  madera  para dejar los techos de cañas; llevar alambre tejidos para dejar los cercos y corrales de ramas; llevar losetas de cemento  o incentivar en el lugar la construcción de las mismas,  para que las casas tengan pisos y veredas, o sea que es mucho, demasiado mucho, lo que el estado podrá hacer  sin erogar demasiados gastos  para lograr estos objetivos y cambiar la vida de esa gente ; pero es inconcebible que nada de esto se haga  para  incentivar a esta gente  tan noble  a la tierra  en darles recursos  que les permitan vivir mejor    haciendo huertas, mini cultivos, criando animales de granjas  lo que lo podrían lograr adecuadamente con un plan de riego y forestación.  Pero nada se hace, no se incentiva al trabajo y al desarrollo a los habitantes de esos lugares tan pobres,  como si al estado nada le importara  y asume dejar vivir en ese abandono endémico. 
  
  El estado puede  formar planes serios  y bien encaminados  con equipos de  técnicos en agronomía, en construcciones,  que existen por miles en este país;   pagarle   contratos justos  y hacerle desarrollar emprendimientos productivos en esos lugares  e ir enseñando y  entregándoselos a los actuales habitantes  por parcelas, para que ellos continúen el emprendimiento,  lo que cambiaría toda la fisonomía de la localidad  y se lograría que la gente viviera de una manera más digna y gratificante. 
   
 La pobreza no cambia por sí sola, cambia por el accionar de la sociedad, de sus gobernantes  y en cada sector por sus lugareños,  que deben estar entusiasmados por el incentivo del gobierno en mejorar su situación de vida. La pobreza que se observa en esos lugares  no muestra  solamente  la indigencia en que vive tanta gente,  muestra la falta de preocupación y negligencia absoluta de los  gobiernos  y su pobre  desempeño.
    
Argentina tiene posibilidades de mejorar  todos esos lugares; tiene recursos para hacerlos,  solamente lo puede lograr  con una planificación más justa,  evitando gastos  descomunales en sectores inadecuados  y poniéndolo de manera controlada  al servicio de los sectores pobres que están poblando nuestro territorio y precisan no ser abandonados por el estado. 

Walter Bonetto
01 de octubre de 2013
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miércoles, 18 de septiembre de 2013

El llamado de leva

    Es indudable que la patria siempre tuvo su precio y se formó  con enormes sacrificios. Si analizamos nuestra historia local, desde este mismo  sitio de la antigua y peligrosa  Frontera Sur,  podemos observar la contribución de sus habitantes en el aporte para la formación del ejército  de Buenos Aires. En el año 1812 todos los pobladores de La Concepción debían contribuir “de manera voluntaria” para juntar y enviar  a Córdoba  vestuarios y abrigos para los soldados de la patria. A pesar de la pobreza y miseria de tanta gente, igual se hacían innumerables esfuerzos  para satisfacer el pedido del gobierno. Fueron muchas las mujeres de la Villa que hilaron innumerables  mantas con destino a los soldados, pero además de estas mantas iban gorras, piezas de cuero curtido a mano, velas, prendas de vestir, yerba mate, algunos licores artesanales y animales en pie.

    En aquel año Buenos Aires había requerido al gobernador de Córdoba el aporte de diez mil ponchos para las tropas del ejército y ese era un compromiso que se debía lograr con el aporte de toda la provincia;  tanto los pobres como los más acomodados debían contribuir. El Alcalde don Antonio Ponce de León  el día 1 de de marzo de 1812  recibía también la orden del Gobierno de Córdoba con el fin de tomar todas las medidas correspondientes para contribuir con el Gobierno de Buenos Aíres en la realización de las campañas militares. Aquella orden decía: “ Se deben alistar a todos los comerciantes en efecto de cartillas (libretas), es decir al por menor, a los que comercian en mulas, ganado, pulperías y otros artículos, quienes, proporcionalmente a sus medios deben asignarse con el número de piezas a que cada uno comercia y a la vez, librarse orden a los jueces de pedáneo a fin de hacer extensiva la contribución  entre el mayor número de habitantes, con las listas de los donativos requeridos para el ejército…”

      La contribución de los territorios del interior con el Puerto Del Plata indudablemente no se limitó solamente a lo material, ya en años anteriores se habían enviado esclavos y soldados  pese a desguarnecer la frontera, y fue en el año 1813 en donde el  Comandante Echevarría, del Cuartel Militar de la Villa de La Concepción, debió mandar a Córdoba cincuenta jóvenes reclutas de esta población y sus alrededores para auxiliar en Buenos Aires a las fuerzas militares.  Reunir a esta cantidad de hombres en aquellos años no era para nada fácil. En la mayoría de los casos: primero se los detenía, luego se los encarcelaba en los calabozos del Cabildo, para al final remitirlos. En este caso y para evitar que escaparan se los trasladó encadenados con rigurosa custodia en tres carretas.

    Ante cualquier noticia de leva,  todos los muchachos desaparecían como espantados de La Concepción,  así fue que un crecido número de jóvenes muy útiles para el servicio de las armas se encontraban prófugos y el Comandante militar debió mandar partidas para atraparlos aunque los resultados no siempre eran alentadores.

    En aquel mismo año y con grandes esfuerzos -además de los cincuenta reclutas ya enviados- se pudieron reunir quince muchachos más, estos también partían a Córdoba y desde allí rumbo a Buenos Aires para alistarse en la marina; todos con notas de vagos, ladrones, desertores, dañinos y pendencieros. Muchos de estos no lo eran tanto, se habían convertidos en fugitivos para salvarse de la leva.  Por aquellos años la necesidad de varones para formar las filas del ejército  era imperiosa, pero también lo era para defender la frontera, aunque en general esta quedaba en segundo plano, lo que permitía aconteceres dramáticos en los pueblos del desierto.

    Según el Historiador Víctor Barrionuevo Imposti en su obra “Historia de Río Cuarto” (tomo1), él nos narra que “las levas para el ejército comenzaron siendo voluntarias…”  y tenían como objeto reunir a jóvenes  y no tan jóvenes que eran considerados vagos y mal entretenidos como  también  gauchos pendencieros, pero seguramente que eran muy pocos aquellos “voluntarios”, entonces también se enganchaban a los “hijos de familia” que no tuvieran hogar a cargo; todos terminaban  en el cuartel atrapados por la leva, es así como estos parajes quedaban desolados.

    Los hombres que lograban ser  alistados eran manejados con rigurosa custodia por las autoridades militares y se les hacían conocer las penas en caso de deserción  no faltando nunca la figura de “la pena de muerte”. El mismo autor citado precedentemente nos indica en su obra: “No fue poca la fatiga de los Jueces de Pedáneo para rastrillar reclutas, los más ruines tenían agallas para desaparecer como sabandijas. En la leva el ejército atrapaba gente honrada y mozos de averías, inclusive algún ladrón de mujeres  a quien la guerra le haría mucho bien”.

     En definitiva, la cuestión de incorporar hombres al ejército por aquellos años  fue siempre más obligatoria que voluntaria, y cuando el jefe de la partida que comandaba la leva se paraba frente al rancho pidiendo que se presentara el varón, ya no había forma de escapar ni de hacerse a un lado, por más quejas desesperada de su madre,  su mujer, ni llantos de  niños. ¡La leva era la leva!  Fue también obligatoria para la atención de los fortines en la misma frontera.

    Aunque la patria se debía formar con ellos, no era fácil ser soldado. Los tremendos riesgos, la vida rigurosa, la pobreza extrema, la disciplina exigente, y las injusticias que no faltaban, todos  eran factores que se concadenaban en gran medida para provocar desertores, mientras que muchos de los que permanecían contaban sus días como si estuvieran en un presidio para volver a sus pagos, si es que el destino los dejaba.

    Tampoco en el interior existían milicias regladas ni cuerpos bien definidos en su formación. La influencia de los caudillos regionales gravitaba sobre la organización de las milicias como también tenía su injerencia -aunque indirecta- la lucha contra el indio. Pertenecer a un cuerpo de ejército no siempre significaba estar al lado de lo que quería la patria. La lucha de los unitarios y federales influye considerablemente en la formación de las milicias y muchas veces un soldado que para un cuerpo fue un valiente, al perder la batalla lo degollaban por traidor. Eran situaciones muy tremendas en donde el pertenecer a la milicia resultaba ser confuso y muchos le escapaban a cualquier precio y es así que cuando pasaba la “leva” para llevarse al joven y engancharlo de “voluntario” el mundo se derrumbaba para él y su familia.

Walter Bonetto
18 de septiembre de 2013
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lunes, 9 de septiembre de 2013

A 100 años de la construcción del Puente Carretero

Hasta 1913 cruzar el río era el desafío  constante que se imponía  para llegar a la ciudad  desde el norte o viceversa. En tiempos normales nunca fue un obstáculo difícil,  pero con las crecientes en los periodos de lluvias esto se complicaba. La ciudad crecía y las demandas de  comunicaciones y tránsito aumentaba;  además esta limitación se terminaría  agravando cuando aparecieron a partir de las primeras décadas del siglo pasado los vehículos motorizados, ya en el año 1906 la municipalidad  había otorgado las primeras patente de automóviles, por lo tanto un puente sobre el río  era fundamental  y prioritario. En el año 1900 la ciudad contaba con unos 12.000 habitantes, considerada por aquellos años, populosa,  de alto crecimiento poblacional y económico. Un porcentaje considerable de aquellos habitantes estaban radicados y se seguían radicando en la banda norte del río,  dado que desde el año 1883, durante la gestión del intendente Moisés Irusta, había un decreto  de “fundación de una villa al norte del curso de agua”;  para eso  el agrimensor  Saint Remy Urban,  realizaba  los planos de urbanización sobre este sector,  pero la falta de un paso seguro era  toda una limitación, aunque no impidió que estos terrenos se lotearan.

   Desde el año 1880 se reclamaba un puente para la ciudad y en el año 1885 el Congreso de la Nación había aprobado una ley que asignaba cien mil pesos para esta obra pero quedó sin concretarse. Recién   fue en el año 1886 que se realizan los estudios para su construcción  ocupándose de esto el Intendente  Juan A. Álvarez, que además gestionó  su  instalación con diversas autoridades de la provincia y la nación pero sin éxito. Mientras estas gestiones continuaban con sus trámites y esperanzas, los pobladores seguían  cruzando como podían las agüitas templadas del río Cuarto sobre su  lecho de suave arena para alcanzar la otra banda. Personas  con el calzado en las manos o sobre el hombro unidos por los cordones, con sus pantalones arremangados sobre las rodillas y  hasta con niños en brazos, era común encontrar en aquel tránsito. Carros, sulkys, chatas, vagonetas, diligencias, carretas,  hombres y mujeres montados a caballo;  todo esto  era el método usado para hacer el pasaje. Había carritos pasadores de gente que cruzaban el río cobrando unas monedas; el cruce también se hacía de noche y cuando había poca luna algunos farolitos alumbraban el recorrido.


   Ante esta imperiosa necesidad de lograr un tránsito continuo, y ante los insistentes reclamos de los riocuartences, especialmente los realizado con enérgicas notas del Intendente don Alfredo Boasi al Ministro de Obras Públicas de la Nación en el año 1903, al final el gobierno  reasignó partidas  de un presupuesto ya autorizado por ley de años anteriores y  adjudicó la obra  a la empresa alemana Harkort Duisburg.  Así es como    en el año 1911 se iniciaron  las obras del “puente carretero” que se venía gestionando con insistencia desde más de un cuarto de siglo atrás, la cual sería controlada por el  Dirección de Puentes y Caminos.

     No faltaron inconvenientes de distintos tipos, esta obra tan importante al poco tiempo de haber sido iniciada fue paralizada por falta de presupuesto. La gente de Río Cuarto se sintió decepcionada, pero el Intendente de la ciudad don Antonio Ferrer,  de manera inmediata tomó con energía y preocupación el tema y  el día  10 de abril de 1911, emitió un telegrama al  Presidente de la República, que era el  Doctor Roque Sáenz Peña, trasmitiéndole la inmensa preocupación de toda esta ciudad  y además solicitaba  que  intercediera para que no se suspendiera la construcción del puente carretero, tan anhelado y necesario para esta población, dado que el “decreto de economía” firmado por el Poder Ejecutivo Nacional la había paralizado. La repuesta del Presidente de los argentinos no se hizo esperar y fue inmediata, dado que  el 11 de abril de ese mismo año, -o sea al día siguiente- el Intendente de Río Cuarto recibía respuesta del Presidente de la República,  donde le comunicaba que iba a interceder ante el Ministro de Obras Públicas para que las obras del Puente de Río Cuarto tuvieran continuidad. 

     Fue una gran alegría para todos y así fue como a los pocos meses esta tan ansiada obra es continuada para felicidad de los ciudadanos y queda habilitada luego de dos años de trabajo, en que también se debieron vencer distintas dificultades entre el proveedor de la obra  y sus contratista, dado que faltaron placas metálicas y miles de remaches para seguir uniendo las partes, además de haberse armado incorrectamente un sector por deficiente mano de obra,  el cual tuvo que ser  reconstruido. Toda su estructura metálica está montada sobre pilotes de ladrillos y bigas de concreto enterradas en profundidad sobre el lecho del río hasta alcanzar el basamento de roca. El puente  fue adquirido en Alemania en condición de desuso, el que había sido desmontado del río Rin. Se trajo  a nuestro país, y solamente un tramo del mismo está sobre nuestro río  y logró un extraordinario  cambio de vida de nuestra ciudad. Después de su instalación el puente siempre se fue mejorando y en el año 1940  durante la gestión del Intendente  Ben Alfa Petrazzini, se construyeron las rampas de ingreso totalmente pavimentadas.

    Al final  el 13 de marzo de 1913 esta fabulosa obra queda habilitada. Aquel sueño se había hecho realidad, la ciudad tuvo un antes y un después del puente carretero. Este facilitó el progreso y trajo una comunicación más fluida e integrada. Durante un siglo,   millones de personas lo transitaron constantemente; en sus primeros tiempos  en horas determinadas, pasaban por el mismo hasta tropas de ganado que venían del norte rumbo  los corrales de las ferias que se ubicaban al sur de la ciudad para sus tradicionales remates. Después de su instalación el puente siempre se fue mejorando y en el año 1940  durante la gestión del Intendente  Ben Alfa Petrazzini, se construyeron las rampas de ingreso totalmente pavimentadas.

    Hoy el puente carretero es un puente más de los seis  con que cuenta la ciudad, pero como siempre sigue permitiendo una comunicación fluida y un tránsito directo al corazón de Río Cuarto. En este año se cumplió un siglo desde que se habilitó al tránsito,  en donde la ciudad dejó de estar aislada y dividida cobrando un dinamismo fundamental e integrador para ambas partes de las márgenes del río y para la gran región del río Cuarto y localidades vecinas. 



Walter Bonetto
9 de septiembre de 2013
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sábado, 24 de agosto de 2013

Jorge Lanata, “entre amores y odios”

    La aparición contundente de la figura de Jorge Lanata en el periodismo de investigación, no es para nada nuevo, lo que ocurre que ha tocado nervios viscerales del poder como casi nunca nadie  lo hizo. Lanata es un periodista propuesto  a despertar  la sociedad argentina, gritando constantemente “cuidado vienen ladrones” “nos están robando”,  y la sociedad argentina sigue como en soñolencia a pesar que sabe que la corrupción viene de décadas pasadas, entonces es como que está asumida  y la considera parte de sus vidas, por lo tanto en buena medida la termina aceptando;  “que roben pero que hagan”. Hoy el periodista ofrece  una realidad distinta, en donde  juega a cada instante su honor y prestigio para demostrar a la sociedad que está siendo engañada por gran parte de sus funcionarios, que les mienten, que les hacen trampas, y que esto es robar el futuro de las nuevas generaciones. Debemos asumir que nuestra sociedad se muestra tan permisiva y descuidada que decir esto pega muy fuerte, va como en contramano de lo “normal”. Ahora bien, debemos reflexionar que no es cualquier persona que lo dice y que no todo lo que dice son mentiras.


   En la faz de su profesión es   indudable que es un  hombre de gran experiencia y preparación  con cuarenta años de trayectoria, más de treinta importantes premios recibidos en el país  y en el extranjero,  y más de doce libros publicados, en donde por lo menos uno de ellos es best seller con la mayor cantidad de ventas en los últimos 40 años, por lo que debemos convenir que no es un hablador improvisado,  sino todo lo contrario, posee un prestigio y una lucidez intelectual para desarrollar su especialidad que pocos la demuestran; además a esa lucidez la anexa con un carisma personal que aunque a muchos no les guste, trasmite sus ideas con gran lucidez y sinceridad. La aceptación que tiene Lanata de gran parte de la audiencia del país provoca una envidia descomunal y varios medios de comunicación,  junto al mismo gobierno y periodistas muy conocidos -aunque sin el calibre ni la capacidad de Lanata-,  lo tratan de destruir a diario  y de cualquier manera.

   Si hoy se hiciera una encuesta de aceptación en Argentina sobre Jorge Lanata, superaría el 80% de personas que lo apoyarían casi incondicionalmente; pero de todos modos el accionar contundente de este hombre, crea también una gran cantidad de odios y por supuesto de enemigos, porque  siendo acusado que pertenece a una corporación,  está tocando sin piedad la corporación del poder actual.
   Ante esta situación el gobierno nacional al principio quedó sorprendido con las denuncias del periodista y se mantuvo en silencio, tomó la estrategia de ser indiferente, luego al ver que las denuncias por corrupción continuaban, afiló a un sector del periodismo afín, para contrarrestar su accionar, pero no pudo de ninguna manera lograr el objetivo. No dudó en programar la transmisión de “Futbol Para Todos” modificando los horarios para juntarlos en el espacio de la emisión del programa de Lanata, pensando que iban a interferir seriamente el rating  de Periodismo Para Todos, cosa que no resultó. Actualmente el gobierno cambia de estrategia y el Secretario General  de la Presidencia desmiente denuncias de un viaje fuera de protocolo de nuestra Presidenta, pero lo hacen tan mal, y termina dando exabruptos  que desmerecen a un hombre que está en la función pública   tratando  de desmentir algo que es indesmentible, porque el periodista denunció con un “Boletín Oficial” en mano, de lo que  el gobierno había escrito y publicado.

    Las denuncias de Jorge Lanata  han resultado muy preocupantes, molestan e incomodan a una considerable cantidad de funcionarios. Si fueran mentiras, son totalmente condenable por toda la sociedad Argentina y el periodista debería pagar porque no es justo difamar, porque no es justo injuriar, porque no es justo dar a entender que muchos funcionarios argentinos son delincuentes. No porque se tenga un micrófono se puede decir cualquier cosa, esto realmente es una infamia y debe ser inaceptable. ¿Ahora qué ocurre si las denuncias son verdad como el periodista y el equipo de investigación muestran y aseveran? Sería una situación muy doliente y vergonzosa para el gobierno, pero más doliente es para el verdadero ciudadano que se siente estafado por sus autoridades y sabría que está siendo gobernado por muchos delincuentes, por lo tanto Jorge Lanata sería un valiente y un patriota.

    Ante esta situación calamitosa que nos ocurre la Justicia Argentina debería actuar con mayor celeridad y poner las cosas en su lugar,  para esclarecer así un accionar poco claro que termina dividiendo innecesariamente a la sociedad.

Walter Bonetto
24 de agosto de 2013
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miércoles, 21 de agosto de 2013

Opinión: Incorrecciones del gobierno

   La respuesta dada por el gobierno nacional a través del Secretario General de la Presidencia Oscar Parrilli,  en relación a la denuncia periodística vinculada a una escala  fuera de protocolo en un viaje  realizado por la presidenta de la nación, se observa totalmente fuera de lugar.  Realmente las autoridades nacionales demuestran una falta de cautela y prudencia que llama la atención  y esto es verdaderamente inconcebible,  porque se observa como un alto funcionario desmerece con agravios desmedidos a un periodista tratándolo de “sicario y asesino mediático”. ¿vale la pena estos conceptos agraviantes de un funcionaro?

   Más allá de las denuncias del periodista que podrá tener razón o no, la actitud del gobierno no es para nada un buen ejemplo y obra con un proceder intempestivo  demostrando una falta absoluta de sentido común y respeto a la ciudadanía. El gobierno tiene todo el derecho y hasta la obligación de desmentir apreciaciones periodísticas, denuncias o difamaciones y es muy bueno que lo haga, pero el camino de cómo hacerlo, debe responder a normas de ética de corrección y respeto, y no exabruptos fuera de toda aceptación.

   Se debería haber considerado que el “Boletín Oficial”  indica puntualmente la noticia que expresó el periodista, entonces por qué tanto escándalo.  ¿Qué se está escondiendo? ¿Por qué molestó tanto la denuncia?, más aún,  observándose que existieron denuncias de mayor magnitud que comprometen a la figura presidencial y al mismo gobierno, pero  casi nada se hizo para desmentirlas, cuanto gran parte de la ciudadanía esperaba con ansiedad que fueran desmentidas por las autoridades, pero estas se mantuvieron en silencio.

    Es posible que las autoridades deban desmentir con energía pero con respeto cada una de las grandes acusaciones que se le están haciendo relacionadas: al lavado del dinero, al manejo intencionado de la obra pública adjudicada en la provincia de Santa Cruz al empresario  Lázaro Báez;  la sociedad de este señor en una “chacra” con nuestra presidenta y tantas cosas más en  que no se observa una reacción de las autoridades.

   El decir que esto es una “campaña de prensa” o “es show mediático”, o es “Clarín”  no alcanza, es algo demasiado infantil. La gente no es tan incauta, necesita explicaciones a la altura de las circunstancias y el periodismo que denuncie falsedades y difame, debería ser denunciado a la justicia y  severamente sancionado si así corresponde. Eso es lo que la gente espera y no que digan que son “intentos desestabilizadores”.

    La primera  vez que se sale a desmentir a una de estas denuncias periodísticas se lo hace con una desprolijidad abrumadora  y además se desdice en parte de lo que el mismo gobierno había dado a conocer en su “Boletín Oficial”. Realmente  una actitud desconcertante e inmadura. ¿Entonces, el “Boletín Oficial” es una mentira? Preocupante  la actitud de las autoridades. Es como que los actuales funcionarios no se hacen cargo ni de sus errores ni de sus actos incorrectos y parece que nadie tiene el derecho constitucional de denunciarlos.  Por lo tanto están equivocados y cuando son denunciados, siempre  “los desean desestabilizar y son golpistas”.

    Se observa claramente que nadie quiere desestabilizar al gobierno, nadie quiere dar golpes de estado; lo que sí existe una alta fracción del pueblo argentino que no está conforme con este gobierno por estas tremendas desprolijidades y  millones de argentinos pretenden que nuestros gobernantes hagan las cosas de la mejor manera posible, que no exista favoritismo, que la justicia sea indepenpediente, que no exista corrupción,  que el gobierno y los gobernantes sean serios y honestos y que las autoridades no se victimicen, que asuman la responsabilidad con hidalguía, que obren con grandeza y que gobiernen para el bien común de todos los argentinos y no que sigan dividiendo a un país innecesariamente.    


Walter Bonetto 
21 de agosto de 2013
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martes, 13 de agosto de 2013

Opinión: Camino a la República

   Con estas elecciones primarias  Argentina vivió un verdadero ejemplo de democracia, en donde los ciudadanos tuvieron una participación  importante  y comprometida con los verdaderos valores de una república. Haciendo un análisis somero encontramos que son muchas las causas  que llevaron a una elección  en donde los resultados  fueron contundentes para poner freno a los avances del kirchnerismo.  No se trata de sacar leña sobre el árbol caído,  se trata de reconocer la realidad,  una realidad que el apasionamiento político del gobierno de turno trató de ignorar y eludir constantemente, pretendiendo hacer ver espejismos a un pueblo que a gritos prudentes le reclamaba cambios en su proceder  a través de diversos cacerolazos,  pero que ellos estaban empecinados en desoír  diciendo que “fueron los mejores”; y mientras  daban gritos de “conquistas  y de diez años ganados”  la inseguridad, la inflación, la corrupción  agrietaba y dividía  a la república  a pasos agigantados; pero los discursos gubernamentales  seguían diciendo que se comía con seis pesos, que la inflación era imperceptible  y que nunca habíamos estado tan bien como ahora, lo que se convertía en una total falta de respeto al pueblo  y una falta de seriedad del gobierno porque anunciaba cosas inciertas.

   Esta situación de miopía gubernamental  terminó  provocando este fracaso, el cual se presenta muy duro para un gobierno tan soberbio  y autoritario que no quiso escuchar  los reclamos  de una sociedad preocupada. Luego de esta  elección primaria,  millones de argentinos  sintieron que se abrió una ventana y entró aire fresco que permite respirar distinto. Esta sociedad en disidencia  con los proyectos actuales  del gobierno no está  de acuerdo que Argentina  se vuelva Venezuela, Cuba, ni Bolivia, no porque se tenga algo en contra de esas naciones hermanas  y queridas, solamente porque no se comparte esa política de neocomunismo,  al igual que no se comparte al neoliberalismo.  Esta sociedad es la que no quiere  la política en las escuelas, ni la militancia política intencionada y cargada de ideología  y es posible que este gobierno haya abusado   de estas situaciones logrando el rechazo de millones de personas.
   Nadie ignoraba que la intención de modificar la constitución  para permitir la reelección estaba en agenda  de las autoridades. Esto fue otro punto en contra que favoreció la derrota en las urnas. Otro de los factores irritantes que jugó a favor de la derrota fueron las grandes acusaciones  a funcionarios y hasta a la misma presidenta sobre los alcances de la corrupción  vinculada con la obra pública de Santa Cruz. La compra de terrenos a precios irrisorios por parte de la familia presidencial, en donde se denuncia periodísticamente a nuestra misma presidenta como socia de un terreno (chacra) con el empresario Lázaro Báez. Sabrá al final la justicia si esto es cierto o no,  pero desde ya se lo presenta como un bochorno y el pueblo se siente estafado y quien está emocionalmente en esta situación no le puede dar el voto favorable,  porque observan que las autoridades  nacionales nada hacen para desmentir las graves y múltiples acusaciones.
   Seguramente que el gobierno mantiene  la primera minoría tal como lo anunció el ministro del interior el día de las elecciones   porque en la suma de votos a nivel nacional resultó ser ganador,  pero lamentablemente  esto no alcanza, porque el mapa político del país se dio vuelta abruptamente y el gobierno perdió baluartes electorales de gran importancia que gravitarán en su contra, como la provincia de Buenos Aires; fue derrotado en Catamarca, La Rioja, San Juán, Mendoza, Santa Cruz entre otras. Por otro lado,   surgen fortalecidos otros  líderes,  que lograron resultados abrumadores  y representan a un país que le dicen “basta”  al gobierno actual, con el apoyo del pueblo.
   Esto es el camino hacia la alternancia  y es algo extraordinario que ocurra, porque es saludable para la nación  y seguramente en este ocurrir,  se debe reconocer también todos los logros de este gobierno, que no fueron pocos pero resultaron insuficientes, y  como en toda empresa, los errores pesan más que los aciertos,  porque  generalmente los resultados finales se miden por las cosas mal hechas. También se debe considerar que  “existieron logros ausentes”: como el decirle la verdad al pueblo, como la lucha contra la inflación, con una conducta muy reprochable del INDEX; como neutralizar la corrupción, como el manejar la prensa con pautas publicitarias y tantas cosas más que sumaron en las urnas de estas elecciones primarias  que se realizaron en paz y verdadera democracia,  por lo tanto la podemos considerar como un triunfo y un ejemplo de toda la nación. También podemos pensar que el gobierno aún le queda un importante periodo para recomponer muchos de sus errores y esto sería una gran esperanza.

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13 de agosto de 2013

lunes, 15 de julio de 2013

Sobre la libertad de expresión

   Que difícil que resulta en estos tiempos para un ciudadano definir el concepto de libertad de expresión, dado que según la tendencias de distintos gobiernos desean entender la misma “a su manera”  para así tomar acciones de censura a los adversarios o de propagandismo mediático sobre su gestión .

     Dice nuestro diccionario que libertad es: “Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos”. La libertad es un estado, una condición. Estado de quien no está preso y de quien está en libertad. Mientras que expresión en el caso del periodismo, “es la declaración de algo para darlo a conocer entender”. Estas definiciones son claras y objetivas y no tendría que estar discutiéndose qué es la libertad de expresión,  pero indudablemente que en muchos países se discute  y las noticias son constantemente manipuladas según la intención política que se persiga. Algo propio de gobiernos autoritarios.


    La libertad conlleva poder expresar todos los hechos que resulten ser noticias sin condicionamiento alguno, solamente hacerlo con respeto y con verdad. Una regla fundamental de la democracia es la “libertad de expresión”. Cuando la misma es censurada, perseguida, atacada, condicionada,  está perseguida la democracia y por más que los gobernantes insistan de que en su país “hay democracia”, no lo es tanto si se acallan o se condicionan voces, si se intervienen medios de comunicación o se persiguen a periodistas y medios de comunicación.

    Son muchos los países en la actualidad donde ocurren estos males, incluido en América y en el Caribe, y son tantos los países que van en la actualidad camino a  “silenciar” los medios  no adictos a su gobierno, lo que deja mucha preocupación sobre los ataques sutiles que sufre la libertad por parte de los gobernantes. Indudablemente que todo esto es decadencia, dado que se está en frente de gobiernos autoritarios y no hay otro nombre para definir esta situación.

    Junto a la censura también existe otro mal tan sutil y despreciable  que usan los gobiernos que es el “soborno”: asignar dinero a medios de comunicación y a periodistas para condicionar la información y callar las críticas, al ocurrir estas situaciones hay un doble mal: el gobierno que soborna y hombres que se compran,  lo que termina siendo una conducta vergonzosa y reprochable,  ¿esto actualmente ocurre en Argentina?  Bueno usted sacará sus propias conclusiones y si esto ocurre, la democracia, por la que tanto se lavan la boca nuestros funcionarios y gobernantes está amenazada. Así es como vemos en estos días que periodistas considerados “profesionales”  se dieron vuelta como veleta al cambio del viento, porque reciben dadivas ventajosas y no dudan en vender su alma al diablo.

     Con estas conductas la república está en decadencia. Esto es lo triste, lo tremendo, lo desesperanzador y uno encuentra que muchos políticos para sostenerse en el poder no tienen límites éticos, así es como observamos a  hombres con tanta  falta de grandeza y desprendimiento que  son capaces de llegar a cualquier extremo con tal de imponer sus ideales tan enfermos como mezquinos, y uno de esos extremos es crear su propia prensa, que  griten sus logros a pesar que muchos de ellos estén signados por la corrupción.

     Para eso es  necesario  tener a cualquier precio a una prensa adicta a sus intereses, realmente todo una vergüenza y lo más terrible que es a esa misma prensa que la condicionan con pautas publicitarias y con sobornos.  Ante este lastimoso panorama  debemos preguntarnos:   ¿Están enfermas nuestras sociedades? ¿A dónde llegó la ambición del ser humano?  ¿A dónde están los valores de este mundo? ¿Cuál es el camino de una república seria?  Al oír a tantos gobernantes y funcionarios, muchos  con sus  cantinelas que repiten como loros, que realizan “grandes revoluciones” en bien del pueblo, pero  que al final es el mismo pueblo que cada día debe ser más sumiso al poder  politiquero, que no duda  en  ventilar mentiras desproporcionadas de logros tan inciertos como fantasiosos y que para hacer esto debe caer en la cobardía de acallar al periodismo serio y libre para así consolidar sus “revoluciones”. Es esto nada más que falta de conducta democrática y un mal endémico y peligroso que no deberían ocurrir en  estos tiempos.

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15 de julio de 2013