miércoles, 2 de noviembre de 2016

Ambrosio Olmos

Un apellido muy conocido pero con una trayectoria y una vida para muchos algo ignorada, por cierto que no para todos, dado que fueron unos cuantos los relatores de la historia y escritores que se ocuparon de este hombre, pero vale rememorar en algo su importante obra la cual goza de cierta singularidad y esplendor que merece ser puesta en consideración.
Ambrosio Olmos fue un destacado comerciante formado desde su juventud en una casa mayorista de la ciudad de Córdoba donde su patrón lo admiraba y apreciaba por su distinguida habilidad para el trabajo y las cuentas.
Fue aquel negocio en gran medida su escuela. Él había llegado de la localidad de Dolores, llevado y recomendado por un carrero distribuidor que era amigo de la familia, a la casa de ramos generales de José María Méndez, en la ciudad de Córdoba, sin otras pretensiones que la des ser “un peoncito” y poder trabajar en ese comercio.
En ese lugar aprendió con mucha habilidad y entusiasmo el manejo y organización de la actividad comercial y el conocimiento de las mercaderías; además se caracterizaba por ser un joven muy trabajador , obediente, educado y de especial simpatía, pero también en sus tiempos de óseo se vinculaba en actividades juveniles que se esparcían por la ciudad, y así fue como se hizo de varios amigos que lo sumaron al Movimiento de los Cordobeses Liberales y Rebeldes, afectos a las ideas de Bartolomé Mitre, los que estaban en contra de la Confederación Argentina. Al final esos jóvenes terminaron sublevándose en contra del gobierno provincial que era partidario de la Confederación.
Ante esta situación la policía tomó cartas en el asunto y Ambrosio quedó detenido junto a varios de sus compañeros acusados de promover disturbios políticos. Enterado su patrón, que era muy cercano al mismo Gobernador, pero que también mucho estimaba a Ambrosio, se disgustó de sobremanera con lo ocurrido a su empleado, aunque no lo dejó en el calabozo, pagó una fianza para su liberación y con dolor lo despidió del trabajo que el joven tanto quería y que aquel patrón también apreciaba su labor.
Parece que el señor Méndez, si bien lo despidió, no dudó en ayudarlo y le ofreció apoyo para que llevara mercadería a la región aledaña a la ciudad y que la vendiera por su cuenta con la promesa de seguir reponiéndole lo vendido al ser rendido, dejándole un interesante margen de ganancia, iniciando así una actividad comercial por su propia responsabilidad.
Por esos tiempos Ambrosio tenía 21 años y partió con un carro lleno de mercadería tirado por dos caballos pero no fue a sectores cercanos de la ciudad, se fue hacia la inmensa y peligrosa Frontera del Sur, lugar este que él conocía, teniendo la idea de instalarse en Achiras, lo que pudo concretar.
Paso un tiempo y el joven Olmos se fue relacionando con importantes estancieros, autoridades militares, alcaldes, dueños de tropas de carretas que venían de Buenos Aires y hasta con caciques indios de tribus cercanas a quienes también les canjeaba mercaderías. Todo esto fue un vínculo muy importante que le permitió consolidar y extender su actividad comercial y distribuir sus ventas a lugares distantes apoyado por un innumerable grupo de carreros que contrataba conocido como “Los carreros de Olmos”. En Achiras en el año 1861 colocó un negocio de barraca y frutos del país, del cual en sucesivos años y aprovechando los buenos resultados de su actividad lleva el negocio a la ciudad de Río Cuarto, instalándose con una destacada casa de Ramos Generales que llega a ser la más importante de la región.
La actividad comercial de Ambrosio fue en constante crecimiento, motivada esta por a su gran visión y excelente administración que le permite amasar una fortuna y comienza a invertir sus ganancias en la compra de tierras las que por aquellos tiempos eran muy baratas. No dejaba de traer y acopiar mercaderías que las vendía como pan caliente en la ciudad y la región ganándole un importante margen que luego lo sabría invertir en bienes inmuebles. Su capital fue creciendo a pasos agigantados y sus estancias propias también, transformándose por su fortuna en un importante terrateniente y hombre gran influencia.
Reclino también su actividad hacia la política llegando ser en dos oportunidades Jefe Comunal de la Villa de la Concepción de Río Cuarto y apoyado por Julio Argentino Roca llega ser Gobernador de la provincia en el año 1886. El vínculo con Roca, si bien era de larga data, se afianzo cuando Olmos contribuyó en financiar una parte de la primera campaña presidencial.
Entre las obras que realiza como gobernador inició el proyecto de derrumbe, nivelación y urbanización de las barrancas que ahogaban a la ciudad de Córdoba, esto permitió que se construyera al Parque Sarmiento y la Nueva Córdoba; también construyó la Plaza Colón; inició el ferrocarril desde Córdoba, que pasando por Río Cuarto llegó hasta los límites con Santa Fe; edificó una cárcel penitenciaria y el teatro oficial (actual San Martín); el museo politécnico; el hipódromo (actual Jockey Club). Ambrosio Olmos como Gobernador provincial representó al partido Autonomista Nacional, realizó muchas obras interesantes vinculadas a la creación de colonias agrícolas y la irrigación en zonas rurales. Trabajó para incentivar la actividad agropecuaria, la industria y a la ganadería y suprimió una significativa cantidad de impuestos, esto fue causa de ganarse innumerable enemigos, enfrentándose con Marcos Juárez y su hermano Juárez Celman (presidente de la república) los cuales terminaron pidiéndole Juicio Político que Olmos lo pierde y es removido en el año 1888 como Gobernador de Córdoba.
Dolido se instala en Buenos Aires, pero mantenía una fortuna inmensa como terrateniente y dueño de comercios importantes lo que todo lo había logrado antes de ser gobernador. Luego de instalarse en Buenos Aires viaja a Europa y allá conoce a una argentina quien luego sería su esposa, doña Adelia María Arilaos, la que era considerablemente más joven que él.
Ambrosio Olmos fallece en Buenos Aires el 30 de abril de 1906 cuando contaba con 66 años,. Su esposa con quien comparte solamente cuatro años de matrimonio, por su muerte, luego al enviudar honró la memoria de su amado esposo y se convierte en prolija administradora de la inmensa fortuna y gran benefactora de la nación, lo que fue un verdadero ejemplo de solidaridad porque toda aquella fortuna fue convertida en hospitales, escuelas, iglesias, clubes, instituciones de bien común y obras de caridad que existen en su gran mayoría al día de hoy.
Walter Bonetto
1º de Noviembre de 2016








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