jueves, 6 de noviembre de 2014

El viejo Fuerte de Río Cuarto controlaba el aguardiente.

Ya an­tes de 1740 existía so­bre el río Cuar­to un “fuer­te”, cu­yo ob­je­ti­vo era dar se­gu­ri­dad a las tro­pas de ca­rre­tas y arreos de mu­las que tras­la­da­ban las mer­ca­de­rías des­de Bue­nos Ai­res a Men­do­za. Es­te era un re­co­rri­do de unas 200 le­guas, que exi­gía atra­ve­sar nue­ve ríos y en­fren­tar­se con cen­te­na­res de pe­li­gros y li­mi­ta­cio­nes, po­ten­cia­das por­que en va­rias par­tes de es­ta  tra­ve­sía por las pam­pas es­ca­sea­ba el agua.

Ese año el go­ber­na­dor de Cór­do­ba del Tu­cu­mán re­sol­vió gra­var el aguar­dien­te en trán­si­to con un im­pues­to muy sig­ni­fi­ca­ti­vo que se co­bra­ba en la “guar­dia de Río Cuar­to”, lo que ori­gi­nó un gra­ve pro­ble­ma. Un in­for­me del Ca­bil­do de Men­do­za de­ta­lla lo si­guien­te: “Los guar­dias le quitan el dinero a los tro­pe­ros y bo­ti­jas de aguar­dien­te y  exis­te un ac­ta en que se de­nun­cia el des­po­jo que le hi­cie­ron al ca­rre­ro don Pe­dro Sán­chez en don­de le qui­tan los pla­tos de pla­ta, cu­cha­ras, ma­te, pie y bom­bi­lla, pon­chos, fre­nos y avíos”.

Hay mu­chos epi­so­dios do­cu­men­ta­dos  de es­ta na­tu­ra­le­za, y se no­ta que eran ha­bi­tua­les en la Guar­dia del Fuer­te de Río Cuar­to. Tan­to es así que el do­cu­men­to de­ta­lla que los guar­dias de Río Cuar­to obli­ga­ban a los ca­rre­ros a rea­li­zar pa­gos ile­ga­les pa­ra de­jar­los pa­sar, ca­so con­tra­rio no con­ti­nua­ban ha­cia Bue­nos Ai­res.
No era el úni­co pro­ble­ma. Es­tas ca­rre­tas trans­por­ta­ban vi­no y aguar­dien­te, pe­ro so­lo es­te úl­ti­mo es­ta­ba gra­va­do; por lo tan­to la guar­dia exi­gía que se des­ta­pa­ran las bo­ti­jas  (pa­sa­ban unas ocho mil al año), pa­ra com­pro­bar cuál era su car­ga, da­do que siem­pre de­cla­ra­ban vi­no.

Pe­ro el ta­pa­do de las bo­ti­jas, rea­li­za­do con ye­so tra­ta­do, lo efec­tua­ban ex­clu­si­va­men­te en las vi­ñas de ori­gen en Men­do­za con pro­ce­di­mien­tos es­pe­cia­les. Una vez ro­to el ta­pa­do ori­gi­nal, el pro­duc­to que­da­ba adul­te­ra­do y con­ti­nua­ba via­je en ma­las con­di­cio­nes. In­ten­sas fue­ron las ges­tio­nes que se rea­li­za­ron por par­te de los pro­duc­to­res cu­ya­nos por el des­ta­pe de las bo­ti­jas en la Guar­dia de Río Cuar­to, in­clu­so en­via­ron un re­pre­sen­tan­te al Vi­rrey del Pe­rú so­li­ci­tan­do que sus­pen­die­ra es­te im­pues­to y de­nun­cia­ra los atro­pe­llos en los con­tro­les del ca­mi­no.

Por aque­llos años eran mu­chas las ca­ra­va­nas de ca­rre­tas que atra­ve­sa­ban las pam­pas al sur del fuer­te de Río Cuar­to pa­ra evi­tar es­tos con­tro­les y sus so­bor­nos, pe­ro es­to sig­ni­fi­ca­ba el ries­go tre­men­do de ex­po­ner­se en te­rri­to­rio in­dí­ge­na. Ade­más la guar­dia los per­se­guía, y al de­te­ner­los les con­fis­ca­ban la mer­ca­de­ría y los lle­va­ban pre­sos a Cór­do­ba, da­do que con­tro­la­ban el ca­mi­no y una am­plia re­gión. En es­te ca­so la guar­dia re­sul­ta­ba más efec­ti­va pa­ra “atra­par ca­rre­ros” que pa­ra pro­te­ger­los de los in­dios. Ocu­rría que era mu­cho el di­ne­ro que se ma­ne­ja­ba. Ade­más el ca­rre­ro de­bía traer di­ne­ro con­tan­te y so­nan­te pa­ra pa­gar el im­pues­to y so­bor­nar a los guar­dias.

Fue don Her­me­ne­gil­do Qui­ro­ga, un tro­pe­ro can­sa­do de los mal­tra­tos y los so­bor­nos exi­gi­dos por la guar­dia de Río Cuar­to, quien con su tro­pa de ca­rre­tas y dos­cien­tas mu­las des­vió el ca­mi­no pa­ra elu­dir el fuer­te de Río Cuar­to, y fue muer­to por los in­dios jun­to a sus peo­nes. No fue el úni­co y la­men­ta­ble ca­so.
En de­fi­ni­ti­va, la au­to­ri­dad no obra­ba con de­cen­cia ni con jus­ti­cia, to­do se mo­vía al com­pás de lo que se po­día “re­cau­dar”. Pa­sar ca­si siem­pre sig­ni­fi­ca­ba pa­gar no so­la­men­te el im­pues­to, si­no también la coi­ma, y de­jar va­rias bo­ti­jas de li­cor que se re­par­tían los hom­bres del fuer­te.

Otro de los gra­ves pro­ble­mas de los ca­rre­ros era po­der ma­ne­jar su per­so­nal en esa lar­ga tra­yec­to­ria. Mu­chos de los hom­bres se has­tia­ban de tan du­ro tra­ba­jo y tra­ta­ban de ro­bar be­bi­da, por lo que to­ma­ban una bo­ti­ja ya abier­ta por la guar­dia de con­trol y sa­ca­ban par­te del con­te­ni­do pa­ra lue­go lle­nar­lo con agua.

Y si en la ca­rre­ta  no había bo­ti­jas abier­tas por la guar­dia del fuer­te, al­gún arrie­ro en­vi­cia­do y há­bil, con un hue­so de ani­mal muy bien pre­pa­ra­do, afi­la­do pa­ra usar­lo a ma­ne­ra de bro­ca, agu­je­rea­ba el cen­tro del ta­pón, y lue­go con un ca­nu­to de plan­ta sil­ves­tre im­pro­vi­sa­ba una bom­bi­lla pa­ra ex­traer aguar­dien­te. Al fi­nal ce­rra­ban el agu­je­ro con una es­pe­cie de pas­ta que ela­bo­ra­ban hu­me­de­cien­do gua­no se­co de le­chu­za y ce­ni­za.

De es­te mo­do a sim­ple vis­ta no se no­ta­ba que la ta­pa ha­bía si­do per­fo­ra­da, pe­ro cuan­do, al fi­nal del re­co­rri­do, quien re­ci­bía la mer­ca­de­ría con­tro­la­ba ca­da ta­pa con una ales­na, en se­gui­da lo de­tec­ta­ba y la re­cha­za­ba por adul­te­ra­da. El ca­rre­ro pa­trón ad­ver­tía las  si­tua­cio­nes de ro­bo cuan­do veía arrie­ros con con­duc­ta de ebrie­dad, lo que no de­ja­ba de ser un gra­ve pro­ble­ma por las pér­di­das y con­flic­tos que oca­sio­na­ba es­tas si­tua­cio­nes.

Tran­si­tar aque­llos vie­jos ca­mi­nos de ca­rre­tas fue to­da una gran epo­pe­ya lle­na de sa­cri­fi­cios y con un al­to ries­go de pér­di­da de vi­das hu­ma­nas. La im­por­tan­cia al­can­za­da por la ca­rre­ta y el tro­pe­ro fue fun­da­men­tal; es lo que per­mi­tió de­sa­rro­llar la eco­no­mía de la co­lo­nia y el pro­gre­so de las re­gio­nes. Era im­po­si­ble pen­sar en otro me­dio de trans­por­te que no fue­sen las tro­pas de ca­rre­tas cru­zan­do el de­sier­to y los arreos de mu­las car­ga­das con mer­ca­de­ría.

Río Cuar­to ju­gó un pa­pel fun­da­men­tal en ese trá­fi­co y en el ca­mi­no por­que fue el lu­gar don­de se asen­tó el cen­tro de con­trol de una mer­ca­de­ría tan es­pe­cí­fi­ca y co­di­cia­da.

En­te­ra­do el Vi­rrey del Pe­rú de las ano­ma­lías de los con­tro­les so­bre el Río Cuar­to, los pro­ble­mas de es­te vie­jo fuer­te fue­ron su­pe­ra­dos y en el año 1745 es crea­do un nue­vo re­gis­tro adua­ne­ro en “San Jo­sé”, al fren­te del pue­blo de San Ber­nar­do. Ahí fun­cio­nó  la ofi­ci­na de con­trol de im­pues­to de si­sa a la yer­ba del Pa­ra­guay y a otras mer­ca­de­rías, pe­ro en es­te ca­so bri­lló por el efi­cien­te de­sem­pe­ño ba­jo el con­trol  del Maes­tre de Cam­po don Vi­cen­te Fu­nes, el abue­lo del Deán Gre­go­rio Fu­nes, quien tan­to se des­ta­ca­ría años des­pués en tiem­pos de la de­cla­ra­ción de la In­de­pen­den­cia. Vi­cen­te Fu­nes se de­sem­pe­ñó a car­go de di­cha ofi­ci­na has­ta su muer­te, y sus res­tos mor­ta­les que­da­ron se­pul­ta­dos en el ce­men­te­rio de San Ber­nar­do.


Walter Bonetto
6 de noviembre de 2014
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sábado, 1 de noviembre de 2014

Ataques indiscriminados en contra de nuestro río

Realmente causa  angustia y preocupación ver como nuestras propias autoridades  abusando  de los poderes que el pueblo le confiere obran en contra del cauce del rio de nuestra ciudad  o permiten obrar  en depredación de una fuente natural  que realmente deben respetar y cuidar con dedicación, cosa que no hacen.

Es lamentable  el mal ejemplo de nuestros  gobernantes  que inconcebiblemente  terminan arrebatando el derecho constitucional de los ciudadanos sin importarles en gran medida el bien común ni cuidar con dedicación nuestro medio ambiente.

Cuidar el río no es solamente hacerle parques en algunos sectores, es algo más profundo, es trabajar con “objetivos permanentes” para que su cuenca y su curso de agua estén preservados.  El río debe ser respetado, no se puede obrar con tanta  imprudencia y falta de sentido común  como burlándose de la ciudadanía, extrayendo  toneladas de arenas  sobre un lugar que es una playa, que la sociedad usa constantemente en las temporadas de verano y que debe estar siempre cuidada y protegida.

 La degradación de nuestro río se observa a simple vista dado que antes teníamos un lecho cubierto de arena en todos los sectores, en cambio   hoy  se encuentra barro  por la extracción indiscriminada de áridos. La sociedad entiende claramente  que nuestro curso de agua permite extracción de arena, lo que no permite: es la extracción indiscriminada  como se viene realizando en la actualidad.  Algo no anda bien, algo esta funcionado mal, además existen sobre el tema  declaraciones de funcionarios que no se muestran en absoluto a la altura de las circunstancias e irritan a la ciudadanía, pero parecen que no se percatan de esta situación.
La limpieza del río en muchos de  los sectores es calamitosa y deplorable,  lo que se puede apreciar claramente recorriendo sus costas o también lo que mostró la televisión local cantidades de elementos extraños, basurales en muchos casos con animales muertos que no se han removido. Por otro lado y sobre este tema se observa la riña política entre ciudad y provincia la cual  es lamentable y degradante, demostrando una falta de grandeza de nuestros dirigentes que no se dedican en resolver el problema sino en querer justificar su accionar, que en muchos casos es injustificable.  Si bien hay funcionarios que manifiestan que al rio se lo limpió, es necesario que entiendan que lo que hicieron no alcanza, o está mal hecho,  porque lo que  se observa en sus cauces es preocupante, muy preocupante.

También nuestro gobierno municipal tendría que tomar medidas urgentes para no permitir el arrojar basuras al río y sancionar contundentemente a quienes lo hacen,  pero esto parece que nadie lo controla y entonces los resultados están a la vista. Con el tema del río la ciudad de Río Cuarto demuestra  estar castigada, pero  a este extraordinario recurso natural de vida  que debemos cuidar entre todos lo estamos destruyendo a pasos agigantados sin importarnos lo valioso que sería  contar con un curso de agua limpia para nosotros y para las generaciones venideras y así es que no se entiende por qué tanta irresponsabilidad. Es inaudito e inaceptable  que ocurra esta lamentable situación.

La Comisión Amigos de Río Cuarto junto con otras instituciones de la ciudad  vienen trabajando desde hace más de tres meses  sobre este tema, pidió ante el Concejo Deliberante  la Banca del Ciudadano;  pidiendo que el tema del río sea declarado un objetivo permanente del estado municipal, todo esto   con el propósito de contribuir en lograr que se tome conciencia para preservar esta valiosa fuente hídrica que debemos cuidar entre todos. Así fue que se inició una campaña de juntas de firmas en donde se reunieron más de siete mil;  trabajando  en este programa se observa la gran preocupación de la gente de la ciudad y la región quienes manifiestan  constantemente el reclamo por  la extracción indiscriminada de áridos  sobre el curso del río, lo ven como un grabe y descontrolado problema, encontrándose muchas personas indignadas por las actitudes invasoras de quienes manejan esa extracción, la cual se convierte en una provocación a la buena fe de la ciudad, pero  parece que las autoridades provinciales a este problema que reclama la gente, no lo conocen o no lo  quieren ver.  Así podemos llegar a la conclusión  que este es un tema que no les preocupa a nuestras autoridades, al contrario, extraer arena de este modo es el “método aprobado” sin importarle en absoluto lo que piense el ciudadano. Entonces es así que nos debemos preguntar  ¿No es esto un atropello?  Y si lo es ¿Por qué?

Por estos días todos los riocuartense debemos llamarnos a la conciencia y exigirle a nuestros gobernantes  un adecuado respeto sobre este delicado tema; no debemos ser víctimas de ningún  atropello sobre el manejo de nuestros recursos naturales. Son muchas las instituciones públicas y privadas que deben unirse y luchar por este respeto a la vida de nuestro curso de agua y saber que esta fuente natural no puede ser manoseada de esta manera  porque es atentar en contra del futuro.  Río cuarto debe trabajar  para lograr este objetivo como debe trabajar con gran esfuerzo para lograr una planta de tratamiento para sus efluentes cloacales y no seguir arrojando al río sus desechos sin tratamiento.

Todo debe ser una lucha basada en el respeto y en objetivos claros. Los gobernantes se deben poner de acuerdo y trabajar para el bien común. No puede ser el río un tema político, debe ser un objetivo riocuartense  que una a todos los ciudadano y a las instituciones sin distinción de banderías,  ¿seremos capaces de demostrar esta grandeza? Es un gran desafío que los tiempos actuales nos exigen que asumamos, todos podemos hacer algo,  ayudemos entre todos a construirlo,  no degrademos mas nuestro valioso curso de agua; no saquemos más arenas de manera indiscriminada de nuestro lecho del río porque como lo están haciendo aparenta ser una  depredación.


Walter Bonetto
1 de noviembre de 2014
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lunes, 20 de octubre de 2014

Satelite Argentino

Realmente es un éxito significativo haber lanzado al espacio un satélite ensamblado en el país  y que este en órbita en el espacio, esto trae para nuestra nación  un avance significativo en materia de tecnología aeroespacial, en electrónica y comunicaciones. La labor de nuestros técnicos y científicos se destaca como altamente eficiente y exitosa  y llena de orgullo a todos los argentinos labor que es totalmente indiscutible.
 Ahora bien, como contrapartida debemos entender que sí hay otros aspectos muy discutibles como el de usar este verdadero éxito tecnológico como rotulo político propagandístico  y menos aún afirmar cosas totalmente fuera de  lugar. No fue el Arsat 1 el “primer satélite argentino puesto en órbita”, de ninguna manera. Los gobiernos  no pueden obrar ignorando el pasado, demostrando tanta indiferencia  o en el mejor de los  casos desinformación de lo que ha protagonizado nuestra república.  Demuestra esto una conducta totalmente incorrecta  nutrida en gran medida con falta de seriedad y grandeza.

La carrera espacial argentina se inicia varias décadas pasadas y parece que los gobernantes no la recuerdan o la desean ignorar, pero realmente    fueron muchos los logros significativos  que pusieron  al país en situación de relevancia. A modo de ejemplo citamos el logro del satélite argentino “Victor1” este se constituye  en el primer lanzamiento de un satélite artificial argentino que ocurrió  el 29 de agosto de 1996, en el cosmódromo Plesetsk, en Rusia, o sea que estamos hablando de dieciocho años atrás, en que  los rusos llevaron con gran éxito al espacio al satélite argentino usando el  lanzador  Molniya.
El satélite argentino fue diseñado y desarrollado  en el Instituto Universitario  Aeronáutico de Córdoba por un importante equipo de técnicos y científicos argentinos en donde trabajaba el ingeniero  Víctor Aruani el que lamentablemente fallece antes de que el proyecto concluyera. En honor y reconocimiento   a la abnegada  labor de este científico  es que se le da el nombre de “VICTOR” al satélite nacional. Si bien fue un satélite experimental durante más de tres años estuvo orbitando la tierra y enviando imágenes fotográficas dado que estaba equipado con dos cámaras , una de campo amplio y otra de campo estrecho con las cuales se lograron excelentes resultados sobre la exploración del espacio. También el satélite estaba equipado con   una baliza en VHF, un transmisor-receptor en UHF para telemetría y telecomando y otro en banda S para la bajada de las imágenes.

La premisa para la construcción de este satélite era realizarlo a bajo costo  cosa muy difícil de lograr en materia de industria aeroespacial,  pero el desafío fue grande y la hazaña esplendorosa;  así relata  el ingeniero Murgio del Instituto Aeronáutico  quien trabajó activamente en el proyecto: “hacerlo de bajo costo era una consigna, utilizamos el empuje del embrague de un Fiat 128 como elemento de separación entre el satélite y el propulsor.  Necesitábamos simular la luz del sol, en vez de comprar una linterna importada usamos una linterna de un equipo de cine”, Así podemos notar las dificultades  que se debieron  vencer para lograr este objetivo

“Ya habían pasado las 9:20 de la mañana y se encendieron los potentes y estremecedores propulsores del misil ruso que transportaría al espacio al satélite “Víctor”. Una gran emoción embargaba a los técnicos cordobeses y el corazón palpitaba a un ritmo acelerado”. Se jugaba en esos momentos el esfuerzo de desarrollo, investigación y trabajo de 46 arduos meses en laboratorios y talleres cordobeses hasta lograr tan ansiado objetivo.

A las 9:30 el satélite se separaba con total éxito del cohete Molnya (en idioma ruso “rayo”) que lo ponía en órbita para que luego de 54 minutos de navegación  en el espacio enviara las primeras señales a la estación terrena de Córdoba, las que  fueron recibidas con profunda emoción.

Lamentablemente para los técnicos argentinos en Rusia las condiciones meteorológicas no jugaron a su favor por la intensa niebla y la llovizna  que impidieron visualizar la partida del “Víctor Cordobés”, pero de todos modos no fue obstáculo para expresarse con encendidos aplausos ante semejante acontecimiento, mientras abrazos y lágrimas muy emotivas también participaban de la trayectoria emprendida ante tan importante empresa, que permitía que los argentinos integrásemos el club de países con capacidad de colocar satélites en el espacio.

Ya  “Víctor” estaba en la órbita terrestre. Su nombre le fue puesto por unos de los ingenieros del proyecto en los mismos instantes del lanzamiento en honor a uno de sus diseñadores, el ingeniero Víctor Aruani, que había  trabajado con gran dedicación e ingenio en el emprendimiento, pero había fallecido antes de llegar a ver el lanzamiento.

El desarrollo de “Víctor” no fue simple ni fácil. Preparación de los técnicos; profundas labores de investigación. Construcción de una “sala limpia” que debía asegurar el montaje de cada componente libre de toda posible partícula de suciedad o bacterias. Cantidades de ensayos; análisis de materiales y componentes; obtención de distintos elementos; estudios de las condiciones del espacio que se debía mantener en órbita; complejos  manejos y pronósticos  de las temperaturas, como tantos factores más, hicieron que el proyecto fuese complicado, pero es indudable que la pericia y la profesionalidad de todo el equipo que trabajó en este desarrollo se acercó a la excelencia y logró así resultados exitosos y admirables.
Parece ahora  que el  esfuerzo de todos estos científicos no sirvió de nada y todo se hace bajo la dirección del gobierno actual el único que descubrió el espacio después de las piedritas que lanzaban sus predecesores. Realmente  lamentable la actitud de nuestros gobernantes.


Walter Bonetto
20 de octubre de 2014
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sábado, 4 de octubre de 2014

Superpoderes al ministro de Economía

En general no son sanos ni recomendables  los “superpoderes”,  casi siempre son  consecuencia  de problemas  graves ocasionados  por la mala función de los “poderes normales y equilibrados”  que un país debe observar  en un sistema republicano  democrático. Cuando se dan estos superpoderes, trae como  consecuencia  quitar límites o barreras a funcionarios  para que otros tomen medida sin dilación usando atribuciones que no tienen dentro de lo que debe ser la normalidad de un gobierno. Por lo tanto esto es resultado  de que  algo anda mal  y se debe ser  riguroso para corregir una situación que si bien se puede lograr objetivos  aceptables, constituye un altísimo riesgo para la organización  y el funcionamiento de la república.

El actual ministro de economía  recibió con el desplazamiento  del Presidente del Banco Central,(con quien tenía muchas diferencias técnicas)  un camino  abierto por la Jefa de Estado  para avanzar significativamente  en su gestión  sin respetar semáforos  de control y dejarle las manos libres sobre la ruta que transita, y esto es lo peligroso, lo que pone en evidencia claramente  una situación de precariedad económica  que vive la nación;  aunque el gobierno no la reconozca  con palabras , sí, la demuestra con hechos, creando hombres imprescindibles  con relación al resto funcionarios de su mismo nivel  que gestionan los ministerios de la república.

    Durante lo ocurrido en estos días pasados con nuestra economía,  según los análisis de especialistas, la situación actual  ofrece una clara degradación  y este mal viene observándose en constante crecimiento. Por lo tanto y aunque no lo diga nuestra   Presidente  —que no ignora esta situación—,  toma la decisión fuera de la normalidad   de  “despejar  el camino a su ministro de mayor confianza” creyendo que este joven economista es la esperanza y el futuro, por lo tanto le deja absoluta vía libre de obstáculos, porque considera que  tendrá la capacidad de ubicar las piezas desencajadas en su lugar  y hacer que se recuperen   mercados  y que vuelva la normalidad económica en un ambiente que por el momento  cada día  demuestra  mayor desconfianza e incertidumbre. 

    Nuestra jefa de estado   entiende, conforme lo anuncio en su último discurso,   que lo que ocurre  con la actual crisis cambiaria es “un plan orquestado desde el exterior  que quiere acabar con su gobierno”, por lo tanto ha puesto  la  mira  sobre los banqueros y sistemas bursátil, considerando a gran parte de ellos  cómplices de la desestabilización que está sufriendo el país. Este es un razonamiento casi calcado de lo que ocurre con la economía de Venezuela y lo que siempre manifiesta el Presidente Maduro. Un eterno slogan: “que siempre la culpa es de los otros”

   Los superpoderes a un ministro de gobierno resultan ser peligrosos, además no responden a los preceptos de nuestra constitución,   ya en Argentina se tuvo la experiencia  con el gobierno del  Presidente Fernando de la Rúa, donde el Congreso de la Nación  le otorgó los superpoderes al ministro Domingo Cavallo, y los resultados no fueron acertados. Hoy nuestra economía está en un juego peligroso  donde las reservas  del  Banco Central siguen en caída,  el dólar paralelo sigue en aumento, lo mismo que el gasto público y el costo de vida. Hay una sensación de una Argentina comprometida con su economía en descomposición, priorizar funciones de ministros  es básicamente desequilibrar más la situación y son muchos los que nos preguntamos  ¿adónde iremos a parar? 

 Pueda ser que nuestros gobernantes estén acertados, pero realmente la atmosfera reinante preocupa  al empleado, al obrero,  al empresario, al comerciante, al industrial y a la sociedad en general,   porque  nuestra economía cada día  se muestra más amenazante y nos acosa constantemente.  Se observa mucha tibieza  en el gobierno para  resolver el problema, mientras que lo más grave  es no reconocer esta palpable  realidad; se ignora la gravedad y no se desea aceptar la situación del país mencionando constantemente   que el problema no existe.  Se tiene la sensación que andamos por mal camino y ante estas incertidumbres hacer descansar las funciones económicas en un solo hombre con absoluta injerencia en áreas adyacentes   puede  convertirse en  muy dificultoso.

Walter Bonetto
04 de octubre de 2014
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jueves, 2 de octubre de 2014

¿Falta mesura en los discursos de nuestra presidente?

   Quedan muchas dudas al respecto. Su intervención en las Naciones Unidas  dejó  para varios países y millones de personas,  una imagen pálida  antes muchos representantes  extranjeros  dado que su alocución tuvo más ataques ideológicos  que estrategias  elaboradas con mesura y ecuanimidad,  para contribuir en que   la asamblea se constituya  en un punto de reflexión internacional que tanto precisa el mundo y en esto último desde Argentina no se contribuyó en nada.

   Son muchos los puntos los cuales se podrían analizar  dado que se muestran cuestionables  pero uno de los que más preocupan es el mensaje de “aceptación implícita”  en acciones terroristas   protagonizados en estos días  en el mundo” por parte de grupos armados fundamentalistas. Si bien no lo manifestó claramente,  puso en duda las acciones de los gobiernos que luchan en contra del terrorismo y dejó entrever que hay videos de ejecución de prisioneros,  pueden no ser veraces.  Un pueblo sensato debe condenar todo acto de terror  y un presidente de un estado  que lucha por la justicia, la verdad  y la democracia, no puede estar de acuerdo jamás con este proceder.

   Con relación al factor económico es necesario que Argentina se haga cargo de sus errores de décadas pasadas y actuales;  se termine con la cantinela “de que nos soltaron la mano”, “de que llegamos a niveles de endeudamiento insoportables” ocasionados por el FMI,  como si los de afuera  tuvieran la culpa exclusiva de nuestra irresponsabilidades. Pero esto ocurre así porque vivimos en un país con gobernantes  impredecibles y con falta de visión para construir una república ordenada y carecemos de objetivos de estado trascendentes por la mediocridad de gran parte de la clase política.

   Ahora bien,  mientras sigamos “echándole la culpa a los otros”  no saldremos de la mediocridad,  y a esta mediocridad la provocan nuestras mismas autoridades porque no están  reconociendo el problema, siempre pretenden hacer creer  que el problema  se lo originan de afuera,  o internamente, la oposición, o los grupos concentrados de la economía.

    Pero hay otra realidad distinta al discurso  oficialista,  Argentina  en esta última década se siguió endeudando  y no toma conciencia de la situación de imprevisibilidad que vive la nación, más allá que nos digan que la deuda no es de  esta década,  lo que indudablemente es en gran medida cierto, pero para nada del todo. Nuestra Presidente está más preocupada  “por la crisis mundial”, muchas veces incierta,  que por sus propios problemas del  país. Las cosas son muy fáciles de decir pero muy difíciles de demostrar   y muchas veces se nos dicen cosas que no son ciertas y por lo tanto imposible de demostrar. Así es que con el discurso no se gobierna  ni se logra el bien común.

   Vale reiterar  que este gobierno, quien  dice que no se endeudó , también es parte de la deuda externa:  por el tremendo gasto público, por una economía desquiciada, por las estrepitosas caídas de reservas, por la desmedida emisión de dinero, por la alta y permanente inflación,    a pesar que ellos “sin reconocer el error”,  dicen que están en fortaleza,   pero no es cierto, o ya nos olvidamos que hace días (abril de 2014)   el gobierno argentino acordó con el banco estadounidense Goldman Sachs un crédito por 1.000 millones de dólares a una tasa de interés del 6,5 por ciento anual, a dos años de plazo, para reforzar las deprimidas reservas  del  Banco Central. Esto es solamente un ejemplo de tantos que se podrían citar.

   Toda esta realidad está vinculada con lo que nuestra Presidente  expresa ante el mundo. Es un deber de ciudadano respetar a nuestros gobernantes, pero es un deber de los gobernantes  trasmitir la realidad al pueblo y para eso se precisa mesura y sabiduría, lamentablemente no siempre se la demuestra. Muchas   veces no alcanza “hablar con el corazón”  hay que hablar también con la mente para respetar así  a cada ciudadano y no desdibujar la imagen de un país.

   En un discurso más reciente la Jefa de Estado  habló  también de su seguridad personal  indicando que “no teme un ataque de oriente, sino que lo teme del norte”; para pensar  y preguntarle ¿de dónde vinieron  los ataques a la Mutual judía y la Embajada de Israel? Bueno son puntos de vistas distintos,  pero lo que se observa es  que el discurso presidencial no construye, solamente  acuña diferencias y carece de mesura, hay miles de personas que merecen oír un discurso distinto “el de una estadista”.

   También la presidente ataco al sector agropecuario por no vender el cereal  y mantenerlo en sus silos bolsas  “para especular”,  lo que es muy relativo y no es nada nuevo. Debemos recordar   desde los años  1930 a 1960 los colonos argentinos  ponían el maíz en troja  y la mayoría  no lo vendían  hasta  esperar un precio favorable;  así aquellas trojas estaban en los campos por  muchos meses , se dañaban y tantas veces el  precio bajaba ; más que especulación son las reglas de juego  que siempre existieron  en un  país que hizo poco por la planificación de la agricultura y menos lo está haciendo ahora.


Walter Bonetto
2 de octubre de 2014
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lunes, 29 de septiembre de 2014

Mundo en Guerra

 El mundo está cada día más amenazado. Es escalofriante observar  la deteriorada situación internacional que vive la humanidad y mientras esto ocurre  gran parte de los países   se muestran con absoluta indiferencia, incluida Argentina, que demostró recientemente junto a  tantos otros países  esta conducta días pasado en las Naciones Unidas,  donde se observa que mientras unos pocos condenaron al terrorismo internacional,  otros con su indiferencia o su silencio cómplice, dan a entender  “que lo aprueban”  y hasta  lo defienden con su mutismo,  sin darse cuenta que el terrorismo internacional lleva de manera progresiva y planificada   a gran parte del mundo como simples ovejitas al matadero.

   Que incautos que se demuestran tantos gobernantes; son tan incautos,  incompetentes y tan poco visionarios  que provocan pánico y desesperanza para la humanidad.   ¿Realmente quiere el mundo vivir en paz? Bueno, parece que no, porque si quisiera vivir en paz  condenaría a los grupos terroristas y serían solidarios con los pueblos verdaderamente oprimidos,  o acaso: ¿los niños inocentes, mujeres, ancianos que mueren cada día en las áreas de conflictos a causa de los malvados, ¿no tienen derechos humanos? Y en esos lugares de brutalidad muchos no mueren a consecuencia de una lucha, mueren porque son cruelmente asesinados.  Muchos de esos niños son asesinados  no porque les cayó una bomba en la ciudad, sino que fueron sus adversarios y los acribillaron en frente de sus padres mirándolos a los ojos. Todas las muertes son malas, terribles, pero hay muchas formas de matar, aquí se ve el asesinato, que si bien no es nada nuevo,  no tendría que ocurrir en estos tiempos ¿Por qué tanta maldad, tanta persecución?

    Después de tantas guerras, realmente la humanidad no aprendió nada.  ¿Las familias desplazadas o brutalmente arrojadas de sus hogares de toda la vida  a sobrevivir en el infortunio, no deben ser defendidas?  La humanidad deja mucho que desear  el ser humano arrastra tanta maldad y miserias  que da mucho miedo, la perversidad que demuestra  es algo escalofriante,  pero también es escalofriante la indiferencia de tantos gobernantes  y habitantes del planeta que consienten  semejantes genocidios. Países que venden armas y preparan a grupos extremistas. Terroristas que se creen dioses absolutos con derechos de matar a quien se le antoje sin juicio ni reglas. Odios viscerales que hacen que el ser humano no perdone para encontrar el camino de la paz. ¿Por qué no podrá perdonar el hombre y unirse realmente dejando de lado las diferencias? Actualmente sobreviven   grupos fundamentalistas que estremecen con su accionar al resto de la sociedad y mientras tanto hay países que por no querer comprometerse no condenan este vergonzoso y creciente accionar.

   Es indudable que la humanidad está en peligro  Estas permisiones les costaran caro al mundo  porque así el terrorismo cada día se extenderá más y más y mientras la mayoría de los gobiernos que aún subsisten en la faz de la tierra con principios de orden y respeto hacia sus semejantes no se unan consistentemente para decir “basta” a estos grupos de barbaros, los riesgos de la vida cada día que pase serán mayores.
   Es necesario negociar urgente con las armas de la paz y la vida. Es necesario comprender al enemigo para así ponerle los limites correctos cediendo lo que se deba ceder  para que la humanidad baje las armas y encuentre la paz  es imprescindible que el mundo se ponga de acuerdo y deje de jugar a la escondida con su futuro. Todos los seres humanos tienen derecho de ser libres y no vivir amenazados.

 Walter Bonetto
29 de septiembre de 2014
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El Velorio

(Paraje de San Bernardo – costado sur del río Cuarto  -entre Paso del Durazno y Reducción-  año 1746)

Esa noche había  velorio en San Bernardo, en el ranchito humilde de Cardoso fulguraban varias velas debajo de la enramada, lugar donde pusieron el cajón sobre un mesón de palos. Mientras, los dos perros propiedad del difunto dormían debajo del ataúd, como haciéndole guardia de honor a quien fuera su dueño. Algunos vecinos se acercaron por un momento durante la noche, más por curiosidad que por sentimientos, y solamente un amigo se hizo cargo del acontecimiento porque el finado no tenía familia ni gente que lo quisiera mucho, realmente era un paisano bastante despreciado por su vagancia y falta de conducta.

–   Cheeeee  Farebulo… dicime,  ¿qué vai hace con el finadito ahura?
– Y acompañame,  lo vamo a vilar y mañana lo llevamos al cimenterio.
– ¿Paaaa quééééé lo vai a vela tanto?... si no li hace falta.
–  Es que si  no  lo vilamos y lo enterramos nosotros, se lo van a comer los perros, al pobre. Es que no tiene a naide… pobre negro y quedó en disgracia.
–  Va a tener que pedí  permiso en el cimenterio.
–  Ya hablé con el cura, y a media mañana lo va a enterrar con bindición y todo.
–  ¿Y pa` qué juiiiiste hablá con el cura?
–  Me lo dijo el Juez, el que vino a tomar declaraciones a esa yegua que ensartó al pobre negro.
– Pero atindeme, si este negro era como yooooo, no estaba bendicido po` la iglesia…  ¿paaaqui lo vay a lleva a la iglesia?, lo hubiéramos interrao en el campito y sin vilorio, ¿o no sabi acaso que a él no le gustaban los curas?
– Güeeeeeno, no siaas bruto, lo van a bindicir ahura como finadiiiiiito, además yo me hice cargo y el Juez, que es la autoridá,  me dijo que lo viláramos en su rancho toda la noche y que mañana lo lleváramos al cimenterio de la iglesia.
– ¡Quiiiiii pelotuuuuudo el Juez ese!… dicime… ¿y si el negro comienza a larga olor?, ¿cómo lo va a vilá tanto?

Estaban cansados los amigos, habían trabajado en trámites y volteretas, y ahora Farebulo debía cumplir con las indicaciones del Juez.
De tanto en tanto aparecía algún paisano para despedirse del finado. El  velorio era la representación de la pobreza; yuyos, huesos de resto de animales, patios sucios, el rancho con paredes de barro sin cal, y hasta mal olor que salía de su interior, todo daba la nota de descuido absoluto de quien fuera su morador.
Un paisano ya entrado en años con botas altas, espuelas de bronce y poncho colorado se acercó al cajón, se quitó el sombrero, y comenzó a hablar en voz alta y con palabras retenidas, como dirigiéndose al muerto, aunque de tanto en tanto mirando a los pocos presentes.
– ¡Pooooobrecito, el Cardoso!… tan güeno que era el finadito… ¡cuántas gauchadas me hizo!... las ovejas que me regaló; las espuelas de plata y el bozal pa el alazán también. Pa` mí era muy güeno… era un hermano, que el tata Dios lo tenga ahora con él. Mirá queeeee manera de morir, el pobre.
– ¿Era amigo de Cardoso, don Ortiz? – preguntó despacito Farebulo.
–  Sí que era muy amigo, y él también era muy amigo de mi familia, quería mucho a mis gurises, y a mi mujer, ¡pa` que le viá a contar, siempre le llevaba regalos también!, era de güeeeen corazón…

Al final, el velorio quedó en soledad. Ya la noche había alcanzado al amanecer. El Farebulo y el Ramón se habían quedado  dormido, tirados sobre unos catres en el patio.
–  Ramón, Ramón… dispertate y fíjate en el finadito.
–   ¿El finadito?
–  ¡Sí!... el finadito, mirá, se le apagaron las velas, andá fíjate si está bien.
–  ¿Si está bien mi diciiis?... ¿y por qué no ti fijas vo, Farebulo?
– Si te digo… yo no me animo a ver un finao de noche… a ver si se disparó y anda el alma suelta.
– Güeno, pero no mi dejes solo, vamo los do junto entonces.
Se levantaron sin que el valor les sobrara; estaba  bastante oscuro y casi nada veían.
– No si ve nada cheee, ¿estará el finao?
Pudieron prender un candil y lo llevaron lentamente, alumbrando el cajón.
– Viste, viste… el negro está bien pobriciiiiito, ni se ha movido, parece dormido, pobre negro,  pero no sé por qué se apagaron las velas si no hay viento.
– No, no se apagaron las velas,  se consumieron.
–  ¿Y diande vay consigui velas ahura?
–  Es que ya va amanecer… no hace falta velas, prindamos el fogón.
– Sí, y hagamos unos churrasco que a mí me duele la panza de hambre.
–  Fijate si el negro tiene carne en el rancho, sino yo viá a buscar mientras vos prindes fuego.
– ¿Y cómo le vai a comer la carne al finadito?
–  Y, si el pobre ya no la va a comer más.
Al rato apareció Ramón desde adentro del rancho con el candil en una mano y con la otra ocupada.
–  ¡Mira Farebulo!,  carne no encontré, pero hay una botella de caña pa hacela chupete.
– Traela  Ramón,  vamo tomala con mate.

Tempranito salió el cortejo fúnebre con cuatro personas y dos perros acompañando al Farebulo, quien llevaba la carretilla. Cruzada sobre la misma iba el cajón sin tapa,  de madera rústica   –fabricado por el mulato Arenales, carpintero del pueblo – con el muerto, avanzando hacia el cementerio.
En aquel recorrido Ramón llevaba la botella de caña casi vacía.
– ¡Che Ramón!… tine un poco di rispeeeeto, no podí andar con la botella por el entierro.
–  Güeno, gueeeno, me la tirmino de tomar entonces. ¡Qué carajo! vo sos más dilicao que cura dando misa.
Muy mareado y alegre iba Ramón por la calle del entierro. Zigzagueaba  por el guadal mientras exclamaba a gritos lo bueno que era el finado.
– Vamo  interrar un güen gaucho, que lo mató una disgraciada.
– ¡Callate la boca Ramón!, tiné un poco di  rispeto al finao y no hable más.
– Güeno, dijamelo que yo lo llevo un poco.
– No, vo lo vay a tumbar por la calle. Se te subió la caña a la cabeza.

A duras penas llegaba  a destino el singular cortejo. Y a medida que pasaron  por algunos ranchos, los perros ladraban al cajón, mientras  la gente salía afuera para correrlos y se persignaban en señal de respeto al hombre muerto.  Ramón con su botella en alto, enredado en su borrachera, los saludaba,  demostrando alegría.

El sacerdote que se encontraba esperando realizó una oración, luego sacaron  al muerto  del cajón  y lo sepultaron en la tumba, después  lo cubrieron de tierra y  sobre el bordo de esta colocaron una cruz de palos.

– ¡Quí cagaaaada padre!... ¿no va podi salí más el pobre negro?

El sacerdote lo miró; ya se había dado cuenta del estado en que se encontraba y nada respondió.
Los amigos del difunto fueron a la iglesia  para aportar   los datos del finado, porque papeleta no tenía. El cura realizó el acta de defunción, colocando  el nombre, la edad aparente y la causa de la muerte, registrada como “muerte por puñalada”.
Toda la ceremonia había terminado.
A las pocas horas el rancho del finado fue invadido por algunos vecinos curiosos, dado que ahora no tenía más dueño.
Nada de valor encontraron para apropiarse, solamente una pava y dos jarros, todo lo demás eran inmundicias, incluyendo algunas ropas sucias.

(fragmento del libro "El Carrero de San Bernardo de Walter Bonetto) 


29 de septiembre de 2014
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jueves, 25 de septiembre de 2014

El terrible genocidio de los Onas

   Repasar episodios puntuales de nuestra  historia en muchas oportunidades nos enfrenta  con una realidad tan terrible como lacerante  que avergüenza, y así vemos  como nuestro pasado en buena medida nos condena,  porque observamos conductas de los hombres   que dejaron heridas muy profundas y muy difíciles de sanar.

    Así en gran medida es como  se observa  que muchas de esas heridas no cerraron a pesar del paso de las décadas  y de los siglos.   Como ejemplo podemos citar: el problema de la “conquista del desierto”, en muchas facetas muy discutidas por los métodos que se emplearon; el exterminio de tantos pueblos aborígenes;   más recientemente, el tema  de “los desaparecidos” durante la dictadura militar; las personas asesinadas   por los grupos terroristas,  y así  podemos encontrar una sucesión de episodios en nuestra historia con distintos  márgenes de amplitud conforme se sucedieron, los cuales sorprenden por su crueldad hasta nuestros días.

   Sobre estos temas se debate constantemente la sociedad, y debe debatirse,  porque aún los mismos  son causa de profundo dolor y de total injusticia. No alcanza la lucha de los derechos humanos, que si bien resulta valerosa,  no siempre se la observa con plenitud,  porque suele demostrar  aristas de parcialidad  y signos políticos, los cuales no tendrían que estar presente en esa lucha tan necesaria para dignificar al hombre y corregir a la sociedad  hacia un camino de verdadera justicia y pluralidad que apunte definitivamente a que el ser humano sea respetado incondicionalmente,  más allá del color de su piel, religión o partido político que milite.

   Los derechos humanos deben gozar  de permanente  grandeza, pluralidad y pureza,  para que nos permitan construir una sociedad más justa  y tolerante,  donde los violentos, canallas y asesinos no tengan cabida  ni pretextos  y menos aún que permanezcan impunes. Sería esta la manera más correcta y prudente de enaltecer a una sociedad y defenderla.

   El brutal exterminio de los Onas ocurrido hace algo más de 130 años,  es un tema tan tremendo como olvidado,  pero sucedió en nuestro país  y nuestros gobernantes directa e indirectamente fueron cómplices por acción o por omisión de semejante  barbarie que desmerece nuestra historia y condena la conducta de nuestro pasado.

    Onas o  Shelknam  era un pueblo amerindio ubicado en el norte de la isla grande de Tierra del Fuego. En 1520 la expedición de Fernando de Magallanes  descubrió  a estos pobladores  dado que  observaron  gran cantidad de columnas de humo y fuego  cuando navegaban por la costa  de esa gran isla  y la llamaron “tierra de los humos”, pero luego el mismo Rey de España, Carlos I,  la hace denominar “Tierra del Fuego” .
   En este lugar inhóspito y difícil de habitar se adaptó  y vivió por siglos este pueblo aborigen  que se dedicaba a la caza del guanaco y del zorro y desarrollaba una gran actividad de pesca en aguas turbulentas y peligrosas sobre aquellos canales fueguinos;  construían  sus canoas con la corteza de árboles, especialmente el guindo,  a la que le daban forma y  cocían con cintas de  piel de foca, luego  la impermeabilizaban con pasta de  cenizas mezcladas con  grasa de lobo marino; constantemente  y con gran destreza   navegaban con éstas por aquellas aguas, especialmente el canal de  Beagle,  buscando su pesca. Las mujeres a igual que los hombres, muy hacendosas y esmeradas, recolectaban raíces y frutos, moluscos y  semillas, las que tostaban y molían, para luego hacer tortas que cocinaban en cenizas para así alimentar a su familia.
  Era un pueblo que casi siempre vivía con una organización familiar  estable,   recolector, cazador, pescador y especialmente laborioso,  se mantenía  en alegría respetando su medio ambiente, fundamentalmente  los bosques; cubrían su cuerpo con pieles de guanaco y usaban como armas el arco y la flecha;  así vivió y se adaptó por siglos en ese lugar, casi de fin del mundo, quizás para que nadie los molestara. Pero al final  la desgracia llegó,  el hombre blanco apareció  por esas tierras a partir del año 1840 en donde arribaron misioneros  anglicanos  y católicos salesianos, quizás con las mejores intenciones,  pero detrás de ellos aparecieron estancieros europeos  que sin ningún miramiento atropellaron aquel pueblo pacífico  y  se apoderaron de sus tierras “para colonizarlas”,   ejerciendo  una fuerte presión sobre toda la población nativa desplazándolas constantemente  sobre sectores más dificultosos; luego también aparecieron europeos buscadores de oro  que por años  comprometieron la vida de la tribu originaria ignorando y desmereciendo su manera de vida. Entre ellos llegó un aventurero rumano, el ingeniero  Julius Popper,  que alcanzó a erigir un pequeño imperio minero, basado en cuestionados métodos, como la esclavitud y  el genocidio de la población autóctona y fue el artífice de la exterminación  de los Onas.

Con la llegada de los europeos, estos tenían solamente el arco y la flecha, en cambio  aquellos poseían armas de fuego que usaban constantemente para cazarlos hasta por diversión y lo hacían sin miramientos. Los estancieros  luego de usurpar  aquellas tierras consolidaron posiciones sobre estancias que criaban ovejas y  las cercaron. Los Onas ante tremendo arrebato  le hicieron la guerra  rompiendo los cercos y comiéndole algunas  ovejas  pero los pobres fueron  acribillados a balazos. Fue esto la excusa para comenzar el exterminio de este pueblo  en donde los estancieros contrataron  asesinos a sueldo y el mismo gobierno argentino participó del genocidio enviando en ocasiones  tropas de nuestra marina de guerra que protagonizaron episodios y crimines vergonzosos en contra de aquel pueblo aborigen. Los estancieros europeos contrataron asesinos a sueldo para organizar así a los grupos  “cazadores de indios” y lo más escandaloso fue que pusieron precio por esos crímenes para incentivar las matanzas, se pagaba una libra por testículos y senos de los aborígenes  y media libra por cada oreja de niño. Esto ocurrió  en el año 1898.

   Sobre este vergonzoso tema   el escritor y periodista Roberto Payró registra sobre los Onas: “Se les ha quitado la tierra de sus padres y lo que es peor los nuevos pobladores les han ahuyentado las focas y diezmado los guanacos dejándolos en la indigencia y luego los matan si se atreven robar una oveja para comer”.

   También la historia documenta  que existieron  europeos que apresaron  a niños Onas  y los llevaron enjaulados para presentarlos como “gran novedad” en París en el año 1889, en aquella ciudad luz los hacían ver ante el ignorante público “como caníbales”,  para lo cual le daban carne cruda como único alimento  y parece que “la cultura europea”  aceptaba y esperaba con entusiasmo  ver esas repugnantes  miseria humanas de estos traficantes inescrupulosos usando a criaturas inocentes que no podían defenderse. Los Onas en 1880 era un pueblo de cinco mil almas.  Luego del asentamiento del hombre blanco, pasado cinco años del mismo, quedaron solamente quinientos y  transcurridas  unas décadas más quedaron sin descendencia directa.  Esto fue causa de la brutalidad  de nuestra “civilización”,  hechos que indudablemente avergüenzan  y condenan la actitud del ser humano quien muchas veces trata de ignorar estas miserias que protagonizó o dejarlas escondidas en la historia.


Walter Bonetto
25 de septiembre de 2014
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viernes, 12 de septiembre de 2014

El “Mercado Progreso”. Primer mercado de Río Cuarto.

   Desde los inicios de la antigua Villa de La Concepción,  existió la necesidad de contar con puestos de abastecimiento para proveer de los productos básicos que la población requería. Así podemos ver que en el año 1800 el Procurador del Cabildo Don Pedro José Garay “pedía a las autoridades para regular  el aprovisionamiento de carne, dado que había pobladores que tenían hambre  y faltaba el auxilio de alimento a enfermos y ancianos”.  Así fue que con su gestión el procurador logró que todo el Cabildo se pusiera trabajar sobre este tema y definiera un punto de venta para los productos básicos de la población que aseguraran sus necesidades alimenticias,  incluyendo a las familias pobres y más desprotegidas.

   Por aquellos años no había almacén ni mercado, solamente algunas pulperías pero no vendían productos alimenticios, salvo algunos artículos de excepción como galletas y frutas secas. Concentrar un lugar de venta de los productos básicos no era tan sencillo y no tener el mismo significaba un grave y preocupante problema para la población. El Cabildo copiando el método de otras poblaciones  designó a la plaza como lugar de concentración de productos  para que los vecinos se abastecieran de manera ordenada y normalizada;  así fue como el “abastecedor de turno”, controlado por el Cabildo,  debía instalar su puesto en una esquina de la plaza y asegurar la distribución correcta y precio adecuado a cada comprador  bajo pena de multa ante un incumplimiento.

   En otra esquina de la plaza  se le asignaba un lugar para “las amasaderas”, que autorizadas por el cabildo, vendían tortas al rescoldo, panes, pasteles y empanadas; también había un lugar para quienes ofrecían frutas y verduras. En conclusión: en la misma plaza funcionaba un mercado, solamente por aquellos inicios, dos días por semana, dado que habitaban La Villa  unos quinientos pobladores. Los años fueron pasando, el abastecimiento en la plaza se mantuvo  casi constantemente; la población crecía, no faltaron quienes  se instalaron con fondas, almacenes y tiendas de artículos varios,   pero con el tiempo surgió la necesidad de construir  un edificio como mercado central.

   Muchas fueron las influyentes personas que por el año 1880 impulsaron  con perseverancia esta iniciativa  y así nace,  cuando la ciudad ya había superado los siete mil habitantes, un extraordinario emprendimiento en el centro mismo,  a una cuadra de la plaza, donde antes era el paraje de las carretas, conocido y llamado por muchos, el “monte de los gauchos”, es  donde ahora se encuentra edificada nuestra municipalidad.  Ahí  nacía  el primer mercado de Río Cuarto para brindar un servicio de aprovisionamiento a la población de manera  permanente y organizada,  y por iniciativa del Jefe Político de aquel entonces, Don Alejandro Roca, se lo llamó “Mercado Progreso”. Se consideraba que la ciudad había progresado en muchos aspectos que le dieron una importancia regional extraordinaria  pero faltaba un centro de abastecimiento básico para la población y lograr esto era considerado un significativo progreso.

Durante la gestión del Presidente Comunal don Ambrosio Olmos se inauguraba el  gran edificio dotado de todas las comodidades básicas para instalar puestos de ventas de verduras, carnes, pan y sus derivados. Así ocurrió como a las dos de la tarde del 17 de julio de  aquel año  se reunieron las autoridades  civiles, militares y eclesiásticas presididas por el Presidente Comunal de la ciudad de Río Cuarto, Don Ambrosio Olmos, y los ciudadanos en general, procediendo a colocar  la piedra fundamental del Mercado Progreso que fue el primer mercado de Río Cuarto. Así mencionaba parte del texto que contiene el acta:

 “En la ciudad de La Concepción de Río Cuarto a los 17 días del mes de julio de 1881 -día del natalicio del excelentísimo  Señor Presidente de la Republica, Brigadier Gral. Don Julio Argentino Roca-. Los abajo firmados: Honorables Concejo Municipales, Deliberativo y Ejecutivo con sus respectivos Presidentes, Miembros y Secretarios, Jueces de Letras, Alzadas y Primera Instancia, Jefe de Frontera, Cura Párroco y demás vecinos de esta ciudad, declaramos que en este acto que se acaba de efectuar la piedra fundamental con la inscripción de (17 de julio de 1881) del “Mercado Público Del Progreso” título indicado por el respetable señor Padrino, Jefe político don Alejandro Roca. Hacemos fervientes votos por que dicho establecimiento produzca los frutos que el pueblo y contratistas aspiran. Firmamos la presente en el mismo local del mercado a las dos de la tarde… 

Hay unas 30 firmas de autoridades y un sello de la Municipalidad de Río Cuarto. 

El Mercado Progreso durante 50 años de manera ininterrumpida acompaño a la ciudad y su gente pero también acompaño a la región, porque gran parte de los productos que comercializaba a través de los distintos puestos venían de los sectores de quintas y chacras aledañas a la ciudad.  Luego estas instalaciones fueron demolidas  para construir el actual edificio municipal. Dentro de aquel mercado llegaron a funcionar hasta treinta puesto de ventas de distintas mercaderías; en el centro existía un gran patio que paraban vehículos motorizados y carros a caballo que traían los productos; fuera del mercado por el sector oeste y luego por el norte corría una pequeña acequia  y al costado de la misma funcionaban cantinas muy concurridas que ofrecían bebidas, choripanes y salchichas. Era el mercado un gran lugar de concentración de muchas personas locales y forasteras que concurrían por distintos motivos.

   Demolido el mismo y ya construido el Palacio Municipal  el día 15 de abril de 1932, un jardinero  que acomodaba los canteros del nuevo edificio antes de ser habilitado, con el pico que trabajaba removiendo escombros  golpeó un caño metálico,  al desenterrarlo  lo abrió porque tenía una tapa y encontró que había un tubo de vidrio  que apareció roto por el golpe pero en su interior contenía el acta de inauguración del Mercado Progreso de la cual hacemos referencia y seguramente  se convirtió en un episodio poco conocido pero muy  valioso de nuestra historia.


Walter Bonetto
12 de septiembre de 2014
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domingo, 24 de agosto de 2014

Cuesta abajo en mi rodada...

Hablar la realidad  parece estar en contra del gobierno, parece ser opositor, parece ser de derecha o apoyar al neoliberalismo. ¡Pero no! , de ninguna manera  a esta altura de la vida, luego de más tres décadas de democracia en Argentina  hay miles de ciudadanos que desean pensar en voz alta y que es su derecho,  más allá que a miles de apasionados políticos les moleste. Es que pensar en voz alta con respeto  y con educación es lo mejor que le puede pasar a nuestra nación la cual debe crecer y ser pluralista.  Pensar en voz alta significa entender y poder decir que el gobierno no dice la verdad y esto una realidad, en cambio,  negarla es una terquedad.

 En la actualidad el gobierno no dice la verdad  sobre temas de pobreza, de salud, de inseguridad, de crecimiento, de corrupción en los poderes del estado, y de tantas cosas más que realmente asustan  y se observa  claramente  que a muchos   gobernantes les falta sinceridad; dicen lo que les conviene, acomodan la declaración a su manera  y creen que los ciudadanos son tontos. No es esto otra cosa más que  involución en los actos de gobierno, es decadencia y mientras tanto de esta manera  el país  va cuesta abajo.

   El gobierno actual mide con optimismo y publicita con euforia los datos que le conviene, pero ignora totalmente los índices que pueden perjudicar su imagen. El gobierno mide el turismo de un fin de semana largo en donde miles de vehículos transitan las carreteras, pero esos miles de vehículos pertenecen a un índice muy bajo de población y no marcan el rumbo de una nación acosada por otros problemas muy graves que se dan al mismo tiempo  como la inflación, la inseguridad y la corrupción,  de los cuales las autoridades no hablan o tratan de minimizar.

   Según recientes denuncias periodísticas el gobierno tiempo pasado publicitó la  apertura de una  fábrica con un clamoroso acto de inauguración en donde participó la misma presidenta de la república; pero al final  fue todo un engaño porque la fábrica nunca abrió sus puertas. Fue el gobierno que prometió la producción de aviones en argentina en la ex Fábrica Militar  de Córdoba, pero los aviones no se fabricaron y así tantas cosas  más que podríamos citar. Son muchas las acciones fallidas del gobierno  que desmerecen su gestión porque tuvieron anuncios engañosos,  y esto  es lo preocupante,  porque el gobierno no debe engañar a la sociedad.
    
    Poco se dice con claridad de la inflación, al contrario, “siempre es baja”, lo que se torna una burla  para millones de consumidores. Otro tema necesario a saber es que no es cierto de que este gobierno no tomó deuda externa como vociferan constantemente pretendiendo demostrar que fueron inmaculados en materia económica y que están arreglando el problema de sus antecesores, inclusive la misma Presidenta mencionó públicamente que no tomó deuda. Cierto es que el gobierno actual no es el responsable total de la deuda externa, pero también es cierto que la gestión actual siguió tomando. Así vale la pena recordar que en abril de 2014  el Gobierno argentino acordó con el banco estadounidense Goldman Sachs un crédito por 1.000 millones de dólares a una tasa de interés del 6,5 por ciento anual, a dos años de plazo, para reforzar las deprimidas reservas internacionales que acuña el Banco Central y seguramente que no es el único crédito que tomó, al contrario, en “la década ganada” se tomaron varios. ¿Qué será la suma de estos créditos si no termina  siendo   deuda externa?  O sea que pasamos por una situación difícil y comprometida pero seguimos pidiendo prestado para luego decir que la deuda no se tomó en la actualidad. Es esto una absoluta falta de sinceridad.  También en la actualidad  el déficit fiscal preocupa de sobremanera  y el gasto público siguió en constante crecimiento  y en este caso  gran parte de este gasto público que provoca este gobierno desemboca en deuda externa.

   Un grave mal que acontece en Argentina es “negar el problema”  no ser sinceros con nosotros mismos, tener gobernantes que ocultan la realidad que es inocultable,   porque así se piensa en no asumir el problema  por temer a  su alto costo político  y hacer creer a la sociedad  de que “todo está bien”.  Seguramente que también este gobierno realizó muchas cosas que están bien, pero hay errores estratégicos que tendrían  que ser asumidos para no empañar los logros positivos  y no seguir mintiendo.

   Una de las principales causas que vamos cuesta abajo en la rodada es la  de no consensuar los grandes problemas de la república;  de no liderar una solución integrando  a  las fuerzas opositoras hasta donde la gestión permita;  de querer defenderse con argumentos endebles,  como mencionar la crisis del mundo o la de otros países con tanta insistencia  que da lástima escuchar; de pretender hacernos creer que vivimos como ciudadanos  del primer mundo cuando la inflación demuele nuestros salarios y la pobreza aumenta. De que la culpa la tiene el neoliberalismo; de hacernos pensar que esta bien el camino de Venezuela y que ese es nuestro norte, cuando en la república hermana no hay democracia y  está sumida en violencia, por lo tanto no es  un modelo político para admirar.

   Nosotros precisamos pensar en la verdadera libertad, en el respeto, en el trabajo honesto, en el sacrificio. La verdad que más allá de los discursos políticos y de los apasionados que defienden hasta los corruptos, queda la sensación de que   las cosas no están saliendo bien y realmente es una lástima porque el país pierde el futuro. El gobierno debe corregir el rumbo, debe gastar menos, debe premiar al trabajo, debe combatir la corrupción , debe lograr mayor seriedad en sus actos, y fundamentalmente debe lograr  adecuada independencia de poderes como exige la república para alcanzar la grandeza  y el progreso caso contrario estamos como dice el tango “cuesta abajo en mi rodada”.

24 de agosto de 2014
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lunes, 18 de agosto de 2014

Haciendo equilibrio

   Esto es una práctica constante  de todas las familias de  clase trabajadora en Argentina. La realidad de la vida hace que el dinero nunca alcance entonces es cuando las frustraciones afloran  y lamentablemente  se mantienen en sustentación. Dejamos de pagar algo para cumplir con otro compromiso: no salimos a cenar  con nuestra esposa para pagar las zapatillas al nene; no nos reunimos en casa  con  nuestros amigos para no gastar, porque no podemos; no cambio los anteojos -que lo debía hacer-  para terminar de pagar el refrigerador que se quemó… y así seguimos, non reparo el techo de la vivienda que tiene humedad porque no llego con el presupuesto, es una locura lo que cuesta. Así es como vivo  en un constante pagar y dejar de pagar, pensando que algún día estaremos mejor, pero imposible; si las cosas aumentan cada día de manera escandalosa y debemos oír que “los precios están cuidado”, que la “inflación de julio es del 1.4” que hay poca desocupación y que estamos mejor que en el 2001 y que los pobres son pocos.


 Una cantinela mentirosa que causa hartazgo, que irrita, que pone de mal humor;   mientras tanto la sociedad está cada día más dividida  cada día más distanciada,  vivimos discutiendo en favor o en contra del gobierno  y de los gobernantes,  y mientras esto ocurre los gobernantes en su gran mayoría no tienen claro cuál  es el bien común para la gente . Muchos son los gobernantes  que trabajan directa o indirectamente en pro de la corrupción, de la prebenda, del país saqueado, del  abuso de poder, y poco les interesa de la vergüenza o de mejorar el país. En definitiva podemos concluir que vivimos en un país de tramposos y si esto no fuera así no podríamos encontrarnos en el estado que hoy vivimos.  ¿Por qué no puede ser distinta Argentina?, si merece ser distinta; merece que los gobernante demuestren ser totalmente honestos No se pueden sostener los gobernantes sospechados de corrupción, y convengamos que son muchos, demasiados.  La ciudadanía no lo tendría que permitir porque cada día nos estafan. Esto no puede ocurrir en una república seria y organizada y parece que Argentina no desea encontrar el camino de la honradez porque si no, ya hubiéramos hecho algo.

    Estamos sumergidos en una crisis moral que asusta y nos quieren hacer creer que esto es democracia. La democracia exige otros valores que ahora se desdibujaron. Ya vienen desdibujados desde muchas décadas  con los tremendos golpes cívicos militares que sufrió el país y que aniquilaron las instituciones y que fueron en gran medida escuela de corrupción. ¿Pero hasta cuándo tendremos que vivir con la corrupción? Realmente esto agobia. Precisamos una Argentina distinta, mejor, más austera, más honesta, con mayor productividad, con menos gasto público, con menos asistencialismo y con más trabajo. Precisamos una Argentina con esperanzas con patriotismo en sus funcionarios precisamos políticos sin politiquerías.

Precisamos estadistas honrados  que hagan funcionar al país, que saquen a los pobres de la pobreza, que no existan niños con hambre; pero todo esto inconcebiblemente se mantiene en la actualidad y existen  miles de seres humanos en indigencia, mientras miles de “agraciados” se acomodan en el estado nacional, provincial y municipal, muchos con sueldos que indignan y nombrados a dedo por ser familiar, amigo, amante etc. etc. de funcionarios corruptos. Esto es así vergonzosamente es así  ¿Cuándo se va a corregir este mal de la sociedad?  ¿Qué pasa con el trabajo, el sacrificio, la competencia, el concurso?

    Es indudable que nuestro país no va por el camino correcto, sigue siendo un país desorganizado. Las fuerzas políticas que lo componen  no están a la altura de las circunstancias y la república esta desdibujada. Los tres poderes del estado no funcionan con absoluta independencia para lograr equilibrio en la nación y así es como pretende reinar el poder ejecutivo por sobre los otros poderes y obtener la suma de los mismos; también así serán  los resultados para nuestro futuro.

    Los apasionados del momento “creen que está todo bien”,  que nunca estuvimos mejor, y así transitan el sendero de la decadencia mientras millones quedan en el camino haciendo equilibrio, pasando al borde del precipicio  agobiados por una inflación constante, consolados inescrupulosamente con una política mentirosa de  “precios cuidados", mientras que por la otra punta los mismos que dicen “cuidar los precios” aumentan mensualmente el combustible, el gas y la electricidad; además  los impuestos trepan sin cesar, las subas del transporte que no se apiada de los usuarios… ¿de qué precios cuidados nos hablan? Realmente para pensar,  es triste lo que le pasa a este país el cual es potencialmente rico  pero la corrupción lo está arrasando, por lo tanto el equilibrio que debe mantener una familia trabajadora  para no caer por debajo de la línea de pobreza cada día es más difícil de lograr.


Walter Bonetto
18 de agosto de 2014
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lunes, 11 de agosto de 2014

Pasos de nuestra historia local

    Río Cuarto  en la trayectoria que recorre  desde sus inicios  como humilde y disperso paraje de carretas,  con anterioridad  del año 1700,  y luego de  transitar hasta  1786 en donde  el Marqués de Sobremonte lo nombró “pueblo”,  agrupando  con mucha perseverancia  aquellas 31 familias originales cerca del curso de agua del Cuarto río,  quienes ya   vivían y asistían aquel  paraje.  Fueron estos  los verdaderos y primitivos pioneros del lugar,  que  lograron, aunque con muchos sacrificios  una importante identidad, la que fue sellando su futuro y su historia de localidad consolidada al lado del camino de las pampas, lo que le otorga el gran éxito de permanencia en el mismo tiempo en que otros pueblos desaparecían.


   Distintos hombres y mujeres fueron dando prestigio a ese porvenir tan ansiado  como amenazado.  La pampa  y el desierto eran un desafío, pero “el camino” por donde transitaban las tropas y los arreos de mulas   era el futuro y sobre este camino se jugaba el destino de todos los pueblos; futuro este que no ignoraban aquellos primeros  pobladores, por eso perseveraban  más allá de los dolores  de una vida tan precaria y peligrosa.

    Troperos, carreros, puesteros, arrieros,  peones de haciendas, sembradores, domadores de caballos, trenzadores de cueros, faenadores, pulperos, albañiles…, fueron las especialidades que iniciaron esa epopeya en ese lugar y así  fue como once años después  (1786), el Rey de España les da el título de Villa al Pueblo de La Concepción, por lo tanto tendrán Cabildo y autoridad legítimamente constituida. Se abría una gran esperanza y  la población se consolidaría en la pampa; pero a pesar de este triunfo nada fue fácil, al contrario, todo resultó tremendo en aquel marco de vida.

 Desde aquella fecha hubo un siglo de existencia muy difícil: grandes  invasiones de indios, epidemias, éxodos,  guerra civiles…  tantas cosas atropellaron a la población que la sumieron en la desesperanza, pero  La Concepción, con un valor  estoico y admirable soportó  todos los avatares hasta que en 1875, cuando contaba con 6000 habitantes fue nombrada ciudad  y su destino toma un nuevo rumbo, así comienza a florecer  para engrandecerse y engrandecer  la región.  

   El avance de la Villa de la Concepción fue formidable  ya se contaba con el ferrocarril, se recibía al primer contingente de inmigrantes italianos y suizos;  había venido el Presidente de la República  (Nicolás Avellaneda); se construía la Casa Comunal en el mismo lugar adonde antes había existido el Cabildo y el cuartel militar (esquina noreste de la Plaza); nacían  las sociedades de beneficencia, (Italiana, Francesa, Española) nació el primer banco, la iglesia de San Francisco, el Hospital de Caridad, la primera Escuela de Niñas, el Club Social  y nacía por aquellos años  el Barrio Alberdi. Brotaba un Río Cuarto diferente que superaba para bien a  la vieja y heroica Concepción.

  Nuevos tiempos, nuevos aires de vida. Junto a las familias locales, muchos inmigrantes italianos,  españoles y de otras nacionalidades europeas se radican, se integraban en esta región y trabajan con pujanza. La ciudad va hacia el progreso, no está sola, una rica e importante región la acompaña; grandes hombres la soñaron, intendentes visionarios supieron modelar su perfil progresista.  Así el crecimiento fue sostenido, la expansión social, cultural y económica se produjo. Mujeres y hombres de Río Cuarto sintieron que la ciudad en que habitaban  les daba futuro y protección. El gran paso se había logrado  a diferencia de aquellas 31 familias  que agrupó Sobremonte un siglo atrás,  en donde lo que menos contaban era seguridad; ahora todo lo contrario, se podía caminar por las calles sin mirar el sur para descubrir la polvareda que marcaba la  amenaza  del malón.

   Eran épocas distintas, eran tiempos ganados que apostaban a un futuro de grandeza y sin temores, entonces la ilusión y el entusiasmo volaba por la mente de aquellos hombres y mujeres donde nadie era discriminado por ser extranjero. Todos eran bien recibidos en esta tierra,  porque fue en su historia una tierra de grandeza y de esperanza. Así se multiplicaron los oficios: Carpinteros, albañiles, agricultores, comerciantes, licoreros, panaderos, sombrereros, peones, modistas, peluqueros… cada cual con su trabajo, con la alegría en el corazón. Extrañando su vieja y querida patria, pero todos   trabajando para engrandecer a  este querido Río Cuarto  que recibía  a cada inmigrante como a un  hijo,  con el corazón abierto. 

    Estos hermanos venidos del extranjero junto a los criollos de esta tierra fueron dando los pasos de nuestra historia local y regional; fueron amalgamando cada rincón de esta región tan bondadosa  como prometedora. Caminar la experiencia de nuestra historia es reunirse con un protagonismo extraordinario en donde muchas veces los ciudadanos locales sin motivo ni razón lo ignoramos y entonces lo desprotegemos.

   Nos cautivaron con la historia de Roma, de Grecia, Egipto… indudablemente  cuna de las culturas universales  que es muy buena conocerla, pero también es muy bueno no ignorar lo local en donde está el sacrificio de nuestros abuelos y la esperanza de nuestros hijos   que también fueron y son  ellos ciudadanos del mundo, y no hay ninguna duda que ese mundo con su cultura, sus luchas y sus sacrificios también pasó por nuestra historia local, también pasó y pasa por nuestro Río Cuarto  y dejó sus pasos  como huella profunda para encontrarnos con lo que no debemos ignorar, “Nuestra Historia”.


Walter Bonetto
11 de agosto de 2014
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miércoles, 6 de agosto de 2014

Raíces del Área de Material Río Cuarto.

   Con gran esperanza y como un imponente complejo nacía hace 70 años, aledaño al por entonces pequeño pueblo  de Las Higueras, un “Taller Regional”  que repararía aviones militares del país. Los hombres  de la aviación llegaban a Las Higueras y esto generaba todo tipo de expectativas. Muchas personas tristes porque los desplazaron de sus chacras y quintas, dado que el gobierno expropió 900 hectáreas al costado este del ferrocarril y también una franja de terreno sobre el costado opuesto, con el propósito de construir en aquel  sector un barrio militar, el cual al final no se concretó, solamente se hizo la casa del jefe de unidad,  que fue residencia  por casi 30 años.

    Muchas personas alegres -más que las tristes-, porque se generaba una fuente de trabajo formidable para centenares de jóvenes. Entonces entre algunas tristezas y miles de alegrías nacía este importante y llamativo “complejo”, y efectivamente era un  complejo compuesto por una taller de aviación con gran cantidad de hangares , talleres, dependencias y pista de aterrizaje;   por aquellos tiempos el mejor instalado en el país, pero además en el “sector norte” se instaló el “Grupo de Artillería Antiaérea” que era una unidad totalmente independiente ,  su puerta de ingreso y guardia,  era el mismo edificio adonde ahora está la Escuela Técnica; mientras que adonde se encuentra  actualmente la División Contaduría  era la Guardia de Prevención del Taller Regional.  En el centro de estas dos unidades se instala una “unidad alojada” también independiente en donde funcionaba el “Deposito Regional”  que dependía de la Dirección General del Material Aeronáutico.  Lo principal era el “Taller Regional”; el Grupo de Artillería estaba para defender sus instalaciones  y el Depósito Regional, era una unidad de abastecimiento para adquirir y proveer los repuestos y componentes  de los sistemas de armas que se intervenían.
 
   La mano de obra que se requería para estas actividades  se especializó a través de la legendaria  Escuela de Aprendices. La que  reciba a jóvenes -muchos de ellos pupilos- de institutos de formación técnica y de  escuelas del trabajo existentes en localidades de la región  y luego de tres años de exigente preparación  egresaban y se los incorporaban como operarios de los distintos talleres conforme a la especialidad adquirida. Fueron muchos los agentes civiles, como también  oficiales y suboficiales, que ante de ingresar a la escuela militar, egresaron de aquel  instituto de formación técnica, así podemos mencionar para citar un ejemplo de tantos,  que el anterior Jefe de Estado mayor de la Fuerza Aérea,   Brigadier Normando Constantino, fue  un egresado de aquella Escuela de Aprendices.

   Estas instalaciones conocidas popularmente como “la Base”, comienzan su actividad a partir de 1944 siendo su primer jefe  el Vicecomodoro  Eloy Guillermo Aguilera. Con su advenimiento existió un antes y un después para la localidad de Las Higueras y  la ciudad de Río Cuarto, dado que esta nueva unidad fue un complejo técnico logístico dotado con maquinarias y equipamiento  de primer nivel, único en toda la región. Esto  permitió , además de realizar exitosamente la intervención de los aviones,  especializar a  más de un millar  de técnicos  que prestaron servicio en esas instalaciones.

    Este  grupo de unidades militares se caracterizó desde su comienzo por su destacado orden,  la disciplina del personal, tanto militar como civil resultaba impecable. También existía  una impecable   prolijidad en sus instalaciones que brindaban un paisaje asombroso  donde abundaron los parques con  árboles muy bien cuidados; un complejo deportivo admirable, todo inmaculadamente blanco;  su pista de atletismo en ovalo totalmente rodeada  de arbustos  cordados simétricamente, al centro de ese ovalo la cancha de futbol,  tribunas para espectadores;  una cancha de golf entre los depósitos de abastecimiento  y el puesto 1, lo que ahora es la entrada principal y  existía  un pequeño lago al frente de su entrada; al frente de  las tribunas de futbol una jaula con aves exóticas, distanciado hacia el sur un pozo que en su tiempo muy breve  existieron dos leones, mientras que había varias llamas   que vivían  y recorrían todo el  parque  adornando  el paisaje. Sus principales calles pavimentadas,  con senderos de fresnos  e hileras de prolijos ligustrinos  en todo su recorrido.
   El horario del personal, muy estricto,   era de 06:00 a 14:00 hs y todo se manejaba con toques de sirena. El primero de era de 06:20 hs (llamada de personal, estos toques se  oían desde la ciudad);  la segunda sirena  era para indicar el cierre del ingreso del personal  que lo hacía por el puesto 1; y la tercer sirena era para indicar el comienzo de actividad en cada puesto de trabajo, luego había una sirena a las 11:00hs que indicaba descanso,  momento que se le distribuía todos los días en cada sector de trabajo un refrigerio al todo el personal,  y otra a las 11:20 hs. fin de descanso. Luego  una a las 13 Hs marcaba la salida del personal administrativo (los oficinistas) y posteriormente  la última sirena a las 14 hs que indicaba la salida del personal de operarios trasladados con ómnibus de la unidad.  Antes de la  sirena de las 14 horas no podía  haber nadie afuera de los talleres.

  Esta unidad militar dio preparación y  trabajo a mucha gente, fue el porvenir de centenares de familias  y le permitió crecer significativamente a la localidad de Las Higueras. Era impactante llegar a ella y al arribar a la plataforma frente a los hangares  ver la cantidad de aviones que se intervenían y probaban para vuelo. Los bombarderos  cuatrimotores Avro Lincoln  y Lancaster asombraban  y ver la cantidad de mecánicos a su alrededor más los que trabajaban en los hangares. También los aviones de carga Bristol y tantos más que daban al lugar un aspecto de asombro.  Las reparaciones de ciclo mayor  se inician  con la intervención de los Curtiss Haw 75-0. Treinta  de ellos fueron totalmente fabricados en la Fábrica de Aviones  de Córdoba junto a su motor, Wright Cyclone, con esta máquina se  duplicó la velocidad del vuelo los aviones producidos en Argentina.

   La trayectoria de esta unidad  se encuentra  llena de prestigio  y en sus tiempos de máximo apogeo   llegó a contar con casi mil agentes civiles,  muchos de ellos con alta especialización, más todo su personal de Oficiales, Suboficiales y soldados que prestaron servicio en el mismo. Hoy en día es un “Área de Material” y sigue siendo una esperanza para miles de personas y para la región adonde se aloja. Siete décadas de existencia describen toda una gloriosa trayectoria por todos los sistemas de armas que ahí se intervinieron.

 Quienes vivimos en su cercanía hacemos votos para oír como antaño en cada momento el rugir de los aviones que desde este querido lugar  aterrizaban y despegaban engrandeciendo el quehacer aeronáutico nacional.


Walter Bonetto
5 de agosto de 2014
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