miércoles, 20 de abril de 2016

Una señal muy negativa

Siempre es necesario entender que para fortalecer la democracia y sostener a la república, nuestros gobernantes deben demostrar grandeza y desprendimiento, cosa que últimamente están lejos, muy lejos de lograr por parte de los mismos, así lo resultados en donde cualquier ciudadano con un poco de sentido común se puede dar cuenta del proceder de sus conductores políticos a través de lo que hablan y lo que obran y gran parte de la sociedad se termina convenciendo, salvo excepciones, de la enorme mediocridad de nuestros gobernantes
La presentación días pasado de la ex presidente argentina ante la justicia fue un acto fallido y lastimoso que demuestra una vez más la falta de grandeza de la ex funcionaria usando una estrategia muy bien calculada, para, en lugar de declarar ante un magistrado que la había citado, terminar victimizándose y dar un discurso político inexacto ante sus apasionados seguidores, realizando declaraciones y acciones no agradables por su alto cargo. No es justo que ocurra esto en un país serio, porque todo funcionario de gobierno está obligado y debe dar cuenta ante la justicia de sus actos, cualquiera sea su color político y bandera que esgrima. O sea, nadie debe tener corona ante esta situación de irregularidades cometidas en un mandato de gobierno, todos sin excepción deben dar cuenta de sus actos. Ocurre que en la actualidad hay una cantidad de acusaciones muy contundentes que comprometen y sospechan del gobierno de Cristina Fernández por varios motivos, como: enriquecimiento ilícito, la ruta del dinero robado, contrataciones del estado dirigidas por el poder ejecutivo hacia determinadas personas, gastos y contrataciones que rayan o pertenecen al escándalo y tantas situaciones más que causan escozor a cualquier ciudadano de honestidad y de trabajo y es imprescindible que la ex mandataria lo aclare adecuadamente porque alomejor son acusaciones injustas, y no dar la cantinela de “perseguida política”. No dudó la ex mandataria en manifestarse como una “perseguida política” y en manifestar que tanto la justicia como el actual presidente Macri la están persiguiendo con injusticia, cosa que es totalmente inexacta; solamente tendría que dar su punto de vista y explicar sobre las decisiones que tomó por cada acto en el momento que se le pide explicaciones, pero no lo hizo , al contrario, triste ejemplo, con una conducta casi infantil y poco seria, ironizó y hasta bailó desde un balcón para demostrar una absoluta indiferencia y desplante a lo que la justicia le reclama. Lo triste de todo esto es que varias decenas de miles de personas aceptan y aplauden esta conducta de la ex presidenta quien en gran medida se burla de quienes claman sobre sus decisiones de gobierno, conducta que verdaderamente está mal y no responda a una encumbrada persona pública ni a una estadista comprometida con su nación. En el caso del juzgamiento a un ex funcionario debe existir seriedad de los ciudadanos quienes no pueden ser parte de la aceptación de la sospecha; concretamente por más que se simpatice con un líder no se lo puede aceptar si es corrupto, y todo corrupto debe ir a la justicia en donde se le tendrá que dar derecho a su defensa y es la justicia que lo condena o lo absuelve. Todo gobernante si cometió, o se sospecha que cometió ilícitos debe ser juzgado sin importar el partido político o la agrupación. Cuando esto ocurre(La oposición de los ciudadanos para que la justicia indague) como en la actualidad, es muy grave, es propio de una gran decadencia. No es justo defender personas sospechadas de corruptas porque son estas personas las que nos hacen trampas todos los días y se burlan groseramente de nuestro futuro. Cristina Fernández, al día después de sus declaraciones ante la Justicia en la causa por presunto fraude al Estado, encabezó su primera actividad política desde que dejara el poder el 10 de diciembre pasado, motivada por el entusiasmo de pensar en liderar a un frente ciudadano de resistencia a las políticas oficiales; de todos modos hay miles de personas que la aplauden pero debemos ser sensatos, dado que hay millones de argentinos que la condenan y están deseosos que explique sobre su enriquecimiento sospechado de ilícito y sobre las cadenas de hoteles que posee en el sur argentino. Nada le resultará tan sencillo a Cristina, más aún si se considera la fractura existente del mismo peronismo, la cual ella es responsable en gran medida, quienes gran parte de sus líderes no le dan el apoyo que precisa, por eso es la convocatoria de diputados e senadores en la cual no cosechó los resultados esperados, dado que hay muchos que si bien asistieron, a la hora de las decisiones votaran a favor de medidas del nuevo gobierno, ya no los tiene más “disciplinados” como en años anteriores. Lo mejor que podría hacer la ex presidente es dejar de lado su altanería y someterse a todo interrogante de la justica con entereza y humildad y quizás esto la favorezca más de los que sus enemigos piensan y podría cosechar miles de adhesiones que ahora está perdiendo. Walter Bonetto 16 de marzo de 2016