miércoles, 15 de julio de 2015

Viviana Pomiglio. Entrevistada en junio de 2015

Concejal de la ciudad,  pertenece al bloque oficialista “Río Cuarto para todos”. Lleva más de treinta  años de militancia en la UCR. Admiradora del Dr. Raúl Ricardo Alfonsín, su principal referente.   

Perspicaz, inquieta, contundente y prudente, trabajadora incansable por los derechos de la mujer desprotegida y por los dramas de la sociedad, preocupada por la juventud y la droga, luchadora constante  para lograr un futuro mejor en la  sociedad. También muy  preocupada por las desigualdades, cada día pone su grano de arena para un Río Cuarto con mayor calidad de vida y trabaja para el bien común. 
Fue un placer entrevistarla, es un ser humano de gran calidez y experiencia que la trasmite constantemente.  

Muy buenas tardes Viviana, es un placer para mí entrevistarte,  decime  a grandes rasgos ¿Cómo es tu vida?
El gusto es mío, bueno para comenzar  te cuento que  yo tengo cincuenta  años y tuve la suerte, la oportunidad en la vida de relacionarme desde muy chica con gente muy inquieta, entonces comencé a transitar dos militancias paralelas: la militancia partidaria, en realidad  a mí me maravillo Alfonsín, me cautivó su personalidad.  Soy alfonsinista y desde que Alfonsín lideró  la Unión Cívica Radical y por esos tiempos empecé a participar paralelamente en los movimientos sociales, integrándome  en organizaciones civiles, en ONG. Con el tiempo fui  formando parte activa  dentro de la conducción;  soy cofundadora de la primera organización que hubo desde la apertura de la democracia de las mujeres, la COMUC. Esta experiencia y esta generosidad de gente con más años de participación  me permitió aprender;  paralelamente fui  estudiando en la universidad, después haciendo diplomaturas de formación y con un anhelo, de poder unir la experiencia de los movimientos sociales con el quehacer político, la base de lo que uno aprende fuera de las estructuras partidarias sirven para  que se vayan transformando en políticas de estado.

¿Cuánto hace que estás trabajando en política?
 — Hace 32 años, tenía 18 años cuando comencé.
¿Cuál fue el momento en que hiciste un clic y dijiste “yo tengo que hacer esto”?
— Siempre fui muy participativa. En la época de la dictadura transitaba el secundario, me gustaba organizar cosas y tuve algunas malas experiencias por querer meterme demasiado dentro de las estructuras rígidas de control, con mucho susto de mis padres  se preocupaban por esto, pero  se ve que era una cuestión innata en mí, yo veía una cuestión de injusticia, hablaba con mis compañeros y terminábamos por allí no yendo al colegio y yo caía a casa con todos los compañeros de curso y hacíamos reuniones.

¿Siempre fuiste de Rio Cuarto?
— Siempre fui de Rio cuarto, viví en una época en el sur en la parte de Esquel (Chubut), me case a los 22 años y ya vivía allí.

¿Fuiste una jovencita rebelde?
— Fui rebelde, pero siempre fui muy cuidadosa de la figura de mis padres, del respeto. Mi papá era peluquero, tenía la peluquería en la calle Moreno, él estaba ahí con su hermano. Yo era muy inquieta pero muy respetuosa. Mi papá tenía una de las pocas peluquerías que había en ese momento con clientes que eran muy heterogéneos. Mi mamá solía llevarme cuando tenía que hacer trámites en el centro, ahí conocí a dirigentes políticos que eran clientes de mi papá y a mí me fascinaba, yo no podía entender mucho por qué por ejemplo el Doctor Mauhum  del radicalismo era tan amigo del doctor Mugnaini, cuando iba creciendo iba “parando más la oreja” e iba viendo como peleaban por la ciudad, por ejemplo cuando hablaban de traer el pavimento le pedía Mugnaini a Mauhum que hagan gestiones en Buenos Aires que tenía un cargo legislativo. A mí me encantaba ese mundo, que era muy vedado para las chicas, ya que era muy masculino, yo muchas cosas aprendí en la peluquería de mi padre.

¿Tuviste una infancia muy feliz?
—  Sí, muy feliz, nosotros éramos seis hermanos, de clase trabajadora  con toda la cultura del trabajo, del esfuerzo y de que el estudio era la única forma para triunfar en la vida. Mi papá siempre decía que tenía que estudiar y ser una persona de bien, porque la universidad me iba a dar un título, pero el título de señora no me lo iba a dar la universidad. Me crie con esos principios; mi papá fue hijo de italianos, muy familieros, muy respetuosos, yo muy participativa, estas cosas se me fueron despertando. Cuando fue la apertura democrática yo me maravillé por lo que planteaba Alfonsín, tuve la suerte de poder estar con él en muchas oportunidades.  Tuve el orgullo de que en épocas de no tanta gloria formaba parte de un grupo de riocuartenses que estábamos  con Alfonsín y que nos atrevimos a traerlo cuando se había tenido que ir antes del gobierno y teníamos una relación maravillosa porque era un ser humano estupendo, como político, como estadista, era un ser humano bellísimo, un gran demócrata. Para nosotros, quienes lo seguimos, nos trazó una línea de conducta, de honestidad, de trabajar sin diferencia partidaria y que era tan importante mil personas como dos.

Viviana, ¿Cuántos hijos tienes?
 — Uno solito, de 23 años  que está acá en Río Cuarto, tenemos una relación fantástica, muy afectuosa.  El hecho de tener un solo niño son los costos de quienes nos dedicamos de lleno a una vocación, en mi caso a la política, al trabajo social, implica un renunciamiento en lo personal.

¿Cómo ves la Argentina actual con tu experiencia?
— Yo en este momento viajo hacia el interior de Córdoba, también a otras provincias;  viajo mucho a encuentros sobre políticas sociales, de mujeres, y la veo complicada, con dolor y con cuestiones de muy difícil resolución a corto plazo, pero lo que más me asusta es el nivel de desencuentro que estoy viendo, eso me asusta porque habiendo transitado después de veinte años de democracia, con toda la dificultad, una suerte de una tolerancia alta y de construcción de conjunto y yo veo que tuve la experiencia de trabajar como secretaria en el Concejo Deliberante de los dos periodos de democracia y ver como se construía por encima de las diferencias; pero hoy que soy Concejal veo que eso ha cambiado muchísimo, yo creo que la clase política tiene que dar señales grandísimas de generosidad, tiene que poder sentarse, dialogar, hablar y hacer por encima de las pertenencias, si no se logra eso va a ser muy difícil. Estamos retrocediendo y cometiendo errores que los van a pagar las generaciones futuras.
Hay que volver a construir nuevos conectores entre la gente, este país tiene mucha riqueza, tierra para cultivar, ganadería, acuíferos, tenemos muchas materias primas, pero tenemos que volver a reconstruir la cultura del trabajo, de la educación, firmemente de contenido, no puede ser que obliguemos a docentes a que aprueben a un niño que no llega al rendimiento para que conserven un plan, hay que darles los planes  a quien no puede cubrir los gastos básicos, pero hay que ser tajante con las exigencias. Hay que darle a la persona la caña de pescar, no el pescado.

¿Cómo ves la corrupción en el país? 
 — A mí ese tema me preocupa mucho, leí cuando Lanata sacó el libro “Argentinos” donde quería entender esta cuestión de por qué dicen que la corrupción, el contrabando y todas esas cosas están en el ADN del argentino. En realidad nosotros creo que íbamos en un camino de volver a recuperar esos valores, yo tengo que decir que la década del '90 nos destruyó la escala de valores, era exitoso el que robaba, no servía que se estudie, tenías que tener el auto más caro, el nivel de vida más alto y así eras exitoso, todo eso nos hizo mucho daño fue lamentable. Yo creo que tal como lo dijo Alfonsín cuando se fue del gobierno “tengan cuidado porque los ladrones se vienen con guantes blancos”. La corrupción ha aumentado y se ha visibilizado terriblemente. Nadie que hace política por lo que gana realmente se va a su casa con los bolsillos llenos, solamente vive,  si hay alguien que sale en mejor condición de la que entró, realmente hay que sospechar.

¿Qué opinas de la droga?
— Terrible, muy terrible. Las causas de detención a jóvenes que había eran de haber tomado cajas de vino en una plaza, lo más grave era el alcohol, en cambio sin que pierda la gravedad el daño que causa el alcohol, hoy la droga se está ganando a muchos, está destruyendo a las familias, no puede haber droga porque alguien venda, tiene que haber una decisión política firme de nivel nacional que combata este mal, pero aún no existe.
¿Te asusta la desocupación en Rio Cuarto?
— Sí, hay desocupación, tengo pensado (no para este año ya que tengo otros desafíos) hacer el convite a la universidad para realizar un estudio serio, ya que también nos encontramos con las franjas etarias. Hay desocupación, hay precarización. Tiene que pensarse urgente en un esquema productivo.

¿Cómo se está trabajando especialmente en la ciudad sobre la violencia de género? 
—  Se está trabajando mal, el tema principal y de base es que no se ha tomado a la violencia familiar como política de estado, entonces está sujeto a la voluntad política de gobierno de turno, no es trascendente. Hubo una época en Río Cuarto en que pudimos articular entre la provincia, un avance importantísimo. Al haber cambios de gobierno y funcionarios esto no pudo trascender de la misma forma. El tema del maltrato de la mujer, del niño, estamos desbordados en la municipalidad.
¿Fue exitosa la marcha que se realizó días pasado  sobre esta violencia?
— Sí, para Rio Cuarto fue muy interesante,  hacía mucho que  no había una marcha tan grande, fue un despertar, no solo era un reclamo de las mujeres, sino de la sociedad en su conjunto, había familias, parejas.

Viviana, te hago ahora unas preguntas más de orden  personal.
¿Sos Cocinera?
 —  Sí, me encanta la cocina. Mi plato preferido es el asado y los tallarines.

¿Sos feliz siempre en tu  casa?
— Trato de ser como cualquier otra mujer, reniego, reto,  soy rezongona, pido que participen en las tareas domésticas.

¿De qué cuadro de fútbol sos?
— Soy de  River y Atenas.

 ¿Cómo son los fines de semanas para vos?
 —  Siempre  trato de estar con mi familia de compartir la vida con los que quiero y también pasarla con amigos, cuando no  tengo actividades del trabajo trato de compartirlas con mi pareja.

¿Tenés  tus padres vivos? 
— Tengo a mi mamá viva, comparto tiempo con ella, si no puedo verla trato de llamarla por teléfono.


Gracias Viviana, fue un placer  para mí entrevistarte.

Walter Bonetto
http://walterbonettoescritor.blogspot.com
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