sábado, 14 de enero de 2017

Historia de Carnerillo (I)

Las tierras que hoy ocupan esta vecina localidad pertenecieron antiguamente a la Merced de los Cabrera. Parece que en paseos de excursión que hacían en carruajes de la época algunos de sus dueños con amistades de España, llegaban a este lugar en el cual encontraban un sostenido curso de agua que serpenteaba en una hermosa pradera con pastos naturales, en donde se observaban gran cantidad de guanacos y venados que viviendo a sus anchas, saltaban con gran agilidad como escapando de los visitantes quienes los llamaban “carneros” y como había muchos animales pequeños de esas especies también los llamaban el sector de “los carnerillos”, nombre que al final perdura para identificar el lugar.
Estas mismas tierras pasaron después al patrimonio de las monjas Santa Catalina de Sena, quienes las fraccionaron en grandes estancias para colonizarlas, dado que los descendientes de los Cabrera pidieron mucho dinero en préstamo a esta congregación para financiar su campaña de exploración en enormes caravanas hacia el sur, buscando la “montaña del oro y la plata”, la que nunca encontraron.
La congregación aparentemente no tuvo el éxito esperado con el manejo de las tierras y las, termina vendiendo, gran parte de las mismas en las primeras décadas del 1700 a la Compañía de Jesús, los que la explotaron y formaron la “Estancia de San Ignacio”, realizando varias unidades productivas basadas en tres puestos importantes que la conformaban, Tegua, Arroyo Chucul y Santa Bárbara; además en estos puestos funcionaban casas de ejercicios espirituales que administraba la congregación religiosa.
En el área productiva los Jesuitas criaban mulas, bueyes y caballos; producían carne de vacunos, cabras y ovejas; también producían frutas de distintas especies y de excelente calidad; con molienda propia lograban harinas de trigo y maíz y además producían gran cantidad de frutas secas y miel; una producción excelente, casi asombrosa, en cantidad y calidad, por aquellos años, que contaba con una gran demanda en la región y provincias vecinas.
En 1769 el Rey de España promulga la expulsión de los jesuitas, lo que provocó la expropiación del patrimonio y por ende una gran decadencia en estas unidades productivas, que luego de un riguroso inventario fueron transferidas las mismas, a la “Junta de Temporalidades”, la que trató de continuar la actividad de producción, pero que indudablemente fue decadente comparada con los propietarios anteriores y se fue desmoronando toda aquella organización productiva que realizaron los anteriores dueños.
La junta de Temporalidades al ver sus malos resultados fue abandonado esta empresa y parte de las tierras de la región de Carnerillo fueron vendidas y pasaron por varios dueños, uno de ellos ,el señor José Ortiz, quien después de tener las mismas por diez años pasaron parte de estas en manos del señor Santiago Díaz, que fue el pionero de la colonización de Carnerillo al crear la Colonia Amelia, y también fue el gestor del requerimiento ante el gobernador de Córdoba, don Ambrosio Olmos, para que gestionara en ese lugar la instalación de una estación del ferrocarril y le diera vida a la proyectada colonia.
La lucha fue ardua y amplia pero el objetivo fue logrado y Carnerillo comienza a tomar vida y esa vida se fue concretando en la medida que el Ferrocarril Andino cruzaba esas tierras uniendo Villa María con Río Cuarto, quedando habilitada la línea en noviembre de 1873.
Pasaba aquel importante complejo de rieles y durmientes por las proximidades de la posta El Tambito, que estaba ubicada entre las tierras de Carnerillo y Cabrera, pero también tocaba la posta de “Dos Arboles”, pegada al arroyo en tierras de Carnerillo, la que fue un desprendimiento de la antigua estancia “El Español Muerto” con 129000 hectáreas, que correspondía a esa región las cuales fueron adquiridas por Bernardo Lacase , un comerciante de Río Cuarto en el año 1881, quien luego de dos años también vende este latifundio a Santiago Díaz quien, como ya fue expresado, inicia la colonización de Carnerillo y fue el pionero del progreso de la región.
En el año 1886 aprovechando la ley provincial de colonización la que daba la posibilidad de cuatro a siete años sin impuestos, según la ubicación de la propiedad, la colonia de Carnerillo fue desarrollándose y a partir del año 1887 se inician intensas gestiones para lograr la Estación del Ferrocarril la cual consolidaría los objetivos con los que había soñado don Santiago Díaz quien además fue el donante de los terrenos para que se realizara la misma, la que estuvo concluida el 25 de noviembre de 1887, quedando esta fecha de habilitación de la estación de Carnerillo como la de la fundación del pueblo, por esos mismos días se vendían lotes urbanos y fracciones de la colonia , siendo el señor Juan Unamusaga el primer poblador que construye su casa en Carnerillo.
En el año 1889 don Santiago Díaz cesó su actividad y vendió los derechos sobre la colonia de Carnerillo y sus propiedades a los señores Roncioni y Franceschi quienes ahora llamaron a esta “María Soledad” y administraron la misma por unas décadas hasta que en el año 1924 adquiere la colonia el señor Juan Reynal, instalando en el pueblo una importante casa de ramos generales y fue creada la Estancia Santa Paula, nombre con el cual se lo hace extensivo a la colonia. Mientras estos cambios ocurrían el señor Bartolomé Bersezio, construía el Hotel Colón, lo que indudablemente marcaba el progreso y futuro de la localidad.

Walter Bonetto
14-1-2017

Fuente consultada: “Historia de Carnerillo• Lic. Roberto Lucero Moriconi.
Prof. María C. Bonavia de Bricchi.
Edición centenario Muncipalidad de Carnerillo.
Sr. Argentino Miranda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario