jueves, 31 de octubre de 2013

Sanatorios Privados en Río Cuarto (segunda parte)

                               
      Luego de haber narrado en la primer parte de este trabajo la instalación de los primeros  sanatorios privados riocuartense,  llegando con este análisis  hasta el año 1914,  con datos que fueron extraídos en su mayoría,  del libro del Dr. Américo Frigerio (“Sanatorios Riocuartenses” año 1999), continuamos narrando ahora, que en aquel año el Dr. Víctor Rodríguez,  quien  además de ser médico clínico era farmacéutico,  instala  su consultorio en el Boulevard Roca al 339 y el 4 de septiembre de 1917 logra  instalar un sanatorio en la planta alta  de la propiedad ubicada  en el mismo boulevard y la esquina noreste con la calle  San Lorenzo,   funcionando por más de diez  años en este lugar el “Sanatorio Rodríguez”. Su fundador  junto con un importante equipo médico realizaban Guardia y Clínica Médica,  Cirugía, Ginecología y Partos.

    Este sanatorio ganó un importante prestigio, no solamente en la ciudad,  también en la región.  Trabajó con una importante  cantidad de pacientes que concurrían al mismo. Debemos considerar que Río Cuarto  por aquel tiempo era una urbe populosa y en constante crecimiento  que ya contaba con treinta mil habitantes,  también atendía  a  muchos pacientes que venían de las localidades vecinas y de zonas rurales, favorecidos  los mismos por la comodidad de encontrarse  en las  proximidades de la estación del ferrocarril. El Sanatorio Rodríguez  tuvo una época muy interesante y de buen reconocimiento  en la medicina de la ciudad,  además era un instituto que brindaba la posibilidad de internaciones de manera constante.


     Fueron varios los emprendimientos privados  que pasaron por la historia de nuestra ciudad vinculados a la medicina. En el mes de febrero de 1924 en pleno centro de la ciudad, calle Bolivar al 165,  fue instalado un nuevo sanatorio, que adecuado a las especialidades de la época realizaba Clínica  general,  Rayos X, Cirugía, Ginecología, Partos, Garganta, Nariz y Oído y también hacia internaciones.

    Los médicos responsables de este instituto eran locales;  fueron los doctores Néstor Mercado Elizalde, Luis A. Pezzutti  y Gumersindo Alonso (h). A partir del año 1928 entra como socio de este sanatorio un prestigioso cirujano también local, el Dr. Cayetano Vitale, médico recibido en la universidad de Milán, pero al final de ese mismo año la sociedad se disolvió por problemas económicos y Río Cuarto quedó sin sanatorios privados, solamente con consultorios, siendo el único lugar posible de internar un paciente, el Hospital  de Caridad, que fuera de las  camas que disponía el mismo, en los terrenos aledaños a este,  habían realizado un internado con algunas habitaciones de dos camas cada una y alquilaban las mismas a médicos particulares  en donde los pacientes lograban en el lugar media pensión, lo que suplía en algo la internación de pacientes ante  las múltiples necesidades que existían.

    Por esos tiempos la ciudad de Río Cuarto vivía en materia de atención sanitaria una situación difícil relacionada a la carencia de instituciones clínicas. En definitiva lo que había logrado en años anteriores, ahora se había perdido. La medicina no resultaba rentable, muchos profesionales  que habían tenido la inquietud  de emprendimientos sanitarios  acorde a las necesidades de la población   no habían tenido éxitos con aquellos emprendimientos. Por otro lado como ya lo hemos mencionado en comentarios anteriores el estado era reacio  en asumir el problema de la salud de la población,  por lo tanto la calidad de viva de  los habitantes se limitaba y en muchos casos las consecuencias eran lamentables.
       En el mes de noviembre de 1934 el  Dr. Félix Imposti, junto a su señora esposa, Rosa Drago, y a su hermano Alejandro, médico recibido en la Universidad de Buenos Aires, abren en la  ciudad un sanatorio Obstétrico  denominado “Sanatorio Imposti” el que atendía e internaba de manera limitada solamente a mujeres.
        A partir del año 1938  los hermanos Bruno, quienes eran cuatro médicos,   instalan en la ciudad un importante sanatorio desempeñando  cada uno de ellos su profesión conforme a sus especialidades y comienzan a trabajar en un edificio adaptado como sanatorio en la calle Constitución al mil.   Hacían en este lugar  Clínica Médica, Cirugía y Pediatría  donde  luego funcionaron como “Clínica Bruno”,  en la misma calle  pero al 500  con instalaciones propias hasta 1960. El emprendimiento de los hermanos Bruno   marcó toda una época de constancia y dedicación a esta noble actividad, a partir de ese año y  al haberse retirado el Dr. Salvador Bruno,  ingresaron al mismo un grupo de médicos y trabajaron como el “Sanatorio Constitución” por varios años hasta su disolución final.

  Es indudable que en nuestra historia la instalación de sanatorios privados marcó toda una época, en donde muchos profesionales con vocación de servicio y vocación empresarial, fueron dando lo mejor de sí para lograr instituciones sanitarias  acorde a lo la población requería. Nunca fue fácil consolidar el objetivo, hasta que al final aparecen instituciones privadas de otra envergadura que fueron consolidando la actividad médica y que se proyectan por muchas décadas  las cuales perduran aún  en nuestros días  y que en los próximos comentarios nos ocuparemos.


Walter Bonetto
31 de octubre de 2013
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Fuentes consultadas: “Sanatorios Riocuartenses” Dr.  Américo J. Frigerio. Abril 1999.
                                       “Las Fechas del Imperio”  Walter Bonetto  -Ideas Graficas año 2006-

martes, 29 de octubre de 2013

No está muerto quien pelea

                                 
        Las recientes  elecciones legislativas  si bien fueron   adversas en gran medida  para el oficialismo,  no tuvieron resultados lapidarios que marquen  una derrota comprometedora a nivel nacional, porque tal como dicen ellos, aún “siguen siendo la fuerza más votada en todo el país” y mantienen intacto su dominio sobre el poder legislativo en ambas cámaras del Congreso y esto no es poca cosa, porque si se organizan, les da posibilidades de un resurgimiento interesante. Por lo tanto  el kirchnerismo, -aunque lo disimulan constantemente- está  muy herido por la abrumadora pérdida de votos y por haberle sido arrebatada la provincia de Buenos Aires,  pero  aún  es absoluto dueño del poder ejecutivo y legislativo, herramientas fundamentales para gobernar los próximos dos años que le restan, y que si las usan correctamente les servirán para proyectarse hacia futuras contiendas electorales y recuperarse de esta derrota.


   El problema radica en las potenciales amenazas que tendrá que soportar en este periodo, en donde además de gobernar en tiempos tormentosos que se le avecinan,  tendrá que hacer muy buena letra para convencer a electores en vista de  las elecciones presidenciales del 2015, en donde el corredor político que le espera  será muy estrecho y restringido. 
    Analizado desde un ángulo distinto se puede considerar que  la gran derrota del gobierno actual  fue perder y seguir perdiendo la provincia de Buenos Aires por casi 12 puntos; en capital Federal, 13 puntos, y ser derrotado en otros distritos importantes como Córdoba, Mendoza, Santa Cruz, entre otros. En definitiva fue una mala elección y esto a los oficialistas les cuesta asumirlo; al contrario, se muestran como “ganadores” ignorando la derrota; ignorando también  que perdieron 20 puntos en comparación con las elecciones presidenciales del 2011,  lo que es un peligroso  “cuesta abajo en mi rodada”. Ahora bien, el “gran triunfo” es mantenerse intacto en las cámaras, lo que le da suficiente autonomía y  oxígeno para promulgar leyes, que es un factor de fortaleza indiscutible. 
   Así es como podemos concluir, que aunque los enemigos políticos  asechan,  el oficialismo aún está en condiciones de batallar y  lograr buenos resultados de gestión en estos dos años  que le quedan. Tienen las herramientas para hacerlo: la ley de presupuesto y la prorroga en materia económica,  serán factores fundamentales que ayudaran  a la gobernabilidad  y también se debe considerar que   más allá de la derrota electoral no queda tan desmantelado políticamente.
    Lo que condicionará  el futuro próximo inmediato  y que es una determinante para el gobierno será el factor económico.  El problema fundamental es que si no administra bien, no tendrá los medios financieros,  en donde en la actualidad se observa:  que  además de un incremento significativo del gasto público, la caída de reservas en el Banco Central son preocupantes y  esto son aristas peligrosas que condicionan su mandato.
    También  el factor inflacionario se muestra fuera de control de la actual gestión y se convierte en  un fantasma que lleva al país a un abismo muy peligroso en donde el gobierno da la impresión de no querer reaccionar negando en gran medida la misma. Sumado a esto, la crisis energética no se queda atrás y también se presenta como una amenaza en donde la espada del kischnerismo tendrá que estar presta para librar la gran batalla.    
    Las pérdidas de votos del  actual gobierno obedecen en gran medida a la falta de credibilidad de su gestión dada por la constante inexactitud de los datos del Índex, el decir que se come con seis pesos, el negar la inflación, el avance de la corrupción, de las drogas y la inseguridad. Todo estos son factores que se tornan demoledores  en el momento de votar y hacen que el ciudadano cambie la boleta en el cuarto oscuro.
   Tampoco la gente está conforme con la militancia partidaria apasionada y en gran medida prepotente que este gobierno decidió sostener,  la cual en ocasiones pretende inmiscuirse en escuelas,  en empresas y  en catástrofes. Corregir estos métodos de manejar la política es lo que millones de votantes esperan, lo mismo que incluir el manejo de cúpulas de las fuerzas armadas en partidismo político ¿Serán capaces de asumir este desafío? Aunque es difícil, esperemos que sí. En poco tiempo lo sabremos.   



Walter Bonetto  
29 de octubre de 2013
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martes, 1 de octubre de 2013

Una pobreza que da angustia.

    Son muchas  las rutas que se  pueden recorrer por el país para darnos  cuenta de las bellezas  de esta grandiosa tierra argentina; pero también por algunas de esas rutas  recorremos zonas desérticas y pueblos  que expresan tanta pobreza  que realmente sorprende  y  preocupa, porque queda la clara expresión de  una república en gran medida insensible ante tanta precariedad de vida,  la cual es más producto de la desorganización que la falta de medios  para mejorar  las poblaciones que viven en indigencia y nos encontramos  que el estado  nada hace para revertir esta situación. 

   En muchas poblaciones pobres del norte y noroeste argentino la indigencia crece sin una causa que justifique ese avance  dado que son cuantiosos  los recursos que el país tiene para controlarlo, cosa que no se logra. Quizás el problema fundamental  es motivado por falta de organización y de planeamiento sobre esta situación y especialmente falta de objetivos trascendentes  para  avanzar sobre  el tema.
  Viendo el panorama  en pueblos  muy pobres se podrá encontrar claramente  que en muchos de ellos  lo que sobra es tierra  y lo que falta son recursos  no tan difíciles de lograr para mejorar la calidad de vida sus marginados  habitantes,  el problema crucial es: ¿Por qué no se logra? 


    Solamente para mencionar un ejemplo de los tantos que podríamos citar, transitado la Ruta nacional 141  a unos 100 km antes de llegar a San Juan  el viajero se encuentra con la localidad de Bermejo  en la cual está enclavada la iglesia, o  santuario  de San Expedito, muy visitado por miles de promesantes y turistas, donde uno encuentra que fuera de la construcción de la humilde y bien mantenida capilla,  todo lo demás está construido  en tierra pisada, barro, ramas y cañas. A sus alrededores no se ve vegetación  y se está pegado al campo desierto. En ese lugar viven unas cuatrocientas personas  en que la esperanza de vida para ellos no prospera  y el futuro se torna en gran medida incierto, porque como tantos en esas mismas condiciones, se convierten en los eternos olvidados.  Este panorama  está enmarcado  por la acción inexistente  de los gobiernos provinciales y nacionales que no se conmueven por mejorar a esos lugares  habitados por centenares de  personas que tienen el derecho de tener un pasar  digno y con esperanzas,  ¿pero cómo lo logran?

  Seguramente que si el estado nacional  y provincial,  planificaran adecuadamente  mejorar estos puntos del país  la nación sería más prospera. En estos casos  el estado debería  “educar, entusiasmar, organizar, Incentivar  y apoyar” a esos pobladores  en la cultura del trabajo creativo, para lograr un cambio de vida basado en el progreso y un habitad con mejores condiciones.

 Fundamental y posible sería  realizar en esos lugares  perforaciones para la extracción de agua con buen caudal  y así lograr el  riego  para pequeñas extensiones en aras de  hacerlas productivas para plantación de  frutales que vengan en esa región  a igual que legumbres  y hortalizas. Llevar cemento portland  para  dejar el barro en las construcciones; llevar chapas metálicas y  madera  para dejar los techos de cañas; llevar alambre tejidos para dejar los cercos y corrales de ramas; llevar losetas de cemento  o incentivar en el lugar la construcción de las mismas,  para que las casas tengan pisos y veredas, o sea que es mucho, demasiado mucho, lo que el estado podrá hacer  sin erogar demasiados gastos  para lograr estos objetivos y cambiar la vida de esa gente ; pero es inconcebible que nada de esto se haga  para  incentivar a esta gente  tan noble  a la tierra  en darles recursos  que les permitan vivir mejor    haciendo huertas, mini cultivos, criando animales de granjas  lo que lo podrían lograr adecuadamente con un plan de riego y forestación.  Pero nada se hace, no se incentiva al trabajo y al desarrollo a los habitantes de esos lugares tan pobres,  como si al estado nada le importara  y asume dejar vivir en ese abandono endémico. 
  
  El estado puede  formar planes serios  y bien encaminados  con equipos de  técnicos en agronomía, en construcciones,  que existen por miles en este país;   pagarle   contratos justos  y hacerle desarrollar emprendimientos productivos en esos lugares  e ir enseñando y  entregándoselos a los actuales habitantes  por parcelas, para que ellos continúen el emprendimiento,  lo que cambiaría toda la fisonomía de la localidad  y se lograría que la gente viviera de una manera más digna y gratificante. 
   
 La pobreza no cambia por sí sola, cambia por el accionar de la sociedad, de sus gobernantes  y en cada sector por sus lugareños,  que deben estar entusiasmados por el incentivo del gobierno en mejorar su situación de vida. La pobreza que se observa en esos lugares  no muestra  solamente  la indigencia en que vive tanta gente,  muestra la falta de preocupación y negligencia absoluta de los  gobiernos  y su pobre  desempeño.
    
Argentina tiene posibilidades de mejorar  todos esos lugares; tiene recursos para hacerlos,  solamente lo puede lograr  con una planificación más justa,  evitando gastos  descomunales en sectores inadecuados  y poniéndolo de manera controlada  al servicio de los sectores pobres que están poblando nuestro territorio y precisan no ser abandonados por el estado. 

Walter Bonetto
01 de octubre de 2013
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