lunes, 20 de octubre de 2014

Satelite Argentino

Realmente es un éxito significativo haber lanzado al espacio un satélite ensamblado en el país  y que este en órbita en el espacio, esto trae para nuestra nación  un avance significativo en materia de tecnología aeroespacial, en electrónica y comunicaciones. La labor de nuestros técnicos y científicos se destaca como altamente eficiente y exitosa  y llena de orgullo a todos los argentinos labor que es totalmente indiscutible.
 Ahora bien, como contrapartida debemos entender que sí hay otros aspectos muy discutibles como el de usar este verdadero éxito tecnológico como rotulo político propagandístico  y menos aún afirmar cosas totalmente fuera de  lugar. No fue el Arsat 1 el “primer satélite argentino puesto en órbita”, de ninguna manera. Los gobiernos  no pueden obrar ignorando el pasado, demostrando tanta indiferencia  o en el mejor de los  casos desinformación de lo que ha protagonizado nuestra república.  Demuestra esto una conducta totalmente incorrecta  nutrida en gran medida con falta de seriedad y grandeza.

La carrera espacial argentina se inicia varias décadas pasadas y parece que los gobernantes no la recuerdan o la desean ignorar, pero realmente    fueron muchos los logros significativos  que pusieron  al país en situación de relevancia. A modo de ejemplo citamos el logro del satélite argentino “Victor1” este se constituye  en el primer lanzamiento de un satélite artificial argentino que ocurrió  el 29 de agosto de 1996, en el cosmódromo Plesetsk, en Rusia, o sea que estamos hablando de dieciocho años atrás, en que  los rusos llevaron con gran éxito al espacio al satélite argentino usando el  lanzador  Molniya.
El satélite argentino fue diseñado y desarrollado  en el Instituto Universitario  Aeronáutico de Córdoba por un importante equipo de técnicos y científicos argentinos en donde trabajaba el ingeniero  Víctor Aruani el que lamentablemente fallece antes de que el proyecto concluyera. En honor y reconocimiento   a la abnegada  labor de este científico  es que se le da el nombre de “VICTOR” al satélite nacional. Si bien fue un satélite experimental durante más de tres años estuvo orbitando la tierra y enviando imágenes fotográficas dado que estaba equipado con dos cámaras , una de campo amplio y otra de campo estrecho con las cuales se lograron excelentes resultados sobre la exploración del espacio. También el satélite estaba equipado con   una baliza en VHF, un transmisor-receptor en UHF para telemetría y telecomando y otro en banda S para la bajada de las imágenes.

La premisa para la construcción de este satélite era realizarlo a bajo costo  cosa muy difícil de lograr en materia de industria aeroespacial,  pero el desafío fue grande y la hazaña esplendorosa;  así relata  el ingeniero Murgio del Instituto Aeronáutico  quien trabajó activamente en el proyecto: “hacerlo de bajo costo era una consigna, utilizamos el empuje del embrague de un Fiat 128 como elemento de separación entre el satélite y el propulsor.  Necesitábamos simular la luz del sol, en vez de comprar una linterna importada usamos una linterna de un equipo de cine”, Así podemos notar las dificultades  que se debieron  vencer para lograr este objetivo

“Ya habían pasado las 9:20 de la mañana y se encendieron los potentes y estremecedores propulsores del misil ruso que transportaría al espacio al satélite “Víctor”. Una gran emoción embargaba a los técnicos cordobeses y el corazón palpitaba a un ritmo acelerado”. Se jugaba en esos momentos el esfuerzo de desarrollo, investigación y trabajo de 46 arduos meses en laboratorios y talleres cordobeses hasta lograr tan ansiado objetivo.

A las 9:30 el satélite se separaba con total éxito del cohete Molnya (en idioma ruso “rayo”) que lo ponía en órbita para que luego de 54 minutos de navegación  en el espacio enviara las primeras señales a la estación terrena de Córdoba, las que  fueron recibidas con profunda emoción.

Lamentablemente para los técnicos argentinos en Rusia las condiciones meteorológicas no jugaron a su favor por la intensa niebla y la llovizna  que impidieron visualizar la partida del “Víctor Cordobés”, pero de todos modos no fue obstáculo para expresarse con encendidos aplausos ante semejante acontecimiento, mientras abrazos y lágrimas muy emotivas también participaban de la trayectoria emprendida ante tan importante empresa, que permitía que los argentinos integrásemos el club de países con capacidad de colocar satélites en el espacio.

Ya  “Víctor” estaba en la órbita terrestre. Su nombre le fue puesto por unos de los ingenieros del proyecto en los mismos instantes del lanzamiento en honor a uno de sus diseñadores, el ingeniero Víctor Aruani, que había  trabajado con gran dedicación e ingenio en el emprendimiento, pero había fallecido antes de llegar a ver el lanzamiento.

El desarrollo de “Víctor” no fue simple ni fácil. Preparación de los técnicos; profundas labores de investigación. Construcción de una “sala limpia” que debía asegurar el montaje de cada componente libre de toda posible partícula de suciedad o bacterias. Cantidades de ensayos; análisis de materiales y componentes; obtención de distintos elementos; estudios de las condiciones del espacio que se debía mantener en órbita; complejos  manejos y pronósticos  de las temperaturas, como tantos factores más, hicieron que el proyecto fuese complicado, pero es indudable que la pericia y la profesionalidad de todo el equipo que trabajó en este desarrollo se acercó a la excelencia y logró así resultados exitosos y admirables.
Parece ahora  que el  esfuerzo de todos estos científicos no sirvió de nada y todo se hace bajo la dirección del gobierno actual el único que descubrió el espacio después de las piedritas que lanzaban sus predecesores. Realmente  lamentable la actitud de nuestros gobernantes.


Walter Bonetto
20 de octubre de 2014
http://walterbonettoescritor.blogspot.com
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