miércoles, 25 de abril de 2018


La guerra del Paraguay o de la triple alianza. 1865—1870
Un genocidio  latinoamericano  (parte1)

Dentro de las grandes masacres de la humanidad indudablemente se encuentra la Guerra de la Tripe Alianza, la cual fue un verdadero genocidio  en contra de un país hermano y progresista por aquellos años, “la República del Paraguay”.  A través de esta guerra murió más del 80% de la población,  casi la totalidad de los hombres, y hasta centenares de niños que ante la falta de soldados  en varias batallas empuñaron un fusil y cuando no lo tuvieron  participaron con un palo, para defender con hidalguía a su patria la cual estaba siendo cruelmente destruida por países vecinos.
Dentro de las miserias que se observan es imposible disimular la derrota de Mitre  con el ejército argentino al mando de tropas aliadas en la batalla de Curupayty,  librada el 22 de septiembre de 1866, en el fuerte del mismo nombre, distante a unos 8 km de la localidad de Humaitá; como también observar la brutalidad del ejercito de Brasil  que obró con extrema crueldad al invadir poblaciones en muchos casos indefensas , matando brutalmente a hombres desarmados y a niños , violando a mujeres,  quemando iglesias y pueblos enteros, mostrando ante el mundo la calamidad del poder militar mal manejado y la brutal crueldad del ser humano, al  que no le alcanzaba con vencer, sino que debía masacrar. La guerra de la triple alianza es una muestra de esa conducta  y demuestra además la maldad del hombre por sus desmedidas ambiciones y miserias y Argentina estuvo inmersa en estas brutalidades.  
Fue esta una situación tan caótica como tremenda y desesperada, llevada adelante inconcebiblemente en contra de  un país hermano. Hoy la historia trata de disimular estas escalofriantes calamidades que indudablemente  existieron y avergüenzan nuestro pasado y nuestro presente, pero además por el brutal genocidio, avergonzarán también a nuestro futuro y por aquellos años,   la naciente República Argentina no estuvo ausente de ser protagonista directa de esta barbarie.
También debemos considerar intereses foráneos dado  que en aquellos  tiempos la monarquía que gobernaba a gran Bretaña,  fomentó a esta guerra y consideró que  había que aniquilar al Paraguay, porque tenía un desarrollo inaceptable en su comercio e industria,  dado que este país había logrado una autonomía importante  con la instalación de grandes astilleros y altos hornos, el adelanto en sus ferrocarriles y en el sistema educativo de su pueblo, lo que le permitía un buen estándar  de vida con  una industria floreciente y de primer nivel en toda Latinoamérica.
Así fue como esa nación  logró progresos que otros países no alcanzaron, por lo tanto a través de esta guerra infame, el objetivo fue destruir a esa nación y “abrirla al libre comercio”, además de intervenirle la producción del algodón, aplastándole su potencial que gozaba sobre la región y afectaba a países  europeos  que hacían comercio con países americanos.
Por esos años Inglaterra precisaba algodón para desarrollar su industria textil que le exportaba EE.UU. Pero aquel país,  por la guerra de secesión, le suspendió  las entregas, entonces observa con gran codicia  que Paraguay era gran productor de esa materia prima. Pero ese país  se oponía a financiarles algodón a los ingleses con facilidades inaceptables que estos pretendían imponer  para sus cargamentos. Ante esto,  las relaciones exteriores británicas trabajaron arteramente para influir en Brasil, que era su gran e incondicional aliado, y ese país  pretendía mantener a cualquier precio el respaldo de los ingleses quienes influyeron para que Paraguay le entregara el algodón en las condiciones que ellos proponían  y si no lo lograban a través de Brasil pretendían afectar y   destruir la economía e industria paraguaya que era muy proteccionista.
Ante esta situación, también la monarquía inglesa influyó sobre Argentina, en donde Mitre  que siempre pretendió mantener impecables relaciones con Inglaterra y consideraba que no estaba mal destruir al Paraguay,  dado que en ese país había vínculos muy turbios y estrechos  con rebeliones del interior de Argentina y caudillos  federales que apoyaban al dictador Francisco Solano López,  quien mantenía para su país una economía conservadora y proteccionista que le dio muchos éxitos,  en contra de una economía  liberal como la que querían imponer Argentina, Brasil e Inglaterra.  Como Paraguay se resiste en hacer comercio con los ingleses  había que lograr el mismo por la  fuerza de las armas y la barbarie, causa por la cual, en gran medida,  nace aquella guerra.
También es necesario reconocer que Argentina declara la guerra ante una causa justa,  dado que Paraguay invadió  la ciudad de Corrientes ante la negativa del presidente Mitre de no permitir el paso hacia el Uruguay de tropas del ejército paraguayo, pero lo que no fue justo es haberse mantenido en alianza para invadir al Paraguay y masacrar a su pueblo aliándose con Inglaterra y Brasil.
La guerra del Paraguay  creo una brecha estremecedora en el continente americano todo se inició ante un clima desfavorable del libre comercio y ante la imprudencia del mismo Paraguay al  capturar  un buque mercante brasileño  en 1864, este episodio fue usado para desencadenar la Guerra de la Triple Alianza, la cual perduró por seis años. Como consecuencia de esta cruel e injusta guerra, Paraguay perdió  más de un millón de personas, gran parte de su territorio y el brutal saqueo y destrucción a sus ciudades y pueblos. Quedó de rodillas esa república hermana, la guerra tuvo un exterminio y una gran crueldad, como faltaban hombres para combatir por la enorme cantidad de bajas sufridas, los niños paraguayos tomaron los fusiles y participaron en batallas,  cuando no tenían fusiles, lo hacían con palos para disimular en los combates, pero la crueldad del enemigo terminó segando sus vidas. Esta guerra fue un verdadero genocidio que avergüenza  hasta el día de hoy.

Walter Bonetto
25-4-2018

lunes, 2 de abril de 2018

Día de la memoria, la verdad y la justicia

Cuando se conmemora el “Día de La Memoria” se siente que es alentador el respeto y el recuerdo haciendo un homenaje intimo o público a todas aquellas personas que fueron injustamente secuestradas, que perdieron la vida y que se les privo de su libertad.
Tremenda barbaridad que cometió un estado enfermo y con falta de grandeza republicana, eso fue la gran tormenta, la gran miseria que nos ocurrió a los argentinos y que abrió más la herida de nación que ahora muchos la llaman “la grieta”. Muchos son los distraídos de esta realidad, pero “de la verdadera realidad”, y no siempre lo que hacen ver los grupos apasionados ideológicamente que en gran medida es una realidad incompleta.
Por otro lado lo que no está bien es que se tome políticamente este acontecimiento en donde en la actualidad hay grupos que quieren reivindicar una situación lamentable, porque debemos recordar que la guerrilla revolucionaria, no fue inocente de todo lo ocurrido y también le segó la vida a más de setecientas personas entre los cuales había mujeres y niños a quienes también se los debe respetar y recordar pero lamentablemente no ocurre.
Ellos también reclaman “memoria, verdad y justicia”.
El día de la memoria toma como fecha de referencia el golpe militar de 1976 el cual fue desastroso, pero también fueron desastrosas: la caída del Presidente Irigoyen, apoyada en gran medida por una virulencia estudiantil que integraba la agrupación de los “Legionarios de Mayo”, creada por el general golpista José Felix Uriburu, que derrocó con el apoyo de gran parte del pueblo a un presidente constitucional como Hipólito Irigoyen, convirtiéndose este vergonzoso hecho como el mazazo demoledor de la república que sepultó a todas las instituciones.
El golpe militar del 76 al igual que el golpe militar de 1930 y del 55, estuvieron apoyados y alentados fervorosamente por gran parte de la ciudadanía y no fueron solamente las Fuerzas Armadas, la prueba está en cómo las mismas eran vivadas y saludadas desde veredas y balcones cuando iban rumbo a la casa de gobierno para echar al presidente y pisotear a la república.
A dos días después de aquel lamentable golpe la Plaza de Mayo estaba colmada de argentinos que aplaudían al general Uriburu, y este no se privó en tomar juramento al pueblo que ocupaba de manera apretada aquel lugar y calles adyacentes.
A la república se la pisoteaba constantemente y derrocar a un presidente funcionaba en nuestro país como un “método aprobado” lo que se prolongó por medio siglo.
Vale la pena recordar que fueron varios los intelectuales argentinos que el 19 de mayo de 1976 almorzaban con el Presidente de facto de la nación, General Jorge Rafael Videla y que a la salida de aquel almuerzo declaraban ante la prensa con palabras muy elogiosas dirigidas al gobernante militar y lo consideraban como “el salvador de la república”; en definitiva apoyaban al golpe.
También fue un golpe la revolución del 55, (la libertadora); los derrocamiento de Frondizi y de Ilia. Todo esto ocurría en un país cómplice, distraído, indiferente y esto ocurría y ocurre hasta el día de hoy porque los argentinos carecemos de “memoria”, nos falta poder visualizar correctamente la “verdad” y ejercer adecuadamente “la justicia”. La memoria la verdad y la justicia le tiene que llegar a los violentos que son tan dictadores como los mismos dictadores que ejercieron y usurparon el poder me refiero a los violentos y vándalos que destrozaron la plaza del congreso y agredieron sin piedad a quienes lo protegían

Walter Bonetto